LIBRO

Kate Mosse, escritora: "En cada país, las mujeres lo han hecho todo, aunque la historia haya decidido no contarlo"

La reconocida autora de novela histórica firma 'Cómo las mujeres (también) construyeron el mundo', una amplia recopilación con alrededor de mil personajes relevantes que la historia ha borrado de sus anales

De izquierda a derecha, Helen Keller, maestra, autora y activista de la discapacidad, Dina Ling, escritora, Sophia Jex-Blake, médica, profesora y sufragista y Helena Normanton, abogada, algunas de las mujeres que aparecen en 'Cómo las mujeres (también) construyeron el mundo'

De izquierda a derecha, Helen Keller, maestra, autora y activista de la discapacidad, Dina Ling, escritora, Sophia Jex-Blake, médica, profesora y sufragista y Helena Normanton, abogada, algunas de las mujeres que aparecen en 'Cómo las mujeres (también) construyeron el mundo' / Nacho García

Ángeles Castellano

Ángeles Castellano

"Alguien / En un futuro / Pensará en nosotras". Lo escribió la poeta Safo (630 - 570 a. C.), una de las pocas voces femeninas que nos ha llegado de la Antigüedad, y lo recuerda una escritora actual, Kate Mosse (Sussex Occidental, Inglaterra, 1961), en un libro en el que trata de celebrar la vida de muchas mujeres que, pese a que fueron relevantes y marcaron a la sociedad de su época, es difícil encontrar su rastro hoy. Cómo las mujeres (también) construyeron el mundo (Roca Editorial, 2023), nació de una sencilla pregunta: "¿Quién es la mujer número uno de la historia a la que os gustaría celebrar o que pensaís que debería ser más conocida?". La lanzó Mosse en Twitter durante la pandemia y la respuesta que obtuvo fue tan abrumadora que decidió escribir este libro con cerca de mil nombres de grandes mujeres olvidadas. Con él, esta afamada autora súperventas de novela histórica regresa a la no ficción, después de haber recibido numerosos premios y vender millones de libros en todo el mundo con su trilogía de Languedoc, The Burning Chambers Series, y otros números uno en ventas de ficción gótica. Sus libros se han traducido a 38 idiomas y publicados en más de 40 países. Mosse atiende a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA por videoconferencia desde el sur de Inglaterra, donde reside, y en un segundo intento, después de uno primero fallido por quedarse sin luz buena parte del día a causa de la borrasca Ciarán.

-Pregunta: El libro contiene alrededor de mil historias de mujeres que en su día fueron relevantes pero que ahora la Historia ha olvidado. Es inevitable ir pensando en otras mujeres que podrían estar también en él...

En realidad, la idea de este libro es iniciar la conversación. Ahora que ha comenzado a traducirse y publicarse en otros países fuera de Reino Unido, me dicen: "deberías incluir a tal o cual mujer en la próxima versión del libro" y en realidad esa es la idea, porque hay millones de mujeres olvidadas por la Historia, así que tengo una amplia lista de gente nueva.

-P: Todo empezó en un hilo de Twitter, lanzado con el hashtag #Womeninhistory (Mujeres en la historia). ¿Por qué decidió transformarlo en libro?

Yo arranqué esta campaña, Mujeres en la historia, durante el confinamiento, como una forma de celebrar la memoria de estas mujeres maravillosas y con el propósito de crear algo positivo, porque estábamos tan deprimidos, encerrados en nuestras casas. En unos pocos días tenía miles de personas de todas partes del mundo enviándome nombres. Y esto realmente te hace preguntarte qué es la historia, quién la escribe, quién decide qué se incluye y qué queda fuera... Y sobre todo, incluso aunque sabemos que las mujeres y los hombres construimos el mundo juntos y que siempre ha habido mujeres que fueron famosas en su día, ¿por qué faltan tantas mujeres en la Historia? Así que, de alguna manera, escribí el libro para preguntarme todas estas cuestiones y contestarlas.

-P: Entiendo que la intención de #Womeninhistory fuese positiva, pero después de conocer tantísimos nombres que han quedado fuera de los registros, ¿no le causó enfado o rabia? Lo que no se cuenta no existe, y al final, esta omisión hace que la mitad de la población crezca sin referentes...

