Lamentable legado

El DDT sigue envenenando las aguas décadas después de su prohibición

Análisis en EEUU y España evidencian que este compuesto altamente peligroso para la salud humana sigue presente en mares y ríos

El DDT sigue envenando el medio, décadas después de ser prohibido

El DDT sigue envenando el medio, décadas después de ser prohibido / Agencias

Joan Lluís Ferrer

Joan Lluís Ferrer

El DDT (dicloro difenil tricloroetano) es un insecticida que lleva décadas prohibido en casi todo el mundo (desde los años 70 en Estados Unidos y desde los 90 en España, por ejemplo), por sus manifiestos riesgos cancerígenos sobre la población humana. Todo comenzó en 1962 gracias a un libro, ‘Primavera silenciosa’, de Rachel Carson, que alertó de los estragos que estaba causando este producto, ampliamente usado en la agricultura. Sin embargo, nuevos estudios desvelan que, incluso ahora, los efectos del DDT siguen perjudicando al medio ambiente y, por tanto, a la salud humana. Dos estudios, uno en EEUU y otro sobre los ríos españoles, así lo demuestran.

Cientos de toneladas de DDT se arrojaron al mar frente a las costas de Los Ángeles en la segunda mitad del siglo XX. Allí reposan, a 900 metros de profundidad, los restos de los barriles que contenían esta sustancia. Un grupo de científicos ha tratado de desvelar hasta qué punto hoy en día, décadas después, el DDT sigue ingresando en la cadena alimentaria. Ahora, en un estudio muy esperado, los investigadores han identificado pequeños zooplancton y peces de aguas medias y profundas como potenciales vínculos entre el sedimento contaminado y el ecosistema en general.

Un envase de DDT en los años 60

Un envase de DDT en los años 60 / Agencias

Por primera vez, análisis químicos confirmaron que estos organismos de aguas profundas están contaminados por numerosos compuestos relacionados con el DDT que coinciden con patrones químicos similares hallados en el fondo marino y en animales situados en la parte más alta de la cadena alimentaria.

"Esta contaminación por DDT ocurrió hace varias décadas, no hay una nueva fuente que la produzca, ha sido prohibida... pero esta antigua fuente todavía está contaminando la biota de las profundidades del océano, lo cual es realmente alarmante", dijo Eunha Hoh, cuyo laboratorio en la Escuela de Salud Pública del Estado de San Diego dirigió el análisis químico del estudio.

"No estamos hablando del zooplancton recolectado en 1960; estamos hablando del zooplancton recolectado ahora, en las profundidades del océano, que todavía está contaminado con DDT".

Niveles de DDT encontrados en el fondo marino analizado

Niveles de DDT encontrados en el fondo marino analizado / pubs

"Realmente, queda demostrado que nada está intacto", lamenta Lihini Aluwihare, oceanógrafa química. "Establecer la distribución actual de la contaminación por DDT en las redes alimentarias de las profundidades marinas ayuda a entender si esos contaminantes también están ascendiendo desde las profundidades oceánicas hacia especies que podrían ser consumidas por las personas".

Los científicos han confirmado hasta ahora que gran parte de lo que aún se encuentra en el fondo marino permanece en su forma más potente y está enterrado a apenas 6 centímetros de profundidad, lo que genera preocupación sobre la facilidad con la que podría movilizarse y propagarse al reingresar a la red alimentaria.

En un mundo dominado por la preocupación por los microplásticos y los "productos químicos eternos", el DDT persiste como un problema sin resolver, mucho después de que se prohibiera el pesticida en 1972 tras el libro ‘Primavera silenciosa’ de Rachel Carson.

Con este último estudio, los investigadores intentaron demostrar cómo es posible que esta sustancia todavía esté ascendiendo desde las profundidades del fondo marino al entrar en contacto con el zooplancton, que son devorados por peces de aguas profundas, que luego nadan y son capturados a su vez por peces de aguas medias y mamíferos marinos que se encuentran cada vez más arriba en la cadena alimentaria.

El papel de los peces linterna

Además del zooplancton, que es una ventana a la base de la cadena alimentaria, un tipo particular de pez, los mictófidos, resultó ser clave. También conocidos como peces linterna, los mictófidos son pequeños y modestos peces que viajan considerables distancias desde las profundidades del océano hasta la superficie.

Los mictófidos, uno de los peces más abundantes y extendidos del mundo, representan aproximadamente el 65% de toda la biomasa de las profundidades marinas de la Tierra. Los investigadores trituraron metódicamente cada muestra de pez, extrajeron los lípidos (el DDT tiende a almacenarse en la grasa) y evaluaron la contaminación con un nivel de escrutinio sin precedentes.

