EL LÍMITE DEL BIEN

Villanos antes que héroes: la ciencia explica el por qué de la fiebre por los personajes malos de la ficción

Los rasgos antisociales en alguien con cualidades similares, según se especula en el mundo científico, pueden ser una amenaza para la imagen que una persona tiene de sí misma

Mads Mikkelsen como Le Chiffre.

Mads Mikkelsen como Le Chiffre.

Redacción

¿Quién no ha sentido una extraña fascinación por personajes como Voldemort o el Joker? Aunque sus acciones sean reprobables, algo nos atrae hacia estos villanos. Un estudio publicado en la revista 'Psychological Science' desvela el porqué de esta atracción, y la respuesta podría sorprenderte.

Según la investigación, nuestra atracción por los villanos ficticios se debe a que nos permiten identificarnos con aspectos de nuestra personalidad que preferimos mantener ocultos. Al vernos reflejados en estos personajes, podemos explorar nuestro lado oscuro sin las consecuencias de la vida real.

Un espejo en el mirar

"Nuestra investigación sugiere que las historias y los mundos ficticios pueden ofrecer un 'refugio seguro' para la comparación con un personaje villano que nos recuerde a nosotros mismos. Cuando la gente se siente protegida por el velo de la ficción, puede mostrar mayor interés en aprender sobre los oscuros y siniestros personajes que se parecen a ellos", explica la autora principal del trabajo, Rebecca Krause, candidata al doctorado en la Universidad Northwestern.

Los científicos vienen apuntando durante mucho tiempo que la gente se aleja de otros que son en muchos aspectos similares a ellos mismos, pero que poseen rasgos negativos como la inestabilidad y la traición. Los rasgos antisociales en alguien con cualidades similares, según se especula en el mundo científico, pueden ser una amenaza para la imagen que una persona tiene de sí misma.

Imagen promocional de la segunda temporada de Loki.

Imagen promocional de la segunda temporada de Loki. / EP

La psicología detrás del mal

El estudio también revela que en la conexión creada con estos personajes, existen factores psicológicos. Al identificarnos con aspectos, podemos explorar partes de nosotros mismos que normalmente mantenemos ocultas.

  • Un espejo oscuro: Al vernos reflejados en los villanos, podemos confrontar nuestros propios miedos, deseos y sombras. Esta identificación nos permite comprender mejor nuestra propia complejidad.
  • La tentación de lo prohibido: Los villanos nos permiten experimentar la emoción de romper las reglas y desafiar las normas sociales, algo que en la vida real podría tener consecuencias negativas.
  • Un escape de la realidad: La ficción nos ofrece un espacio seguro donde podemos explorar nuestros deseos más oscuros sin las consecuencias del mundo real.
Robert Davi como Franz Sánchez.

Robert Davi como Franz Sánchez antagonista de James Bond / efe

El estudio: un vistazo al lado oscuro de nuestra personalidad

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron los datos de miles de usuarios de una plataforma de entretenimiento online. Los participantes realizaron un test de personalidad y luego indicaron su nivel de atracción hacia diferentes personajes, tanto héroes como villanos. Los resultados fueron sorprendentes: las personas se sentían más atraídas por los villanos que compartían similitudes con ellos, incluso si en la vida real rechazarían esas mismas características en otras personas.

La clave está en la ficción. Al tratarse de personajes imaginarios, los villanos no representan una amenaza directa para nosotros. Podemos admirar su inteligencia, su ambición o su carisma sin sentirnos juzgados o amenazados.

"Cuando vemos a un villano en una película o una serie, sabemos que es solo un personaje", explica Rebecca Krause, autora principal del estudio. "Esto nos permite relajarnos y explorar nuestros propios aspectos oscuros sin sentir culpa o vergüenza".

Desde el enigmático Loki hasta el despiadado Darth Vader, los villanos han sido siempre una parte fundamental de la narrativa. Estos personajes nos desafían a cuestionar nuestras propias creencias y valores, y nos invitan a reflexionar sobre la naturaleza del bien y el mal.