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La biblioteca donde prestan libros... y violines

Con más de 100.000 volúmenes, partituras y discos en sus fondos, la Biblioteca Musical Víctor Espinós, en Conde Duque, ofrece también un servicio gratuito de préstamo de más de 400 instrumentos

Interior de la biblioteca musical Víctor Espinós en el centro cultural Conde Duque.

Interior de la biblioteca musical Víctor Espinós en el centro cultural Conde Duque. / ALBA VIGARAY

Víctor Rodríguez

Víctor Rodríguez

De Manuel de Falla a Lady Gaga, del heavy metal a la zarzuela, existe un lugar en Madrid bastante singular para melómanos. Se extiende por dos plantas en el edificio de Conde Duque. Nominalmente es una biblioteca y, por supuesto, en su luminosa sala de lectura, con ventanales al enorme patio del edificio por un lado y al exterior por otro, suelo de madera y paredes blancas, uno puede leer o pedir en préstamo decenas de miles de libros. Todos sobre música, eso sí. También CD y DVD, como en tantas otras bibliotecas. No es tan habitual, sin embargo, que pueda pedir partituras. Y mucho menos aún, instrumentos musicales. Totalmente gratis.

"Solo hacen falta dos requisitos", explica Raquel Corrionero, jefa de servicio de la Biblioteca Musical Víctor Espinós, que así se llama este espacio, "estar empadronado en Madrid y acreditar que se están cursando estudios musicales". Hasta 443 instrumentos tiene disponibles la institución entre violines, violas, violonchelos, guitarras, flautas, clarinetes, oboes, trompas, trompetas y saxofones.

En realidad, no es algo nuevo. Víctor Espinós, el hombre que fundó esta biblioteca y que en la actualidad le da nombre, ya puso en marcha el servicio de préstamo de instrumentos en 1934. Funcionario del Ayuntamiento de Madrid desde 1902, había estudiado piano en el conservatorio y se desempeñaba también como crítico musical en algunos periódicos. En 1918, ya con 47 años, empieza a trabajar como empleado municipal en la Biblioteca Circulante Literaria y un año después propone crear una Biblioteca Circulante Musical (buena parte de los fondos aún llevan ese sello) con partituras y manuales para tocar instrumentos, y la idea sale adelante. En apenas tres años reúne hasta 6.000 títulos gracias a 74 donantes, entre ellos la Infanta Isabel de Borbón, la Chata, hermana de Alfonso XII. Y en los años 30 culmina ese empeño de ofrecer recursos a los estudiantes de música con el préstamo de instrumentos, un servicio entonces pionero en Europa.

31.05.2024. MADRID. Imágenes de la biblioteca musical Víctor Espinós en el centro cultural Conde Duque, en Madrid. Foto: Alba Vigaray

Sala de la biblioteca musical Víctor Espinós, en el centro cultural Conde Duque, en Madrid. / ALBA VIGARAY

La biblioteca pasó por varias vicisitudes. Nacida en la Casa de la Carnicería, en la Plaza Mayor, se trasladó después al antiguo Hospicio de Madrid, en la calle Fuencarral (lo que hoy es el Museo de Historia de Madrid). Volvió luego a la Plaza Mayor, con acceso desde la calle Imperial, en 1957, donde se convirtió en el primer lugar de Madrid donde poder escuchar públicamente discos de forma gratuita. Y se trasladó finalmente a Conde Duque en 1990, aunque no a las dependencias que ocupa ahora, a las que llegó en 2012. Entretanto siguió haciendo crecer su catálogo. Si en 1922 eran 6.000 títulos los que atesoraba, a finales de 2023 eran 81.536, además de 25.000 "fondos de registros sonoros" entre discos de pizarra, vinilos, cassettes y CD. Los de pizarra no se pueden solicitar por motivos de conservación, aunque están digitalizados y se pueden escuchar online. Y los vinilos y cassettes no se prestan pero sí se pueden escuchar con auriculares en un reproductor que hay en la sala de lectura.