Los gobiernos y las personas en el poder usan y distorsionan la Historia para justificar sus prejuicios y su intolerancia. Así que volver a las fuentes originales hace que podamos ver cómo países como Afganistán e Irán, en los que se está transmitiendo el mensaje de que básicamente las mujeres no deberían existir, no fueron siempre así. Cuando se mira al imperio persa, encontramos a Rabia Balkhi, una escritora que fue en su día la poeta más reconocida de toda la región. Pero ahora se trata de borrar su nombre, sus logros, sus homenajes en forma de estatuas, universidades, etc con el mensaje de que las mujeres no pueden escribir, ser médicas o abogadas... Así que lo que yo intenté hacer es decir, en cada país, las mujeres lo han hecho todo, es sólo que las personas que han escrito la historia han decidido no contarlo. No se trata de eliminar los logros de los hombres, se trata de añadir los de las mujeres, reconocer que siempre han estado ahí. Esa es la idea.

-P: La cantidad de nombres es abrumadora. Hay escritoras, científicas, abogadas, reinas, guerreras, educadoras, artistas, políticas, aventureras, exploradoras... ¿Cuál es el criterio para incluirlas?

Usé la campaña de Twitter como base, porque sentía que tenía que aprovechar el hecho de que mujeres y hombres de todo el mundo se tomaran la molestia de recomendarme nombres. Y después, busqué los agujeros. Y luego, por supuesto, hablo solamente inglés y francés, así que hay muchas mujeres de otros países que no pude incluir porque no pude investigar sus vidas. La semana pasada estuve en Belgrado, el libro se está vendiendo muy bien allí, y me dijeron que no había ninguna mujer serbia en el libro y fue una sensación horrible. Por cada mujer que está en el libro podría haber habido otras diez diferentes. Pero como activista y escritora siempre he sentido que la perfección es algo muy complicado, particularmente para las mujeres; esta idea de que si no lo puedes hacer perfecto, mejor no hacerlo. Yo pienso que es mejor intentarlo y quedarse corto, dejar huecos, que no intentarlo. Es el viejo lema de las sufragistas, no sé si es conocido en España: "mejor hechos que palabras". Así que esta es mi contribución a la conversación. Y mi esperanza es que animará a las mujeres en España, en Holanda, en Serbia, en China, por decir algunos lugares, a escribir su propia versión de este libro, porque juntas podemos traer de vuelta a todas las mujeres que quedaron fuera. Cuando hago entrevistas y los periodistas me sugieren nombres, o cuando viajo, lo que siento es que estamos construyendo una comunidad de mujeres y hombres que también apoyan esta inclusión, porque si la Historia sólo cuenta la mitad de la historia, entonces definitivamente no es la Historia.

-P: De la lectura del libro, con historias como la poeta persa que antes mencionaba Rabia Balkhi, queda una sensación también como de precaución porque la Historia puede repetirse. ¿Es algo deliberado, siente que son demasiado frágiles los logros de las mujeres?

Por supuesto. También porque a veces tenemos la impresión de que la vida de las mujeres fue muy dura en el pasado y que deberíamos dejar de quejarnos ahora porque vivimos mejor que en otros tiempos. Pero la Historia no funciona así. Si uno ve fotografías de Teherán en 1978 ve una ciudad increíblemente moderna, vibrante, con mujeres y hombres ocupándose de sus asuntos profesionales o personales en libertad e igualdad. Y después de eso, con la revolución de los ayatolás, las mujeres fueron obligadas a usar velo. No habían usado velo en Irán en cientos de años. La gente tiende a olvidar que las cosas van y vienen. También creemos que hemos llegado más lejos que los hombres, por ejemplo, en el fútbol, con la selección femenina siendo campeona del mundo. La final del mundial, entre Inglaterra y España que finalmente gana España, fue un gran logro, yo soy muy futbolera y ambas selecciones hicieron un gran trabajo, pero todo ese esfuerzo queda ensombrecido por un mal comportamiento de un hombre. Y esto ocurre todo el tiempo. La idea de que no tenemos que mejorar de una generación a otra es falsa, tenemos que estar vigilantes todo el tiempo porque nos pueden arrebatar los derechos en cualquier momento. Y esto España lo tiene más reciente incluso, con una dictadura que duró 40 años y que arrebató los derechos a las mujeres, derechos que sí existían en periodos anteriores. Así que sí que creo que tenemos que renovar nuestro compromiso con la igualdad constantemente, además de saber que vivimos un momento terrible para muchísimas mujeres y que a menos que entendamos la Historia es difícil encontrar soluciones.

