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María Luisa Ferrerós, psicóloga infantil: "No podemos castigar, ni premiar con la comida"

Establecer hábitos saludables en la alimentación de los pequeños de la casa es clave para fomentar su bienestar tanto corporal como mental sostiene la autora en su nuevo libro 'Dime qué come y te diré cómo se porta: cómo mejorar el comportamiento infantil a través de la alimentación'

María Luisa Ferrerós, psicóloga infantil.

María Luisa Ferrerós, psicóloga infantil. / Javier Ocaña

Andrea San Martín

Andrea San Martín

¿Cómo afecta la alimentación al comportamiento infantil?, ¿hasta qué punto el exceso de azúcar puede cambiar la conducta del niño?, ¿puede una dieta no equilibrada provocar alteraciones nerviosas? Son dudas frecuentes que los españoles a pesar de presumir de una dieta mediterránea: variada y equilibrada, últimamente la alimentación es demasiado rica en productos procesados que puede afectar tanto al desarrollo intelectual como al comportamiento infantil. Son conclusiones que la experta en conducta infantil María Luisa Ferrerós examina en su última publicación Dime qué come y te diré cómo se porta (Planeta, 2024). Un libro que escribió con la colaboración de la doctora Victoria Revilla Sánchez, investigadora en neurobiología, y que desglosa la relación entre el sistema digestivo y el cerebro y explica cómo se puede mejorar el bienestar emocional desde la infancia a través de los alimentos.

Los padres y las madres tienen que lidiar con dos problemas asociados: alimentación y cansancio. "En consulta la mayoría de mis pacientes tiene un problema con sus estudios o con su comportamiento porque no comen bien". Según la autora, la mala conducta siempre era por la mañana antes de desayunar o después de la merienda antes de la cena. "Vamos a ver qué es lo que ha comido y qué es lo que ha dormido. Nos guiamos por la pirámide de Maslow y sus necesidades", sostiene a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

Desayunos y meriendas nutritivas

La mitad de lo que entra por el estómago va directo al cerebro y "en el intestino se producen el 90% de los neurotransmisores que son los responsables de la sincronización hormonal, es decir, del nivel de dopamina, de serotonina y de todos los precursores que son los que hacen que se esté en un estado de bienestar y de tranquilidad". Si esos niveles están alterados, los pequeños de la casa estarán más nerviosos y alterados. Y ante la pregunta de por qué se cree que después de una merienda dulce empiezan a portarse mal, la psicóloga infantil sostiene que esa energía que nos proporciona el azúcar es una "bomba energética y estimulante", y que aunque vaya muy bien para despertarnos y para gastarla en la actividad física, es efímera.

En cambio, los niños pueden conseguir una estabilidad y un equilibrio cuando "meriendan nueces, quesitos con palitos, manzanas o un bocadillo de tortilla, jamón o tomate con bien de aceite y no tres galletas súper procesadas", sostiene. Incluso, les ayuda a relajarse saber el motivo de su nerviosismo y descartar que están haciendo algo mal. Porque a nadie le agrada que le digan que es insoportable. Si son tozudos e impulsivos debemos fomentar una dieta de liberación lenta de glucosa, rica en proteína, carbohidratos complejos y grasas saludables, carne de ternera, cereales integrales, lácteos, pescado azul, hígado y moluscos que serán los mejores alimentos para su carácter.

Por eso, se relajan cuando de repente se percatan de que "no se debe a su mal comportamiento sino a que se están alimentando mal", indica. La autora no es que esté en contra del azúcar, pero sí de los procesados. "Estoy a favor de la comida real, los niños tienen que comer dulce, sí, pero dulce real". Aquel que se encuentra en las frutas, por ejemplo. En este sentido, recomienda preparar la comida en la medida de lo posible, ya que siempre será mejor una mermelada casera hecha de frutas que aquella de bote ya comprada con azúcares añadidos. "El problema es que el ultraprocesado lleva mucho químico para que se conserve más tiempo y suelen ser disruptivo hormonales" que afectan a los modales, manifiesta. Y esa mermelada después se le puede añadir a un bol de yogur griego, con frutos secos, con alguna fruta y con un poquito de cacao para tener otra idea de desayuno o de merienda saludable y nutritiva.

Dime qué come y te diré cómo se porta: cómo mejorar el comportamiento infantil a través de la alimentación

Dime qué come y te diré cómo se porta: cómo mejorar el comportamiento infantil a través de la alimentación / Javier Ocaña

Por su parte, los niños activos que se cansan de comer y se levantan para ir a jugar necesitan una dieta rica en magnesio, vitaminas del grupo B, omega-3 y ácido fólico. La clave es ofrecerles platos combinados que tengan todos los nutrientes. Algunas opciones son ensalada de lentejas con tomates y atún, pizza con base de coliflor, salsa de tomate, queso mozzarella y jamón cocido, o pasta integral con verduras y mejillones en conserva.

"No podemos castigar ni premiar con la comida", revela mientras reconoce que es muy peligroso recompensar y hacer chantajes con, por ejemplo, "te doy chocolate si comes pescado", o un alimento que no les sea de su agrado, ya que le estamos dando un valor emocional a la comida y puede desencadenar en trastornos de la conducta alimentaria. Por tanto, Ferrerós recomienda incluir a los peques en la preparación de las comidas para que así se animen a probar de todo.