VUELVE LA TRADICIÓN

Ahora todos quieren ser chulapos: las ventas en tiendas castizas crecen este San Isidro gracias a los jóvenes

"La gente de mi generación, la de los nacidos en los 80, ha rechazado en muchos momentos las tradiciones, pero noto que la Gen Z sí se reencuentra con la tradición, juega con ella y se implica", dice el organizador de Re-Inventando Chulapas

Una modista toma medidas a María, mientras ella se prueba en Maty un traje de dos piezas de chulapa.

Una modista toma medidas a María, mientras ella se prueba en Maty un traje de dos piezas de chulapa. / Alba Vigaray

María, madrileña, se ha vestido de chulapa por San Isidro toda su vida. Era su abuela la que confeccionaba sus trajes y, al morir ella, María dejó de ir de castiza a Las Vistillas. Este mayo, con 32 años, ha decidido recuperar esta tradición. Se ha acercado a Maty, un almacén cercano a la Puerta del Sol especializado en la venta de disfraces, ropa y calzado de baile y trajes regionales. Allí buscaba una falda de lunares. Aún quedaba en la tienda una azul verdoso de su talla. Se la ha probado junto a una camisa con los mismos tonos que también se llevará a casa. "Voy a ir a tos los laos vestida de chulapa. Como si voy por Vallecas", dice, feliz de haber encontrado un modelo de su talla a unos días de que comiencen las fiestas patronales de Madrid.

Una modista del establecimiento, que abrió con 14 años Matilde de Urrutia en 1943, le coge el bajo y le estrecha la falda. Justo en frente de ellas, Alba, de 15 años, le muestra a su madre cómo le quedan su vestido de chulapa y su mantón de Manila. Ella, almeriense, ha acordado con su grupo de amigas enfundarse este vestido que, durante unos años, quedó denostado por la presencia de los disfraces que casi parodiaban a las vestimentas tradicionales y por el abandono de parte de la población de las costumbres.

María comprueba en un espejo de Maty cómo le queda su conjunto de chulapa.

María comprueba en un espejo de Maty cómo le queda su conjunto de chulapa. / Alba Vigaray

"La gente de mi generación, la de los nacidos en los 80, ha rechazado en muchos momentos las tradiciones, pero noto que la Generación Z sí se reencuentra con la tradición, juega con ella y se implica. Tiene una relación mucho más sana, pero nosotros, por la memoria histórica o por lo que sea, estábamos enfadados con nuestros orígenes", señala Juan Gómez Alemán, director artístico de Juan Gallery, organizadora, junto al Ayuntamiento de Madrid, de Re-Inventando Chulapas. "Los más jóvenes se relacionan con el folclore desde otro lugar", zanja. 

El centro de la capital se llena de chulapas en un pasacalle por las Fiestas de San Isidro

Lucía Feijoo Viera

Este 2024, los jóvenes, desde la edad de Alba a algunos años más de los que cuenta María, han recuperado el hábito de vestirse de chulapo y las principales tiendas que proporcionan estos gabrieles (los chalecos de pico de gallo que llevan, mayoritariamente, los hombres), las parpusas (gorras) y los vestidos colmados de entredoses, lunares y lazos. "Ya empezamos a ver el año pasado que compraba en Pertiñez mucha gente de un perfil que no era el habitual. Normalmente, venían clientes de 60 o 70 años, pero, en 2023, vino gente muy joven, de 18, 20, 25, 30 años. Vendimos mucho y 15 días antes nos quedamos sin nada", desvela para EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Jorge Pertiñez, que en 1991 abrió su local de trajes de baile y regionales junto a su hermano Javier. 

Gabrieles y parpusas de la tienda de disfraces y vestidos tradicionales Maty, en Madrid.

Gabrieles y parpusas de la tienda de disfraces y vestidos tradicionales Maty, en Madrid. / Alba Vigaray

"El año pasado ya lo noté, pero este año se ha visto más: cada vez más jóvenes se quieren vestir de chulapo". Este 2024, la demanda ha aumentado. Todavía no han registrado los datos numéricos, porque están esperando a que se termine la temporada para comparar las ventas del año en curso con los pasados. Sin embargo, el constante flujo de clientes certifica que los beneficios van a ser mayores. "Tengo el probador lleno de chulapas", certifica Pertiñez.

"Antes, el porcentaje de la población que se vestía de madrileño era mínimo, pero ahora se ha democratizado la ilusión por vivir las fiestas de Madrid y por vestirse de castizo", añade Maty.

Detalle de un vestido de chulapa de Maty.

Detalle de un vestido de chulapa de Maty. / Alba Vigaray

Arraigo desde el pueblo

"El poder de San Isidro va a llegar este año mucho más lejos", afirma Jorge Pertiñez, que considera que "todos los sectores estamos de enhorabuena, no sólo por el beneficio, sino por recuperar desde abajo, sin las instituciones, una fiesta patronal. Han sido los chavales, desde Instagram y desde TikTok, los que la han impulsado". A su establecimiento se desplazaron el año pasado Eme y Muna, dos conocidos creadores de contenido que acogen las tradiciones de Navarra, donde nació él, Granada y Sevilla, de donde procede ella, y, ahora, de Madrid, donde viven. Su vídeo tuvo casi un millón de visualizaciones en TikTok.

La demanda de los trajes de chulapo "crece cada año lentamente, principalmente los infantiles", indica Maty. Este cambio lo notaron a partir de la pandemia, cuando algunos colegios pidieron a los padres que vistiesen a sus hijos con los trajes castizos. "Les estaré eternamente agradecida", agrega. 

Muchos de esos escolares "han nacido en Madrid, pero no son de padres madrileños. No tenían el arraigo, pero los colegios han ayudado en ese sentido". Es una forma de crear ilusión por nuestras fiestas.

Vestidos de chulapa en Maty.

Vestidos de chulapa en Maty. / Alba Vigaray

Disfraces y trajes originales

En Maty tienen tres tipos de vestidos de chulapa: los disfraces, los trajes originales con talla preestablecida y los hechos a medida. Los primeros se pueden adquirir a partir de 39,90 euros; los segundos, a partir de 120, y no acierta a establecer el precio de los terceros, porque dependen de las peticiones de los clientes. "Distinguimos perfectamente entre los trajes y los disfraces, aunque estos tengan una calidad mayor que otros disfraces. Confeccionamos trajes de madrileña durante unos cuantos meses antes de que llegue San Isidro, porque, si tuviésemos que atender la demanda en el momento, sería imposible hacerlo. Ahora hay muchas tallas agotadas y el taller sigue trabajando a marchas forzadas para atender a la máxima demanda posible", sostiene.

Hay muchas tallas agotadas y el taller sigue trabajando a marchas forzadas para atender a la máxima demanda posible"

Matilde de Urrutia ('Maty')

— Fundadora de la tienda Maty

Los gabrieles, detalla Jorge Pertiñez, los venden en su establecimiento por 35 euros los que van sin forro y por 65 euros los que sí lo llevan. "Nuestro taller no da para más. El 80% de lo que hay en la tienda lo fabricamos nosotros", explica.

"A la gente joven le gusta más vestirse de chulapo", concluye Maty con una sonrisa en la cara al comprobar que "las fiestas se están valorando, mientras que durante muchos años estuvieron adormecidas o en una parte muy reducida que era la Pradera de San Isidro". "Lo que tenemos que hacer es sacar nuestra fiesta a la calle. Al centro de Madrid y que todo el mundo pueda participar". 

María elige un traje de chulapa en la tienda especializada Maty.

María elige un traje de chulapa en la tienda especializada Maty. / Alba Vigaray