La actriz Hedy Lamar (en la imagen, en Argelia, en 1938), musa de Hollywood, aparece en el libro 'Cómo las mujerse (también) cambiaron el mundo' por su contribución como inventora del wifi

La actriz Hedy Lamar (en la imagen, en Argelia, en 1938), musa de Hollywood, aparece en el libro 'Cómo las mujerse (también) cambiaron el mundo' por su contribución como inventora del wifi / EPE

-P: La religión tiene una gran presencia en el libro. En parte, porque la historia de su bisabuela, la escritora Lily Watson (1849 - 1932) que recorre todo el libro, vivía en un entorno religioso, pero también dedica un capítulo completo a mujeres religiosas. Sin embargo, las religiones han sido históricamente uno de los poderes que más obstáculos han puesto a las mujeres en muchos sentidos. ¿No es esto un poco contradictorio?

Bueno, lo que llamamos religiones monoteístas han sido muy a menudo extremadamente opresivas para las mujeres. Pero, al mismo tiempo, muchas mujeres encontraron su libertad a través de la religión. Casi todas las primeras escritoras de la Europa cristiana eran abadesas y mujeres a las que se les permitía no casarse y esto les ofrecía otras oportunidades, al menos podían elegir qué grupo de hombres las controlaban. Yo procedo de una familia de personas para las que el cristianismo era muy importante, pero un cristianismo inglés a la vieja usanza, no este fervor sinsentido estadounidense. Para las mujeres de mi familia, la religión fue la base de su vida y les permitió construir su carácter y tener un propósito y, como digo, libertad. Así que lo que intenté es contar en el libro es que no es la religión lo que ha sido terrible para las mjujeres, sino las personas que han interpretado la fe para someter a las mujeres bajo su control.

-P: En el capítulo dedicado a las científicas menciona el efecto Matilda, que hace que los logros de las mujeres en la ciencia a menudo sean atribuidos a sus colegas masculinos. Me preguntaba si algo así le ha ocurrido a usted en su carrera como escritora o si de alguna manera haya sentido que se infravaloraban sus logros en relación a sus colegas hombres.

Me preguntan mucho esto. Y siempre contesto lo mismo: honestamente, no, no me he sentido infravalorada de ninguna manera, porque, bueno, obviamente, todas hemos vivido situaciones en las que un hombre se ha comportado de manera incorrecta o ha dicho algo desagradable, pero en relación a mi lugar en el mundo y lo que he podido hacer, no. Pero justamente por esto es por lo que siento que todas las mujeres deberíamos utilizar nuestra voz para apoyar a otras mujeres. Pienso mucho sobre esto. Yo soy una mujer inglesa blanca de clase media. No pertenezco a un grupo social oprimido, aunque a todas las mujeres nos oprima el patriarcado, pero hay mujeres que no tienen absolutamente ningún tipo de posibilidad de acción o poder sobre sus propias vidas. Creo que justamente uno de los problemas del feminismo de los años 70 fue que dejó a muchas mujeres fuera. Creo que ahora se entiende mucho mejor que además de alzar la voz tenemos que escuchar a otras mujeres.

-P: ¿Ha tenido alguna conexión especial con alguna de las mujeres sobre las que ha investigado para este libro?

Lo único que me afecta especialmente es Afganistán, por eso lo mencioné al inicio de nuestra conversación: mujeres a las que no se les permite escribir o leer, o contar su propia historia, porque no quedará registro de sus vidas. Y esto es muy importante para mí, por supuesto, por mi vida profesional, tanto como escritora como por ser fundadora del Women's Prize for Fiction (Premio de la Mujer de Ficción, que premia la mejor obra escrita por una mujer en Reino Unido) y ahora también el Women's Prize for Non-fiction (Premio de la Mujer de No - Ficción), para asegurarnos de que las voces de las mujeres sean oídas y de que tengan el derecho a escribir.

