23J, parece que esto se alarga

Hoy hace un año de las elecciones generales. Por primera vez en muchos meses, el aire que llega desde Madrid a la periferia no es el viento huracanado de un inminente adelanto electoral. Alberto Núñez Feijóo lo ha dicho con todas las letras: "si hay investidura en Cataluña, la legislatura va a durar”. Y Pedro Sánchez está esta semana implicándose personalmente en que haya investidura en Cataluña. Ergo…

Esta coincidencia, tan poco frecuente, podría tener otras explicaciones. A los barones del PP no les interesa ahora agitar, de momento, las aguas electorales, pues, han quedado en minoría y necesitan tiempo. Incluso en algún caso les puede ir bien salvar alguna votación gracias a la oposición, ganando centralidad y parando los pies a Vox. Una campaña electoral nacional no haría otra cosa que ponerles las cosas más difíciles.

Sánchez, por su lado, tiene también deberes pendientes que necesitan un oasis electoral. Tiene una deuda con el PSOE: reconstruir el partido allí donde está diezmado desde las últimas municipales y autonómicas, desde la Comunitat Valenciana hasta Madrid pasando por Andalucía, Baleares, Galicia o Extremadura. Y sus correspondientes ayuntamientos. En menos de un año tiene que tener esos liderazgos encarrilados si en el 2027 quiere acudir con garantías y, como les prometió, resarcir a los territorios que pagaron hace un año el castigo a su gobierno. Hay indicios de que lo que está viviendo con su esposa ha provocado que Sánchez muestre ahora más empatía, que ya debía tener, pero ocultaba, con los problemas y las dificultades de los demás. De manera que, aunque peligren las relaciones con sus socios como en el último pleno del período de sesiones o un juez le llame a declarar como testigo, no parece que tenga la tentación de disolver las Cortes cómo podría hacer a partir de hoy.

El contexto europeo e internacional tampoco es favorable a un adelanto electoral. Europa ha saldado dos match ball con la extrema derecha, pero hasta que Francia no se estabilice, no conviene dar una nueva oportunidad a un partido proruso como Vox. Feijóo, además, se ha alineado definitivamente con von der Leyen tras coquetear con Weber. Así que en eso ahora está con Sánchez. Y una posible victoria de Trump tampoco aconseja un devaneo electoral.