Peces linterna en el interior de tubos de ensayo

Peces linterna en el interior de tubos de ensayo / pubs

Los hallazgos han sido aleccionadores: dondequiera que miraron, encontraron DDT. Incluso las muestras de "control" que intentaron recolectar, como una forma de comparar cómo sería una muestra de pescado normal más alejada del área de vertido conocida, terminaron plagadas de DDT.

Los programas de seguimiento suelen utilizar un sistema específico: buscar sólo de cuatro a ocho compuestos específicos de DDT. Pero al utilizar métodos no restrictivos, los científicos de este nuevo estudio pudieron identificar un conjunto completo de sustancias químicas relacionadas con el DDT, incluido un compuesto particularmente sospechoso, TCPM, que plantea amenazas desconocidas para el ecosistema. Estos químicos actualmente no monitorizados también estaban presentes en la grasa de los cadáveres de delfines que habían llegado a la costa, así como en el sedimento recolectado cerca del área de vertido conocida.

"Esto nos da una visión mucho más realista de cuáles pueden ser los posibles impactos ecológicos y sobre la salud humana", dijo Mark Gold, científico ambiental del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales. El estudio, dice, deja al descubierto cómo el enfoque tradicional de probar y monitorear sólo unos pocos compuestos de DDT "subestima enormemente las concentraciones de DDT en los sedimentos y en los organismos".

Anuncio publicitario del DDT en los años 60

Anuncio publicitario del DDT en los años 60 / Agencias

El camino por delante es largo. Veinticuatro miembros del Congreso, encabezados por el senador estadounidense Alex Padilla (demócrata por California) y la representante Salud Carbajal (demócrata por Santa Bárbara), instaron recientemente a la administración Biden a dedicar fondos a largo plazo tanto para estudiar como para remediar el problema. Mientras tanto, los funcionarios de la EPA han estado considerando sus próximos pasos en colaboración con varias agencias estatales y federales.

Para las químicas ambientales Margaret Stack, la primera autora del último estudio, y su colega Raymmah García, candidata a doctorado en Scripps, ver que pesticidas que llegaron a ser tan habituales, como el DDT, continúan extendiéndose a través del ecosistema, les hace preguntarse sobre todos los demás productos químicos que todavía se utilizan hoy en día, unos productos químicos que también podrían volver a perjudicarnos dentro de muchas décadas.

"A menudo me siento frustrado cuando observo estos datos y luego veo que todavía utilizamos productos químicos sin probarlos, sin comprender sus impactos", afirmó Margaret Stack, especialista en investigación de la Escuela de Salud Pública del Estado de San Diego. "Parece que no estamos haciendo nada diferente".

También en España

Sin embargo, el caso de Los Ángeles no es el único. También en España se ha comprobado la persistencia del DDT en la actualidad, pese a que hace más de treinta años que fue prohibido.

En 2018, un informe elaborado por la organización europea Pesticide Action Network y Ecologistas en Acción sobre disruptores endocrinos en ríos españoles demostró que dos de las vías fluviales más importantes (el Júcar y el Segura) continúan transportando restos de DDT de forma notoria.

El informe ‘Ríos hormonados. Amplia presencia de plaguicidas disruptores endocrinos en los ríos españoles’ analizó la presencia de estas sustancias en este tipo de ecosistemas y su grado de persistencia entre 2012 y 2016. De todos los ríos más importantes de la Península, solo en el Segura y en el Cantábrico hay ahora menos plaguicidas que cinco años antes del estudio.

Río Júcar

Río Júcar / comunidadvalenciana

Por lo que se refiere al DDT específicamente, en el río Ebro tiene una presencia muy pequeña (solo se detectó en 3 de 277 mediciones), pero en cambio fue una de las principales sustancias detectadas en los ríos del Levante español. En el Segura, por ejemplo, apareció DDT en nada menos que 98 de 99 mediciones en total, más o menos lo mismo que se detectó cino años antes.

Pero peor es aún la situación del Júcar, el río con más plaguicidas registrados en el estudio. Allí, el DDT se detectó en 350 de 350 análisis realizados, es decir, en todos y cada uno de ellos, y su nivel de presencia había aumentado en cuatro veces respecto al anterior análisis de 2012.

Estudio de referencia sobre Los Ángeles (EEUU): https://pubs.acs.org/doi/full/10.1021/acs.estlett.4c00115

Estudio de referencia sobre los ríos españoles: https://www.ecologistasenaccion.org/35829/informe-rios-hormonados/

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