-P: El premio que menciona fue creado hace 20 años. ¿Cuál es su mayor logro? ¿Cree que sigue siendo importante para visibilizar a las escritoras?

Sí. Creo que lo más importante es que con este premio comenzamos una conversación que aún se mantiene. Cuando creé el premio se decía: pero hay muchísimos libros publicados por mujeres. Y yo respondía que efectivamente, los hay, pero no se les honra ni se les respeta. La estadística era la siguiente: de todos los libros publicados en el Reino Unido, el 60% estaban escritos por mujeres, pero sólo el 9% eran elegidos como finalistas en los principales premios. En otras palabras, los textos que se estudiaban en las universidades estaban todos escritos por hombres, salvo Jane Austen y, a veces, George Eliot. Así que la idea era decir: sí, las mujeres escriben, pero la literatura es de hombres. Así que intentamos desafiar eso, se creó con el espíritu de posibilitar la lectura de escritoras, además de celebrarlas. Conforme ha ido pasando el tiempo, la gente nos ha dado la razón. Y es fantástico ver los efectos de largo plazo en los libros que han sido galardonados con este premio, que se les incorpore a las listas de lecturas obligatorias de las universidades, que se haya hecho un trabajo bibliográfico sobre mujeres. ¿Es necesario todavía este premio? Sí. Siempre tenemos que celebrar la excelencia. El mundo se está cayendo a pedazos, francamente, pero celebrar la excelencia para el beneficio común es importante. Y acerca de la no ficción, estaba claro que pasaba algo parecido, las mujeres no son vistas como expertas. Si una mujer escribe sobre salud, sobre cuidados infantiles o menopausia o lo que sea, a esos libros se les presta mucha atención. Pero si escriben un libro sobre Historia no reciben la misma atención que los hombres. Hay que cambiar la conversación, hacer ver que hay un problema. En cualquier caso, sólo se trata de colocar grandes libros en las manos de los lectores, independientemente de de quiénes sean.

-P: Sobre esto también explica en su libro precisamente cómo la Wikipedia, que es la enciclopedia online más conocida en el mundo, un 90% de los editores eran hombres en 2018 y sólo un 19% de los 1,5 millones de biografías son de mujeres. ¿Quién está escribiendo la historia hoy, cómo podemos asegurarnos de que dentro de un tiempo no haya que rescatar a mujeres olvidadas por la Historia?

Esto es algo que yo menciono siempre al final de cada charla que doy. Le digo al público que a veces cuando vemos estas cifras la desigualdad es tan abrumadora que parece difícil poder hacer algo. Pero lo que digo siempre es que cada uno puede llegar a su casa y registrarse como colaborador de Wikipedia. Si cada uno de los asistentes a la charla escribe una sola biografía de una mujer, al día siguiente habrá 500 nuevas biografías de mujeres en Wikipedia, y eso es hacer algo. El subtítulo de este libro es Reinas guerreras y revolucionarias silenciosas. A veces, la gente cree que la única manera de marcar la diferencia es liderando un ejército o blandiendo una espada pero, de hecho, las mujeres que hacen las cosas de manera silenciosa y muy suave, pueden promover grandes cambios. Y esto es realmente importante. Muchas mujeres creen que no tienen herramientas para marcar la diferencia, pero sí que las tienen.

-P: Después de esta experiencia, el feedback de nuevos nombres que está recibiendo, ¿piensa escribir una segunda parte en el futuro?

Bueno, de momento, estoy enfocada en mi escritura de ficción. Tengo que acabar el cuarto libro de una serie de novelas que ha sido muy bien recibida en todas partes -la trilogía de Languedoc-, lo cual es genial, tengo además una idea para escribir una serie de novelas sobre crímenes y también debo una obra de teatro, así que no voy a regresar a este proyecto en los próximos dos años. Pero después de eso, me gustaría hacer una nueva versión de este libro con muchos más nombres. Y también incluir las leyendas vivas, las mujeres que ahora están marcando la diferencia y deben pasar a la Historia, aunque es muy difícil porque los cambios son muy rápidos. Definitivamente no he terminado con esto, aunque no sea mi próximo trabajo.