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Milei, una estrella de la radicalización

Su visita a España permite entender que los sucesos políticos de Argentina no son solo la réplica de una ola mundial, sino más bien el punto de relanzamiento de la misma en direcciones más radicales que las que había tenido hasta el presente

El presidente argentino, Javier Milei, el pasado abril en Miami.

El presidente argentino, Javier Milei, el pasado abril en Miami. / EFE

El ascenso de Milei al poder está intrínsecamente ligado al proceso político y económico de la Argentina. En el centro de este proceso se encuentra una crisis económica de larga duración que tiene entre sus expresiones el hecho de que los últimos tres presidentes del país duplicaron la inflación recibida del anterior. A este hecho se sumó la debilidad de las reservas en dólares que dio lugar a un régimen de comercio exterior pleno de opacidades y arbitrariedades para los importadores, y de perjuicios para los exportadores, quienes cobran un dólar oficial que vale mucho menos que el del mercado negro.

Como derivación de estas debilidades, Argentina vivió la ampliación de la economía infomal que genera subempleo junto con empleos precarios y mal pagados. Todo esto ocurrió en el contexto de una crisis de legitimidad y operatividad del Estado que retroalimenta las crisis de la economia y la sociedad: el estado corre más lento que los capitales y la información al tiempo que resulta incómodo para subjetividades que cada vez se ajustan menos a la ley general -siempre más particular de lo que se cree. Ese cóctel de economia empobrecedora y turbulenta con pérdida de la capacidad de ordenamiento y dirección estatal se potenció durante la pandemia. En su transcurso, los elementos que podían dar fundamento al planteamiento libertario del actual presidente fueron catalizados por los efectos de políticas de cuidados que han sido controvertidas en todo el mundo, pero en el caso argentino estaban exacerbados por las condiciones económicas y políticas previas.

Así como el kirchnerismo debió su ascenso más a la crisis económica generada por el regimen de los años 90 que a las articulaciones globales del Foro de San Pablo, el ascenso libertario debe más a la crisis del orden kirchenrista que a la influencia de la internacional reaccionaria que actúa una revancha contra los derechos de la población migrante, las mujeres o el movimiento LGTBIQ+. Sin embargo, esto no quiere decir que este proceso político no le deba a a esas articulaciones ideas, agenciamientos económicos, referencias internacionales, que ayudaron a determinar su perfil político e ideológico, así como a insuflar en la dirigencia libertaria ánimos de empresa y aventura política. Las características del proceso político local ayudan a entender la especificidad de su victoria: en Argentina se conjugaron una dinámica particularmente acelerada de emergencia de la extrema derecha, la acendrada radicalidad de su programa y, de forma simultánea, un amplio triunfo electoral de esa alternativa.

Poco valen las cuentas de la politología que adjudican a Milei un 30% de electores "propios" a los que se sumaría -según ellos más débilmente- el 24 % de la candidata que hizo toda su campaña en mímesis con Milei para luego sumarse a él. La fusión de la dirigencia de la derecha y la extrema derecha está precedida por un movimiento que había comenzado en 2018 cuando Mauricio Macri pasó de tener como guía esiritual a Trump en vez de Obama como respuesta a la derechización de su propio electorado. Y lo que observamos hoy, la sostenida popularidad del actual presidente de la República Argentina, pese al gigantesco ajuste que está practicando, condensa las transformaciones políticas antecedentes, tanto a nivel de las dirigencias como de las opciones programáticas de un electorado que se ha vuelto más afin al mercado y rechaza lo que ve como hipocresía e imposición en las políticas igualitarias y pluralistas del progresismo.

Antes que confirmar la visión según la cual el triunfo de Milei es una versión nativa de tendencias globales, ayuda a complejizar explicación de las victorias de las derechas en el hemisferio occidental. Lo que resulta concomitante de los sucesos de países del continente americano y europeo es una crítica incoercible al Estado y sus intervenciones. El caso argentino como una ampliación pantográfica puede devolverle a la mirada europea la percepción de este factor. Y no solo eso: también es preciso entender que, en este contexto, así como hay una internacional de las élites, hay una especie de sentimiento internacional popular antiestatista del que Milei es mucho más que un simple reflejo, un icono y un fuelle. Su visita a España, como lo fue su visita a Italia o sus encuentros con Elon Musk o Trump, o su popularidad en Brasil permiten entender que los sucesos políticos de Argentina no son solo la réplica de una ola mundial, sino más bien el punto de relanzamiento de la misma en direcciones más radicales que las que había tenido hasta el presente.

Pablo Semán es sociólogo y antropólogo argentino, coordinador del libro 'El ascenso de Milei. Claves para entender la derecha libertaria en Argentina' (Siglo XXI editores)