VIAJE EN EL DELOREAN

Marilyn Monroe de 'Material girl' a Emily Dickinson: la mujer detrás de la tentación rubia

Más allá de las luces y las cámaras, la artista guardaba un secreto entre sus páginas

Marilyn Monroe leyendo poesia y prosa de Heinrich Heine

Marilyn Monroe leyendo poesia y prosa de Heinrich Heine / vía twitter @MarilynMonroe

Cuando hablamos de Marilyn Monroe, la mayoría piensa en la rubia explosiva de Hollywood, pero ¿sabías que también tenía un alma de poetisa? Sí, leíste bien. Más allá de las luces y las cámaras, la artista guardaba un secreto entre sus páginas.

Marilyn posando para el reportaje ‘Ballerina Series', del fotógrafo Milton Greene en New York, 1954

Marilyn posando para el reportaje ‘Ballerina Series', del fotógrafo Milton Greene en New York, 1954 / vía twitter @marilynmonroe

Nacida como Norma Jeane Mortenson el 1 de junio de 1926 en Los Ángeles, California, es una de esas figuras icónicas que nunca pasan de moda. Su infancia no fue fácil, ya que transitó entre horfanatos y hogares de acogida. Aunque empezó como modelo, con veinte años firmó su primer contrato con 20th Century Fox y empezó a aparecer en películas como 'Los caballeros las prefieren rubias y "La comezón del séptimo año". Pronto se convirtió en un símbolo de la cultura pop y un auténtico huracán en Hollywood.

Más allá de ser un símbolo sexual y una estrella de cine, se convirtió en un ícono feminista y de empoderamiento que desafió las normas de su tiempo. Fundó su propia productora, Marilyn Monroe Productions, en una era en la que pocas mujeres tenían control sobre sus carreras en Hollywood, reivindicando su derecho a decidir sobre su trabajo y a obtener un salario justo. Su lucha por ser reconocida como una actriz seria, tomando clases en el Actors Studio y rechazando los roles estereotípicos, mostró su determinación por romper con las limitaciones impuestas a las mujeres. Además, su vulnerabilidad pública respecto a sus problemas de salud mental y su búsqueda de autenticidad contribuyeron a humanizar su imagen y a empoderar a otras mujeres a ser sinceras sobre sus propias luchas y aspiraciones.

En su vida amorosa, Marilyn fue todo menos convencional. Se casó tres veces: con James Dougherty, el legendario jugador de béisbol Joe DiMaggio y el dramaturgo Arthur Miller. Su relación con Miller fue especialmente interesante porque él la motivó a aceptar papeles más serios y a explorar su potencial teatral. Pero no todo fue color de rosa; lidiar con la fama, problemas de salud mental y adicciones la llevaron a una vida llena de altibajos, culminando en su trágica muerte a los 36 años en 1962.

Pero no te dejes engañar por su imagen de rubia ingenua; Marilyn tenía un cerebro de oro. Era una lectora voraz, con más de 400 libros en su biblioteca personal, desde James Joyce hasta F. Scott Fitzgerald. Estudió actuación en el prestigioso Actors Studio con Lee Strasberg, demostrando que su talento iba mucho más allá de su aspecto. Marilyn quería ser tomada en serio y luchaba constantemente por mejorar sus habilidades y romper con los estereotipos.

Más que una "cara bonita"

En 1952, la actriz acudió a los premios Henrietta organizados por un grupo de periodistas. A ella se le iba a entregar el de "mejor personalidad joven de la taquilla". Monroe acudió acompañada por Charlie Chaplin jr, hijo del famoso cómico, con quien en ese momento mantenía una corta relación. Su vestuario causó un aluvión de críticas en su mayoría de la bancada de periodistas hombres, que criticaban de 'barata y vulgar', la imagen de la actriz, señalando que en su lugar podría haberse vestido con una bolsa de patatas. Otros optaron por señalar que actriz solo era guapa por la ropa que llevaba.

Marilyn, con su característico sentido del humor y actitud desafiante, decidió demostrar que incluso en un atuendo tan inusual, podía lucir espectacular y robarse todas las miradas. La anécdota subraya su ingenio y su habilidad para convertir una crítica en un momento icónico.

Palabra de Norma Jean

Más allá de un ingenio sagaz y una imagen de revista, la modelo y cantante no solo disfrutaba leyendo. Una de sus pasiones descubiertas recientemente fue la poesía. Gracias a Anne Strasberg, esposa de Lee Strasberg, quien fuera mentor y amigo cercano de Monroe, se descubrió en 2007 un tesoro oculto en su apartamento de Nueva York. Mientras Strasber gorganizaba sus cosas, se topó con dos cajas llenas de libretas, cartas y manuscritos de Marilyn. Estos textos, que estuvieron escondidos por más de cuatro décadas, revelaron una faceta desconocida de la icónica actriz: su amor por este arte.

En 2010, estos escritos se publicaron en un libro titulado 'Fragmentos: poemas, notas personales y cartas', ofreciendo al mundo un vistazo íntimo al alma de Marilyn. Los editores Stanley Buchthal y Bernard Comment describen en el prólogo a una mujer culta y curiosa, ansiosa por entenderse a sí misma y al mundo que la rodeaba. Los poemas reflejan sus luchas internas, sus miedos y su búsqueda incesante de la verdad.

Marilyn escribía sobre la soledad, la inseguridad y el dolor de su infancia, pero también sobre su insaciable sed de conocimiento y su deseo de ser algo más que una cara bonita. "A veces tengo la sensación de que soy un alma sin cuerpo", escribió en uno de sus poemas, mostrando la dualidad entre su imagen pública y sus sentimientos personales.

Marilyn Monroe no solo conquistó la pantalla grande, sino que también dejó una huella en la literatura con su sensibilidad y profundidad.