Opinión | LA NEWSLETTER DEL DIRECTOR

Biden

Los demócratas han pegado un golpe sobre la mesa y las piezas del ajedrez han saltado por los aires: la partida vuelve a empezar

Kamala Harris y Joe Biden.

Kamala Harris y Joe Biden. / LAP

Lo más difícil en la vida es retirarse a tiempo. Ya sea de un cargo político, de una responsabilidad laboral o de una relación… darse cuenta de cuando algo no da más de sí es sumamente difícil. Necesita de un ejercicio de sinceridad con uno mismo que muy pocos saben o quieren hacer: nos pasamos media vida engañándonos a nosotros mismos, ya lo sabemos. 

La renuncia de Joe Biden a seguir liderando la candidatura del Partido Demócrata para mantenerse en la Casa Blanca tiene un poco de todo eso, pero también puede ser una oportunidad de derrotar a Donald Trump, algo que parecía impensable hace apenas 48 horas. Biden nunca hubiera vuelto a ganar a Trump; Kamala Harris tiene una oportunidad, pese a haber sido durante toda la legislatura la vicepresidenta peor valorada en mucho tiempo.

La renuncia de Biden es posible que se acabe viendo como un ejercicio de generosidad en un momento en que escasean este tipo de comportamientos y ya ha conseguido un primer objetivo nada baladí: opacar el atentado a Donald Trump, el “mayor error” del Servicio Secreto en los últimos años, según sostuvo su directora este lunes en una comparecencia en el Capitolio. 

Que el paso a un lado del todavía presidente americano puede relanzar la campaña demócrata lo demuestra el hecho de que Harris, aún sin haber sido nominada, ha conseguido recaudar casi 90 millones de dólares en apenas 24 horas. Su candidatura ensancha la base de votantes potenciales de los demócratas y les da una oportunidad frente a un Trump que parecía lanzado hacia la Casa Blanca. La furibunda reacción del líder republicano es el mejor ejemplo de que ve más difícil ganar a Harris que a Biden, precisamente lo contrario de lo que ha dicho en público.

Harris tiene el reto de levantar su maltrecha popularidad y de hacer olvidar que en estos años ha gestionado la crisis migratoria y ha sido la vicepresidenta de Biden, el líder que ha apoyado a Ucrania frente a la Rusia de Putin, pero que también ha protagonizado una salida de Afganistán para olvidar o ha disparado la inflación con sus políticas económicas. Pese a haber sido su ‘número dos’, Harris no es Biden y los estrategas de Trump deberán repensar su campaña hasta el 5 de noviembre. Los demócratas, de la mano de Biden, han pegado un golpe sobre la mesa y las piezas del ajedrez han saltado por los aires: la partida vuelve a empezar.