EN MADRID | GASTRO

Aquí están los mejores helados de Madrid entre cucuruchos y tarrinas

Establecimientos tradicionales, de nuevo cuño, de inspiración italiana… alta repostería congelada

Bibì e Bibò (Madrid).

Bibì e Bibò (Madrid). / Bibì e Bibò

Durante los años 80 y 90, las heladerías madrileñas echaban el cierre cuando el frío comenzaba a asomar la patita y no era hasta la primavera cuando volvían a levantar la persiana. Estos hábitos comenzaron a cambiar hace tan solo unos años y hoy en día es rara la heladería de éxito que no permanece abierta todo el año.

Madrid ha conseguido un tejido heladero interesante, en el que nuevas empresas, obradores de autor y establecimientos tradicionales conviven en armonía. Más allá de la diversificación de sabores, los helados demuestran su calidad a partir de dos variables insobornables: la textura y el sabor. En los siete locales que componen esta ruta es imposible que nadie se quede helado: los cucuruchos y las tarrinas están de vicio.

Heladería Los Alpes (Madrid).

Heladería Los Alpes (Madrid). / Los Alpes

Los Alpes

Pasa por ser la heladería más antigua de Madrid (Arcipreste de Hita, 6 y Agapito Martínez, 1, en Torrelodones). La fundó el italiano Pedro Marchi de Bagni junto con Marcelina Ladero en 1950. Sigue siendo una empresa familiar, encarnada por Guillermo y Eva Castellot, tercera generación de un negocio que es todo un icono del barrio de Argüelles. Con su pequeño carrito perpetuamente aparcado en la puerta, ofrece sabores tradicionales con el mantecado como santo y seña, pero también creaciones más audaces como el de queso de cabra con manzanas asadas, nueces y miel. La horchata, hecha con chufas de la DO Chufa de Valencia es probablemente la mejor de Madrid. Cuenta con un Solete Repsol.

Kalúa

Otro Solete Repsol instalado en el número 131 de la calle Fuencarral. Kalúa es una de las sensaciones heladeras de la ciudad desde que abriera sus puertas en 2012. Fundada originalmente en Buenos Aires, la sucursal madrileña fue de las primeras heladerías en abrir todo el año ayudándose de diferentes recetas de pastelería. Eso sí, el plato fuerte siguen siendo las cremas que exhiben en sus bandejas metálicas y que provocan que cada tarde muchos hagan cola para probarlas. Entre los sabores que más pegan, el de Banana Split o el de bombón Rafaello

Zúccaru (Madrid).

Zúccaru (Madrid). / Zúccaru

Zúccaru

Si Italia es la patria chica del helado, ¿por qué no presumir de ello? El madrileño Juan y la siciliana Rossana montaron en 2017 el primer Zúccaru en el número 16 de la calle Vergara, cerquita del Palacio Real. Poco después abrieron su segunda sucursal en las postrimerías de la Plaza de Olavide (Palafox, 20). Trabajan con el mejor producto y respetan la temporada para crear sabores de fresa, mango o de pistacho di Bronte DOP (otra vez Sicilia). El sabor de la casa lleva manzana, limón, apio y hierbabuena y es una combinación que, ojo, enamora. Ya que uno pasa por allí no es mala idea probar uno de sus ‘cannoli’.

Los pequeños Bibì de Bibì e Bibò (Madrid).

Los pequeños Bibì de Bibì e Bibò (Madrid). / Bibì e Bibò

Bibì e Bibò

La apuesta de esta heladería fundada por una española, Mar, y un italiano, Stefano, se basa en materias primas de gran calidad como el pistacho Feudo di San Biagio (original de Sicilia) o el mango Alphonso (proveniente de India). Pero también se distinguen con una amplia oferta de formatos más pequeños de lo habitual. Ahí están sus miniconos o sus Bibì, porciones reducidas de algunos de sus sabores más populares cubiertas de chocolate. Con cuatro tiendas en Madrid (Joaquín Bau, 1; Príncipe de Vergara, 266; Fuencarral, 111; y López de Hoyos, 152), ofrecen incluso helados para perros, además de otros postres como la ‘panna cotta’.

Véneta

Esta heladería puede presumir de haber sido considerada como la tercera mejor del mundo en el Gelato Festival World Masters. También de haber conquistado el premio al mejor sabor de España con su helado de "galleta de la abuela”. El artífice de Véneta, que llegó a Madrid (Carmen, 15) en 2023 tras una exitosa trayectoria en la Comunidad Valenciana es el italiano Maurizio Melani, que elabora cremas de sabores como naranja siciliana, tarta de queso o bizcocho borracho. También preparan tiramisú en diferentes versiones.

Las paletas de frutas de la heladería Napoli (Madrid).

Las paletas de frutas de la heladería Napoli (Madrid). / Napoli

Napoli

Más de 50 años contemplan a esta heladería -fundada en 1973 y que también presume de Solete Repsol- (Avenida Ciudad de Barcelona, 19). El maestro heladero Pedro López armoniza los sabores de toda la vida -chocolate, vainilla, menta- con creaciones entre las que se incluyen helados de mojito, queso Stilton o caramelos de violeta. También cuentan con paletas caseras con sabores de frutas y hasta su receta casera de horchata, una favorita entre los vecinos del barrio.

Maison Glacée (Madrid).

Maison Glacée (Madrid). / Maison Glacée

Maison Glacée

Ricardo Vélez es uno de los pasteleros más inquietos de Madrid y su heladería es un laboratorio de ideas apabullantes. En sus dos ubicaciones (Alcalá, 77; Ibiza, 42) aparecen combinaciones que sorprenden pero que funcionan muy bien, como el helado de caramelo y flor de sal -uno de los santo y seña de Vélez-, el de mango y Jerez o el de aceite de oliva virgen extra, pan y chocolate. Lo ideal es tomarse una de estas recetas combinada con una bamba de nota, una galleta de frambuesa o sus tortitas y gofres artesanos.