ENTREVISTA

Mercedes, florista: "Los turistas compran flores para llevarlas a su habitación de hotel"

Mercedes Rodríguez Alarza es quinta generación de floristas. Dirige El ángel del jardín, la preciosa floristería dentro de una casita con jardín de calle Huertas  

Mercedes Rodríguez, en su floristería El Ángel del Jardín, en Huertas.

Mercedes Rodríguez, en su floristería El Ángel del Jardín, en Huertas. / ALBA VIGARAY

Roberto Bécares

Roberto Bécares

Pregunta.- ¿Cómo empezó en esto? 

Respuesta. Yo soy quinta generación de floristas. Mi tatarabuela traía flores de Ponferrada, mi buisueabela tenía un puesto en el Mercado Maravillas y otro al lado del Bernabéu, que ahora lo lleva una prima mía. Mi abuela puso una tienda en Canillejas, la llevó mi madre y así... Mi tiabauela, mis primos, mis tíos, todos tienen floristería por aquí. 

P.- ¿Empezaste muy pronto, entonces?

R.- Antes, ya sabes, en los negocios familiares ayudabas desde pequeña. A limpiar flor, a preparar ramos, a repartir, un poco de todo. Luego ya lo desarrollas profesionalmente porque esto lleva un estudio. He estudiado en la Escuela Española de arte floral, en la Escuela catalana de arte floral, con maestros como Quique León, Gregor Less. He tenido mucha formación. 

P.- ¿Qué es lo más agradecido de ser florista?

R.- Pues yo creo que el arte que se pone al crear las composiciones, tanto en los ramos que hacemos como en los centros, y en la colocación de la tienda. Toda esa parte de artista es la que más llena. Como es tanto profesión como hobby es complicado deshacerse de ello. Lo llevamos en las venas. Vamos a cursos, a concursos, a la Copa del mundo... viajamos por las flores. Y cuando viajamos vemos floristerías por donde vamos.  

P.- ¿Y lo más desagradecido de la profesión?

R.- Que son muchas horas, tienes que trabajar los siete días a la semana, eso compatibilizarlo con la familia es duro. Y, como además nos gusta, y viajamos por ello, como que los niños se aburren un poco y te dicen "Ya estás otra vez con las flores". 

P. ¿Hay diferencias entre una floristería española y una de fuera?

R.- Lo bueno que tienen en Europa es que necesitan las flores. Yo lo veo aquí con los turistas. Aunque estén tres días, se llevan sus ramos de flores para tener en el hotel. Por Francia y por el norte de Europa es como un artículo del día a día. Van a por el pan y compran un ramo de flores para tenerlo en casa. Que además duran muchísimo. Las flores en un jarrón en casa bien cuidadas te duran un mes. Cortándole el tallo, poniéndole el agua nueva... 

P.- Cuando vinistés aquí a llevar esta floristería estarías encantada. 

P. La verdad es que es maravilloso. La gran diferencia que he encontrado con otras floristerías es el público, el entorno, que todo el mundo que entra te dice "qué bonito lo tenéis", "qué maravilloso", "qué encanto de sitio". Todo el mundo superagradecido, muy amable. 

P.- ¿Qué tipo de público te viene?

R.- Desde turistas, a los que vendemos tambien muchísimas semillas, hasta personas del barrio, vecinos. Son encantadores. La verdad es que muy bien. Además es que somos de los pocos viveros que hay en el centro. Plantas grandes, de exterior, son difíciles de encontrar por aquí. Como además tenemos nuestro jardicinto, y en un lugar tan privilegido, es una maravilla. 

P.- ¿Qué flores vendéis más?

R.- La estrella de siempre en España es la rosa, y los claveles, que se han puesto otra vez de moda porque hay nuevas variedades muy especiales. Y luego ahora en primavera la peonía, en invierno el tulipán... las exóticas también se han puesto de moda. 

P.- ¿Y del vivero?

R.- En interior vendemos mucho planta grande, porque los techos de aquí son muy altos. 

P.- ¿Qué es lo más bonito que le han dicho de la tienda? 

R.- Lo especial que es, y que se sentía nada más entrar. También nos han dicho que es la tienda más bonita del mundo. Nos lo dijo un periodista internacional, que es corresponsal en Washington, José Ángel Abad.