EN MADRID | A FONDO

Gran Tour: la vuelta cicloturista a la Comunidad de Madrid que lucha por consolidarse

Un itinerario circular de 420 kilómetros une los tres municipios Patrimonio de la Unesco de la región: Aranjuez, Alcalá de Henares y San Lorenzo de El Escorial

Una pareja de cicloturistas en Manzanares El Real, punto de llegada y salida de una de las etapas del Gran Tour.

Una pareja de cicloturistas en Manzanares El Real, punto de llegada y salida de una de las etapas del Gran Tour. / CICLAMADRID

Víctor Rodríguez

Víctor Rodríguez

El recorrido es plácido, pica un poco hacia arriba al final, pero nada que el menos desentrenado de los ciclistas no pueda completar. Al fin y al cabo son 27 kilómetros y no se trata de una carrera, uno puede hacerlo con toda la calma del mundo. La que sugiere la vega del Tajo y la campiña que se va recorriendo a pedales. Como dice César Martín, presidente de la asociación CiclaMadrid, esto no está concebido como un rompepiernas. Al contrario, de lo que se trata es de disfrutar de la arquitectura, de la naturaleza, de la gastronomía. La salida se ha tomado en Aranjuez, Patrimonio Mundial de la Unesco desde 2001, y la llegada está fijada en Chinchón, una de las once villas históricas de la Comunidad de Madrid. Entre medias, Villaconejos, donde si se desea se puede parar a visitar el Museo del Melón. No hay prisa.

El itinerario conforma la primera etapa del Gran Tour de Madrid, una iniciativa ideada por la Comunidad hace unos años para fomentar el cicloturismo en la región que pugna por consolidarse. Un recorrido circular de 420 kilómetros diseñado con la premisa de que pasara por los tres municipios -además del Paisaje de la Luz de la capital- señalados como Patrimonio Mundial de la Unesco: Aranjuez, Alcalá de Henares y San Lorenzo de El Escorial, y pensado para todo tipo de público. Dividido en 17 etapas, son todas bastante asequibles, de entre 15 y 38 kilómetros, con una media de 25 kilómetros por etapa y desniveles no muy exigentes.

Pero nos habíamos quedado en Chinchón. El planteamiento con que nació el Gran Tour es pedalear entre dos y cuatro horas por la mañana y dedicarse el resto del día a conocer los destinos y gozar en los puntos de paso. Y la segunda etapa, de 22 kilómetros, entre Chinchón y Villarejo de Salvanés, permite entregarse a los placeres del enoturismo en las bodegas de Colmenar de Oreja además de visitar, en la misma localidad, el museo del pintor Ulpiano Checa. Sirve de prolegómeno a los parajes del Tajuña y la Alcarria madrileña a que conduce la tercera etapa, entre Villarejo de Salvanés y Nuevo Baztán, con el encanto del Palacio de Goyeneche, una joya del siglo XVIII.

Desde allí, la cuarta etapa conduce, a lo largo de 29 kilómetros hasta otra ciudad Patrimonio de la Unesco, Alcalá de Henares. Para Martín, es una de las más atractivas. "Depende mucho de cada persona, pero patrimonialmente, salir de Nuevo Baztán para llegar a Alcalá de Henares es muy interesante", afirma el presidente de CiclaMadrid, asociación también auspiciada por la Comunidad de Madrid para impulsar la colaboración público-privada en el sector del cicloturismo y que en la actualidad suma más de 60 miembros entre ayuntamientos, establecimientos hoteleros, restaurantes o empresas que organizan itinerarios en bicicleta.

"Desde el punto de vista turístico, Madrid es muy conocido: tiene los mejores museos, los mejores musicales en la Gran Vía, los mejores sitios para comer... Pero los municipios de alrededor son los grandes desconocidos y tienen un enorme potencial: interés histórico, excelentes alojamientos, gastronomía", prosigue Martín, al frente de CiclaMadrid desde hace tres meses. "De hecho, gente que viene a hacer cicloturismo a la comunidad son viajeros que repiten: ya habían estado en Madrid y vuelven para descubrirlo de otra manera, a hacer otra forma de turismo".

Dos ciclistas en Alcalá de Henares.

Dos ciclistas en Alcalá de Henares. / CICLAMADRID

De Alcalá de Henares, el Gran Tour se dirige hacia Algete en 26 kilómetros de una etapa que, además de cruzar una Zona de Especial Protección de Aves, tal vez sea la que más discurre por carretera, informa Martín. "Alrededor del 80% del Gran Tour discurre por pistas y una parte importante del resto coge alguna Vía Verde como la del Tajuña, que está pavimentada pero cerrada al tráfico", cuenta Chus Blázquez, director de la agencia de viajes especializada en rutas en bicicleta Pangea y buen conocedor de cómo se gestó el Gran Tour.

