CASTILLA-LA MANCHA

Enrique, el alcalde veinteañero que retrata en TikTok la vida de su pueblo de "10 habitantes en invierno": "Es una realidad que muchos no conocen"

"No estamos en riesgo de despoblación, sino de desaparición", alerta el joven regidor del "desierto demográfico" de El Recuenco, Guadalajara

Enrique Collada, alcalde de El Recuenco (Guadalajara) con sólo 27 años.

Enrique Collada, alcalde de El Recuenco (Guadalajara) con sólo 27 años. / Alba Vigaray

"¿Habéis visto que alcalde tenemos? Bien joven, ¿eh?". Un anciano que muestra el camino hacia la plaza del Ayuntamiento de El Recuenco presume de su regidor. No es para menos. Enrique Collada (PSOE) se convirtió a sus 26 años en primer edil del pueblo de su padre y de su abuelo, al que hasta hace unos años sólo le recurría al verano, a la Semana Santa, a los fines de semana y a las fiestas patronales. 

Ahora, pasa todo el tiempo que puede en él, aprovechando que a veces puede teletrabajar. No ha transcurrido mucho desde su investidura, apenas 12 meses, pero él lleva años trabajando en procurar la mayor prosperidad a El Recuenco, un municipio de 71 habitantes de la provincia de Guadalajara. 71, según el INE, porque Collada afirma que son "10 en invierno y unos 1.200 en verano". "Hay una población flotante brutal. Eso parece muy guay, pero los servicios de agua y de basuras están dimensionados para lo que están dimensionados. Es un problema de gestión muy grande", recalca.

Calle de El Recuenco, en Guadalajara.

Calle de El Recuenco, en Guadalajara. / Alba Vigaray

Este joven consultor de proyectos de fondos europeos, autónomo, va "como pollo sin cabeza" entre su despacho en El Recuenco y las diputaciones provinciales de Guadalajara y Cuenca en las que presenta la documentación de sus clientes. La de alcalde y la de trabajador por cuenta propia no son sus únicas ocupaciones; también pertenece a una asociación de jóvenes, RumboRural, que trata de reactivar las posibilidades de la Mancomunidad del Alto Tajo, que él mismo preside, formada por el suyo y por otros nueve pueblos -dos de ellos, pedanías- de alrededor. Eso sí, exclama: "No me quiero dedicar a la política".

"Vimos en torno al turismo y al sector forestal muchas oportunidades. A raíz de eso, empezó a cambiar nuestra perspectiva de ver el pueblo como un sitio de fin de semana, de desconectar y de fiestas, para convertirse en un lugar en el que vivir, emprender y donde hay calidad de vida y opciones para hacer proyectos con un propósito bonito", explica tras de su escritorio a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

No me quiero dedicar a la política"

Enrique Collada

— Alcalde de El Recuenco

No, no cobra, como tantos otros

Hace unos meses, cuando la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, visitó El Recuenco, Collada subió un vídeo con ella a la red social TikTok. Desde entonces, ha compartido su vida diaria como gestor de un pueblo con el objetivo de "mostrar una realidad que hay mucha gente que no conoce". Desde entonces, ha acumulado vídeos con hasta dos millones de visualizaciones y más de 11.000 seguidores. La vida rural engancha.

"La pregunta que me suelen hacer es cuánto cobro y es absurda, porque los concejales y alcaldes de por aquí estamos de forma voluntaria, como ocurre con la inmensa mayoría de concejales y alcaldes de España. Que en las ciudades me consulten eso me muestra que se desconoce totalmente cómo es nuestro país y cómo se está gobernando y haciendo política", expresa Collada. Él se presentó a la alcaldía cuando la anterior regidora manifestó que no quería continuar. Y lo hizo porque forma parte de ese grupo de gente que "está dispuesta a dedicar su tiempo libre a romperse la cabeza para ayudar a su comunidad, a lo mejor porque no queda otra, como pasa en estos sitios". 

Su edad y su cara aniñada no se corresponden con los conocimientos que acumula y los proyectos que planea llevar a cabo en el pueblo. "Al principio la gente mayor me veía como un jovencillo y es curioso que pensaban: 'Pobrecillo, la que se le viene encima', y se preocupaban por mí como madres. Pero, por otro lado, mi juventud tiene una ventaja: se espera menos de mí y es más fácil sorprender cuando me reúno con alguien y soluciono su problema o cuando saco adelante proyectos", dice. 

Mi juventud tiene una ventaja: se espera menos de mí y es más fácil sorprender"

Enrique Collada

— Alcalde de El Recuenco

Gestionar un pueblo como El Recuenco, por pequeño que sea, tiene sus complicaciones, que no son las mismas que las de Madrid. Barcelona o el resto de grandes capitales de España, pero afectan de cerca a los vecinos. "Yo no tengo la red de Metro que tiene Ayuso o la ciudad que gestiona Almeida, pero ellos no tienen las 7.000 hectáreas de monte de las que me ocupo yo. Eso son incendios, casas, agua, madera, desbroces, caminos, todo lo que nos podamos imaginar", evidencia.

Enrique Collada, alcalde de El Recuenco, Guadalajara, en el frontón del pueblo.

