ELECCIONES EUROPEAS 9J

El PSOE alienta “gobierno para rato”, pide una tregua a Feijóo y una izquierda “fuerte y unida” a Díaz

Los socialistas se centrarán ahora en reimpulsar la legislatura y reclaman a la oposición que rebaje el tono tras un semestre electoral marcado por la crispación, pero al mismo tiempo califican al presidente del PP como un líder “ultraderechista y populista confeso”

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, preside la reunión de la ejecutiva socialista para analizar los resultados de las europeas.

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, preside la reunión de la ejecutiva socialista para analizar los resultados de las europeas. / EFE/ PSOE

Iván Gil

Iván Gil

El análisis de la ejecutiva socialista sobre los resultados de las elecciones europeas es que el tablero político apenas varía con respecto a las elecciones generales. En comparación con el 23-J, “los bloques siguen prácticamente tal cual”, trasladan desde Ferraz para dar por aplacado el intento de enfocar estos comicios como un plebiscito. “Resistir es una forma de vencer”, ha resumido la portavoz Esther Peña para dar por buenos unos resultados en lo que se quedaron a dos diputados del PP (22 frente a 20) y cuatro puntos por debajo. De ahí que haya pedido a la oposición que “si esperaba algún tipo de adelanto electoral que abandone toda esperanza porque tenemos gobierno progresista para rato”.

El objetivo del Gobierno ahora, agarrándose a que se cierra un ciclo con un horizonte por delante libre de confrontaciones electorales y que sigue vigente el mandato de las urnas en las generales, es reimpulsar la legislatura. Retomar la iniciativa y poner encima de la mesa una agenda de reformas que se ha resistido hasta ahora entre el bloqueo parlamentario y las dificultades inherentes de un gobierno en minoría que necesita del apoyo de todos sus socios de investidura.

Peña ha aludido a un plan de regeneración democrática, en línea con lo anunciado por Pedro Sánchez tras reflexionar sobre su dimisión, coincidiendo con la apertura de la investigación judicial a su mujer, pero también a la implementación de los fondos europeos. Lo que no mencionó fueron los Presupuestos, la principal carpeta pendiente y que queda al albur de la gobernabilidad en Cataluña. “Ahora se abre un tiempo en el que toca volver a la normalidad y a que este gobierno siga legislando”, conminó. Tras ello pidió extender esta reflexión a todos los partidos y mencionó por igual a Alberto Núñez Feijóo y a Yolanda Díaz.

Al líder de la oposición, en la dirección socialista le han demandado una suerte de tregua con apelaciones a rebajar el tono tras la crispación vivida durante los últimos meses por el contexto de competición electoral. Eso sí, Peña lo hizo después de cuestionar a Feijóo por “llegar como moderado” y haberse revelado ahora como “un ultraderechista y populista confeso”. En la dirección de Ferraz, sin embargo, aseguran que por su parte suavizarán el tono, aun considerando que debe ser Génova quien debe dar el paso por tener la responsabilidad de imponer esta dinámica.

Desde las filas socialistas minimizan la victoria del PP porque sobre habrían conseguido “que los barones no tumben a Feijóo”, sin conseguir fagocitar a la ultraderecha con un discurso más duro. "Cómo ha quedado la alternativa de gobierno que ya no es una alternativa centrista, sino una alternativa ultraderechista", lamentó Peña tanto para pedir un perfil de partido de Estado a la oposición como advertir a sus socios parlamentarios que no hay alternativa al Gobierno de coalición.

Como ya desdenó en la noche electoral la candidata Teresa Ribera en una primera lectura de los resultados, los populares solo habrían crecido al absorber los escaños de Ciudadanos. Todo ello, dicen, a costa de “incendiar las calles, una polarización permamente” y un discurso que, lejos de debilitar a la ultraderecha, la habría fortalecido. “Antes, la internacional ultraderechista eran dos partidos, ahora tres, con Feijóo, Abascal y Alvise, en referencia al cabeza de carte de Se Acabó la Fiesta, que irumpió con tres eurodiputados. Vox, por su parte, aumentó su representación con respecto a las europeas de 2019 pasando de cuatro a seis escaños. 

Recados a Sumar

La portavoz de los socialistas también envío un mensaje a sus socios de coalición para abandonar el enfrentamiento de las últimas semanas y, “desde la seriedad y el rigor, ponernos a lo que hay que hacer”. Después de que su estrategia de marcar perfil propio y subrayar sus diferencias con el Ejecutivo, incluso oponiéndose en el Congreso a una medida aprobada previamente en el Congreso de Ministros, como fue la reforma de la ley del suelo, el espacio de Yolanda Díaz solo obtuvo tres escaños, mientras que Podemos arañó dos.

En el PSOE no han ocultado su interés por un espacio a su izquierda “fuerte y unida”. Con todo, la portavoz defendió su autonomía estratégica y que “las decisiones las tienen que tomar ellos”. Sin embargo, Peña sí animó a que “miren con claridad de frente y que ven qué retos tenemos por delante”.

Los socialistas siempre advirtieron sobre las consecuencias desmovilizadoras de la fragmentación del espacio a su izquierda, a quien necesitan tanto a nivel parlamentario como por gobernar en un modelo de política de bloques. No se trata solo de las dificultades para la suma del bloque progresista, sino también de la confrontación entre partidos progresistas que hace más compleja la gobernabilidad en una situación sin margen para la geometría variable. Sus cálculos son que existe una bolsa de votantes de izquierda de alrededor un millón de electores que nunca elegirían su papeleta, por lo que consideran necesario movilizarlos y transformarlos en representación institucional en un contexto de política de bloques.