Hay, además, documentos históricos, partituras manuscritas de finales del siglo XIX o todo un conjunto de partituras, libretos y documentación en torno a las creaciones musicales surgidas alrededor del Quijote, uno de los empeños de Espinós que se mantiene. También instrumentos no para préstamo, sino de colección, entre ellos el piano del mismo Espinós, donado por su hija Juana, que dirigió la biblioteca durante 35 años tras la jubilación de su padre, y que se expone bajo un retrato al óleo del propio fundador, o una harmonina originalmente donada por Alfonso de Borbón, sobrino nieto de Fernando VII.

31.05.2024. MADRID. Imágenes de la biblioteca musical Víctor Espinós en el centro cultural Conde Duque, en Madrid. Foto: Alba Vigaray

Interior de la biblioteca con el retrato y el piano de su fundador, Víctor Espinós, al fondo. / ALBA VIGARAY

La joya en ese sentido es, no obstante, una guitarra construida por Santos Hernández en 1924 para Andrés Segovia que el músico donó a Espinós para la biblioteca. No se presta ni se expone más que en ocasiones especiales en la actualidad, aunque sí se mostraba regularmente en una vitrina cuando la sede estaba en la calle Imperial. Este año, con motivo de su centenario, la guitarra sonará en un concierto organizado por la biblioteca el próximo octubre.

Préstamo de instrumentos

Con una zona infantil y otra para investigadores, cubre todo el espectro, también de géneros. Entre las actividades, talleres y exposiciones que organizan caben Mahler y Puccini, pero también el foxtrot o Imperio Argentina. Aunque es, quizá, el préstamo de instrumentos el servicio más llamativo. El usuario se lo lleva a su casa durante todo el curso, como si fuese su instrumento, y es prorrogable hasta seis años. La demanda, lógicamente, es mayor que la oferta.

"Son instrumentos de una calidad media, lo que se conoce como de estudiante de conservatorio", explica Corrionero. "Y hay que ir reemplazándolos, porque tienen una vida útil, pero tenemos algunos violines, dos o tres, comprados en los años 80 en lo que entonces era la República Federal de Alemania, que aún se prestan y con un muy buen sonido". El usuario se hace responsable del correcto mantenimiento. En los años 30, para los instrumentos de viento se pedía al prestatario un certificado médico de que no padecía tuberculosis. Ahora no, ahora son desinfectados en una campana de vacío.

31.05.2024. MADRID. Imágenes de la biblioteca musical Víctor Espinós en el centro cultural Conde Duque, en Madrid. Foto: Alba Vigaray

Sala de ensayo insonorizada con un piano. / ALBA VIGARAY

En la biblioteca hay, además, cabinas de ensayo que se pueden reservar en sesiones de hora y media, también sin coste, en el mismo horario de apertura de la biblioteca, de lunes a viernes de 8.30 a 21.00 horas. Seis son de piano, como se entenderá, con el instrumento allí. Otra de contrabajo, también con un instrumento allí, dadas las dificultades que conlleva transportarlo. El resto para el instrumento que quiera llevar el músico. No solo para música clásica. Por allí han llegado a pasar mariachis, asegura Corrionero. Dos de esas cabinas, de hecho, son de rock, una de ellas con la batería permanentemente instalada.

Existe también una sala para que puedan ensayar los coros. Con un piano de cola y paredes de piedra, la acústica es una delicia. Está, como las dos cabinas de rock, en una de las maravillas del edificio, el torreón, con un mirador en lo alto que solo se abre en algunas ocasiones y sobre el que se ve el skyline de Madrid, desde el contiguo palacio de Liria a los edificios de la Gran Vía, los coquetos tejados cercanos o las torres de la Castellana al fondo. Dicen que la música eleva. Y desde aquí arriba no cabe duda.