El pueblo donde todo el mundo tiene el mismo nombre: así se las arreglan con el cartero

Țepeșeni, un pequeño pueblo rumano, se ha hecho mundialmente famoso por una curiosidad que complica un poco la vida a sus vecinos: casi todos tienen el mismo nombre. De entre los 300 habitantes, la enorme mayoría se apellida Țepeș, lo que ha obligado a buscar soluciones que permitan entenderse a carteros y Administración.

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Țepeș y la leyenda de Vlad el empalador

El pequeño pueblecito de Țepeș está dentro de una comunidad de algo más de 3000 habitantes, de nombre Bicazu Ardelean, a su vez en el distrito de Neamț y en la región oriental del país de nombre Moldavia, a la que el país ahora independiente pertenecía hasta 1940. Se trata de una región rural, de hermosos paisajes salteados esporádicamente por hermosas cúpulas, y en las que los frondosos bosques hacen las delicias de los viajeros y los osos.

Este pequeño rincón del mundo ha alcanzado la fama mundial de forma inesperada por esta llamativa anécdota respecto al apellido de sus ciudadanos. Y es que ciertamente no es extraño que en pueblos pequeños, incluso de nuestro país, los apellidos se repitan entre buena parte de la población. Pero este es un caso extremo, que se complica por la mala costumbre de los no hispánicos de usar un solo apellido.

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La explicación de este hecho tiene algo de leyenda. Cuentan sus vecinos que Vlad Țepeș, príncipe de Valaquia entre 1456 y 1462, más conocido como Vlad el empalador, se refugió en las montañas de la zona durante algún tiempo, el monasterio de Bistrița, donde su madre vivía como monja. Y los vecinos, impresionados por si figura, adoptaron su apellido.

Otro vecino cuenta una historia distinta, si bien también relacionada con esta figura histórica. Durante el reinado del sanguinario Vlad el empleador una familia habría huido a esta zona, lo que le habría dado el nombre del mismo gobernante, Țepeș, para posteriormente extenderse entre sus descendientes.

La realidad es que este noble es la figura histórica de mayor importancia del país, y sus reivindicaciones se multiplican por todo el país.

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La Administración toma cartas en el asunto

Para poner algo de orden en el asunto, la Administración ha ordenado que al DNI de los ciudadanos de este pueblo se le añada un segundo nombre o apodo, que permita diferenciarnos, saliendo nombres como Tepeș Greuruș, Țepeș Nica y Țepeș Bobescu.

Aun así, si los carteros se siguen equivocando en España, el lío en este pueblo rumano es ya mayúsuculo. Y es que incluso con un segundo nombre la originalidad en la nomenclatura sigue brillando por su ausencia. Hay por ejemplo tres Ţepeş Greuruş. Y entre unos y otros, las multas de tráfico se quedan sin pagar.