Mejor por tramos

"La ruta", explica, "se diseña a partir de 2016 y comienza a señalizarse entre 2019 y 2020". En realidad, fue una cuestión más de unir puntos, porque los caminos, las carreteras secundarias, las vías pecuarias o las vías verdes ya estaban allí. Pero enseguida llegó el covid, lo que no ayudó. Y aunque como concepto, la idea de una especie de anillo ciclista regional que pase por los lugares Patrimonio de la Unesco y las villas históricas resulte seductora, en la práctica apenas nadie la completa, y mucho menos seguida. Tanto para los visitantes como para madrileños que quieren hacer una escapada funciona mucho más por tramos. "Ninguna empresa está ofreciendo ahora mismo el Gran Tour completo como tal", sostiene el director de Pangea.

Desde Algete, la ruta sigue por 32 kilómetros hasta Torrelaguna, acercándose a la sierra, en la que ya se adentra definitivamente en las etapas séptima, hasta Miraflores de la Sierra, de 28 kilómetros, y octava, con final, después de 19 kilómetros, en Manzanares el Real, con el castillo de los Mendoza como gran atractivo para visitar después del pedaleo. Desde allí hasta Moralzarzal son 15 kilómetros que preludian la llegada, ya en la décima etapa, tras 22 kilómetros, a San Lorenzo de El Escorial.

Una familia en un tramo del Gran Tour con el monasterio de San Lorenzo de El Escorial al fondo.

Una familia en un tramo del Gran Tour con el monasterio de San Lorenzo de El Escorial al fondo. / CICLAMADRID

Es uno de los tramos que mejor acogida tienen. "Hay una buena conjunción de naturaleza, puntos para visitar y alojamientos", matiza Blázquez. Las vistas de los farallones de La Pedriza camino de Moralzarzal, por ejemplo, son de un gran atractivo. Por no mencionar el monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Y el hecho de que haya hoteles que entiendan que un cliente que viaja con una bicicleta que puede costar 8.000 euros quieran que esté bien protegida también es un punto a favor, no siempre ocurre. Otro sector que también trabaja Pangea es el arco que va de Aranjuez a Chinchón y Colmenar de Oreja, particularmente entre clientes extranjeros, tanto europeos como norteamericanos, y de cierta edad, por encima incluso de los 65 años, y no necesariamente con bici eléctrica, aunque cada vez se van viendo más, a los que mueve mucho la experiencia gastronómica y enológica. "Desde el punto de vista de la promoción del cicloturismo ya no pensamos que el Gran Tour sea un elemento diferencial. Hay partes del recorrido que son más interesantes y nos centramos más en ellas".

El circuito sigue en una etapa de 17 kilómetros hacia Robledo de Chavela, con el Centro de Entrenamiento y Visitantes del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y la NASA, y continúa en dirección a San Martín de Valdeiglesias (a 31 kilómetros) y de ahí a Aldea de Fresno (25 kilómetros) para encaminarse después a Navalcarnero (22 kilómetros) y Griñón (24 kilómetros). El paisaje pierde en espectacularidad pero se retoman polos de atracción como las bodegas, no es mala zona de garnacha.

Javier Pou es responsable de logística de Bike Spain, otra empresa especializada en organizar viajes y rutas en bicicleta. En su caso trabajan más los itinerarios por carretera o gravel y con etapas más largas, de 80 o 100 kilómetros. Parte de sus clientes vienen de EEUU, de Australia, de Canadá, de Inglaterra, de México, de Colombia. "Todo lo que sea hablar de la bici está bien", asegura, "pero el Gran Tour es una opción mejor, quizá, para un público local. El turista no quiere saber de parcelas administrativas que le son un poco artificiales, y a lo mejor le resulta más atractivo que le montes un recorrido de Segovia a Toledo pasando por El Escorial".

No existe un estudio concluyente sobre el impacto del cicloturismo en la economía madrileña. Desde CiclaMadrid se han empezado a hacer algunos conteos para poder establecer las bases para un futuro informe, quizá para el año que viene, pero por el momento nadie se aventura a dar una cifra. En el sector se suelen citar los 1.620 millones anuales en toda España que apuntaba un documento del Parlamento Europeo en 2012 pero es razonable creer que la cantidad sea hoy mayor.

Entretanto, el Gran Tour pelea por recuperar pujanza. Se está analizando la señalización para trabajar en su mantenimiento, que después de cuatro años ya necesita alguna mejora en ciertos puntos. Y no se descarta la incorporación de nuevos municipios en la ruta. "Lo bueno del Gran Tour es que es un gran anillo por la Comunidad de Madrid, pero también es un ser vivo que se puede cambiar", avanza Martín, quien sueña con que el recorrido pase por Loeches, la localidad en el corredor del Henares de la que es concejal, y que tiene en cartera actividades que aún no quiere desvelar para fomentar que esta iniciativa recupere el tirón que tuvo en sus orígenes.

Faltan dos etapas para cerrar el círculo. De Griñón hay que pedalear 19 kilómetros hasta Valdemoro. Y de allí otros 26 kilómetros para alcanzar, en el decimoséptimo y último parcial, Aranjuez, el punto de partida. No hay maillot amarillo. Tampoco era el objetivo.