Opinión | VERDIALES

Antes ciudadano que futbolista

Como Annie Ernaux, Kylian Mbappé, tesoro nacional francés, fue preguntado por la situación política que vive su país e, igual que la Premio Nobel de Literatura, no rehuyó responder, tomó partido, se comprometió

Annie Ernaux.

Annie Ernaux. / José Luis Roca

Hace cosa de una semana, tuve la suerte, pues soy una afortunada, ya lo he dicho muchas veces, de conversar durante una hora con Annie Ernaux. Fue una circunstancia excepcional y extraordinaria, además de inaudita. La Premio Nobel de Literatura apenas viaja, casi no sale del refugio, literario y personal, en el que ha convertido su casa, en mitad del campo, rodeada de naturaleza, en Cergy, en la región de Isla de Francia, al noroeste de París.

"Cuando levantó la mano a esta visita no nos lo creíamos", me dijo al acabar la charla Miguel Lázaro, el editor de Cabaret Voltaire, el sello que, pese a la coronación por parte de la Academia Sueca, sigue publicando en España a la escritora francesa. “Fue ella la que lo decidió, tras el Nobel quiso continuar con nosotros, y lo mismo en el resto de países, incluso en Estados Unidos, todas sus editoriales son pequeñas e independientes”, me explicó Lázaro con los ojos muy abiertos, llenos de admiración y asombro.

Una decisión honrosa y, sobre todo, coherente con el papel de autora comprometida que Ernaux asumió en la vida pública desde que empezó a escribir. Implacablemente personal en su obra, siempre quiso "escribir el tipo de libro del que me resulte imposible hablar después, el tipo de libro que me haga imposible resistir la mirada de los demás", como cuenta en La vergüenza. Ernaux sabe que la verdad no es un concepto fijo, inamovible, ni en la vida ni en la literatura, pero reconoce su poder y por ello sus principios morales están ligados a su creación.

Aterrada, aunque no sorprendida ante la situación política que vive su país natal, con la ultraderecha de Marine Le Pen a un paso de conquistar el Gobierno y la Asamblea Nacional, muy crítica con Emmanuel Macron, al que tacha de "egoísta", es una firme defensora de la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon. Se autodefine como "tránsfuga de clase" –gracias a la educación, ascendió a la clase media y, con su talento, a la élite intelectual–, nunca ha ocultado su militancia de izquierdas y siempre que es preguntada por la realidad, social, política, se posiciona, da su sincera opinión, sin eufemismos ni rodeos.

En ella pensé, en la conversación que mantuvimos, durante la que, también, hablamos de todo eso, cuando escuché estas declaraciones de Kylian Mbappé: "Estoy en contra de los extremos, los que dividen. Hay jóvenes que se abstienen, quiero hacerles llegar este mensaje. Su voz sí cambia las cosas. Quiero estar orgulloso de defender a un país que representa mis valores. Esto es más importante que el partido de mañana porque la situación del país es diferente. Creo en los valores de la mezcla, la tolerancia y el respeto. Realmente espero que tomemos la decisión correcta y espero que sigamos estando orgullosos de llevar esta camiseta".

El futbolista, capitán de Les Bleus, estaba en una rueda de prensa de las muchas que a diario se celebran en la Eurocopa que se disputa estos días y se refería, claro, a las elecciones legislativas que se celebrarán en Francia el próximo 30 de junio. Como Ernaux, Mbappé, tesoro nacional francés, fue preguntado e, igual que la Premio Nobel, no rehuyó responder, tomó partido, se comprometió. Demostró así ser consciente de la responsabilidad que conlleva el hecho, indiscutible, de que su voz sea escuchada más y mejor que la de cualquier político o intelectual.

Una circunstancia que, incomprensiblemente, parece no compartir Unai Simón, portero de la selección española. “Soy jugador de fútbol, me dedico al fútbol, soy un profesional del balón, y creo que de lo único de lo que debería dedicarme a hablar es de temas deportivos y los temas políticos dejárselos a otras personas o entidades”, manifestó, también en conferencia de prensa por el campeonato europeo, sobre las palabras de Mbappé.

No voy a decir que el futbolista español me decepcionara. Para eso tendría que afectarme lo que piense. Pero sería importante, por la repercusión que, en muchos ámbitos, en mucha gente, tienen sus declaraciones, que Simón recordara que, además de deportista de élite, es ciudadano y, como tal, le afecta lo que suceda en su país, aunque no le importe.