Opinión | LA NEWSLETTER DEL DIRECTOR

Avances médicos

Tres pacientes han renunciado a la eutanasia tras someterse a una cirugía experimental en Barcelona que ha aliviado el dolor intenso que sufrían

Tres sanitarios acceden al hospital del Mar de Barcelona

Tres sanitarios acceden al hospital del Mar de Barcelona / Jordi Otix

Tres personas que habían iniciado los trámites para recibir la eutanasia han renunciado a seguir el proceso tras someterse en el hospital del Mar de Barcelona a una cirugía experimental que ha aliviado de forma considerable el dolor intenso que sufrían. La información, publicada en la revista médica Neuromodulation, ha pasado sorprendentemente desapercibida porque en la sociedad en general y en los medios de comunicación en particular estamos más volcados en lo urgente que en lo importante.

Los tres pacientes padecían el denominado dolor neuropático, causado por el propio sistema nervioso sin necesidad de que se produzca estímulo externo y ninguno de los tratamientos que habían recibido les aliviaba. Con una técnica experimental de estimulación cerebral profunda a través de electrodos en cada uno de los dos hemisferios del cerebro, han conseguido dejar atrás el dolor y con ello las ganas de terminar con su vida.

La información de este avance médico abre un debate interesante que la propia revista médica que lo ha publicado pretende espolear: ¿deben los comités de ética de los países con eutanasia considerar los tratamientos con resultados positivos en determinados pacientes aunque tengan bajan evidencia científica? Que una técnica experimental como la aplicada en el hospital barcelonés haga que tres personas renuncien a la eutanasia tiene que abrir necesariamente un debate sobre la necesidad de valorar estas opciones en casos extremos, aunque no tengan el aval de un ensayo clínico, y quitarse la vida legalmente es lo más extremo que puede haber.

Sin cuestionar en absoluto la Ley de Eutanasia, que entró en vigor en España el 25 de junio de 2021, y respetando siempre “la voluntad del paciente”, como indica el juramento hipocrático que realizan los médicos, este avance de la medicina abre un camino que sería necesario explorar en profundidad a la hora de evaluar las solicitudes.