Opinión | EL TRIÁNGULO

Lo que harán en el futuro

No calcula el PP el daño reputacional que esas y otras declaraciones antisistema por parte de los miembros de Vox en el Gobierno de Aragón pueden infringirle a su gestión, aunque el resultado de las generales ya fue un aviso

Esmeralda Pastor, recién nombrada directora general de Justicia, posa con una bandera franquista a su espalda.

Esmeralda Pastor, recién nombrada directora general de Justicia, posa con una bandera franquista a su espalda.

En el futuro de Esmeralda Jorge, cuando eran activos en esa red social que ha quedado para la promoción de fiestas patronales, gatos y geranios de las terrazas, no debía caber ser nombrados directores generales de un gobierno autonómico cinco años más tarde. En 2018, año de la explosión mediática de Vox, en el mismo Vistalegre que antes llenaba Podemos, porque siempre han cuidado meticulosamente los símbolos, azuzada la radicalización de su postura por el posicionamiento contra el proceso soberanista de Cataluña y el aleccionamiento de Steve Bannon, jefe de estrategia de Trump, en un entorno más amplio como el de la derecha populista radical europea, los activistas de Vox se hicieron más visibles en las redes. Empezó a ser habitual que personas con tradicional apego al franquismo lo exhibieran sin complejos, o recién llegados al debate público exaltarán patria, rey y Dios.

En fácil recordar aquel tiempo en que los convoyes enviados al cumplimiento del 155 en Cataluña salían de sus pueblos de origen con el «a por ellos» coreado por los vecinos como si fueran a la guerra de las Galias, llegaban a alojamientos próximos de sus intervenciones en el territorio catalán recibidos con más banderas de España que en una final de fútbol, más emoción que en Memorias de África y una atención ciudadana que se evaporó como ocurre con todas las actuaciones que acabamos convirtiendo en modas. En este ambiente de confrontación que como siempre saca lo peor de nosotros mismos, no pocas personas de ideología centrista y de izquierda pedían la intervención militar, el uso de la fuerza o la vuelta a la ley y el orden por el medio que fuera.

La resistencia democrática en ese momento no fue fácil, y actuales miembros del Gobierno de Aragón se fajaron en ella in situ, justo en este mismo gobierno del que ahora forman parte Esmeralda y Jorge como directores generales de Justicia, y Caza y Pesca, respectivamente. Estos últimos han borrado su historial de Facebook, por esas entradas de 2018 y 2019 alabando el franquismo en todas sus variantes y denigrando la democracia actual y a muchos de sus partidos. No calcularon ni sus exitosas carreras políticas, ni las variaciones de su partido que de prometer liquidar el Estado Autonómico ha pasado a codirigirlo en cinco de las diecisiete Comunidades Autónomas. No calcula el PP el daño reputacional que esas y otras declaraciones antisistema pueden infringirle a su gestión, aunque el resultado de las generales ya fue un aviso. Un acatamiento a las leyes vigentes, como la jura de bandera abierta a civiles, a la Constitución y al Estatuto podría ser lo primero que hicieran en ese futuro.