Enrique Collada, alcalde de El Recuenco, Guadalajara, en el frontón del pueblo. / Alba Vigaray

Trabajar para una población pequeña tiene otra particularidad: "El trato es más cercano, porque hay menos personas y tenemos que estar al día de todo. Con los pocos medios que tenemos, hay que entender de urbanismo, de desabastecimiento, de vivienda, de presupuestos, de electricidad... te toca saber de todo, y esa es la realidad". Hasta de festejos, con la mejor comisión "de la provincia y, casi que me atrevo a decir, de España", según dice en su cuenta de TikTok.

Desierto demográfico

En El Recuenco hay tan sólo cuatro menores de edad, él es el único veinteañero y el resto "tienen de 40 y pico o 50 y pico para arriba." La población joven -y la población, en general- en este pueblo es "un animal mitológico y es uno de los retos evidentes".

De acuerdo con los datos de la Mancomunidad que maneja, la media es de 0,76 habitantes por kilómetro cuadrado, y eso si lo que se consulta son los empadronamientos, "que en realidad será menos". "Según la ONU, desierto demográfico son 10 habitantes por kilómetro cuadrado y aquí no llegamos ni a uno. Es de las peores zonas en cuanto a población, en parte por al orografía, y se nota sobre todo en la gente joven. No estamos en riesgo de despoblación, sino de desaparición". 

Enrique Collada, alcalde de El Recuenco, Guadalajara, en su despacho.

Enrique Collada, alcalde de El Recuenco, Guadalajara, en su despacho. / Alba Vigaray

Para hacer más atractivo su pueblo y la zona el Alto Tajo, los miembros de la Mancomunidad negocian y se reparten los servicios: uno tiene el centro de salud de referencia,  Villanueva, a 18 kilómetros de El Recuenco; otro, Pedralveche, a unos 13 kilómetros, tiene La Cocina de Lyn, un bar con terraza de importante tamaño; el municipio que gestiona Collada tendrá pronto una tienda de alimentación.

La población está muy envejecida, por lo que, señala, "hay que regenerar, traer a nuevas familias y negocios". Para ello, refuerzan las actividades de ocio y cultura, las que "hacen que la gente se quede aquí". "La gente no viene porque se aburre. Un gimnasio o un lugar para hacer actividades deportivas haría que algunas personas pasasen más meses aquí. Tratamos que la gente que pasa más tiempo aquí se empadrone, porque nos dan más recursos. Estamos trabajando mucho para que haya actividades durante toda la semana", sostiene.

Hace un llamamiento a los jóvenes que buscan una loclalidad rural en la que vivir: muchos preguntan por un empleo, pero lo que se encuentra en El Recuenco es "mucho atractivo para emprender aquí". "A los que lo hacen les va bien", y, en cuanto lleguen algunos, los demás les seguirán, porque "la gente joven quiere también más gente joven". 

Zona de descanso de El Recuenco, en Guadalajara, donde "jugamos a las cartas", dice Enrique Collada.

Zona de descanso de El Recuenco, en Guadalajara, donde "jugamos a las cartas", dice Enrique Collada. / Alba Vigaray

Retos para repoblar El Recueco

"El problema número uno ahora para los pueblos que queremos repoblar es que haya casas para que pueda venir gente", lanza el alcalde veinteañero, oriundo de Alcalá de Henares (Madrid). Para ello, hay ciertas subvenciones, pero, critica, "hay más burocracia que fondos", por lo que "la gente acaba decidiendo que no compensa" meterse en semejantes trámites.

Él mismo está rehabilitando su vivienda, una de las tantas que están en obras en este pueblo cuyas calles huelen intensamente a vegetación. La reforma a través de una prestación energética para inmuebles, que "exige mucha inversión, hay que adelantar el dinero y hay que justificarla muy bien".

"Hay que rellenar un montón de papeleo para pedirla, para justificarla y mientras la estás haciendo. En estos pueblos cuesta hasta encontrar a empresas que firmen digitalmente. Hay que ser garantistas, pero es que no se quiere meter nadie a pedir la subvención. A ver si la Junta de Castilla-La Mancha contribuye a que esto mejore", reclama. 

Otro de los puntos con los que quiere atraer población a este municipio de Guadalajara es el turismo, con el que "hay que ser muy críticos, no criticones, porque puede ser un vector de desarrollo, pero estamos viendo muchos municipios que se han convertido en parques temáticos, que ahí no vive nadie, sino que sólo hay casas rurales y restaurantes".

El cuartel a la entrada de El Recuenco, Guadalajara, que reforman para convertirlo en 'coliving hub'.

El cuartel a la entrada de El Recuenco, Guadalajara, que reforman para convertirlo en 'coliving hub'. / Alba Vigaray

El turismo, señala, tiene que "beneficiar a los negocios locales y permitir que haya gente que viva aquí, para mantener el pueblo y mejorarlo con los recursos que genera". Es por ello que incide en que su turismo debe de ser "sostenible". Busca desestacionarlo, con iniciativas como rutas de micología -estudio de las setas y otros hongos- en otoño; con un proyecto de refugios en el monte; microáreas para caravanas; nómadas digitales, que se instalarían en un cuartel a la entrada del pueblo que están restaurando para convertirlo en un coliving hub y convertirse en embajadores de iniciativas que les llegan, como una de glampings

"Hay un problema tremendo: en verano, ya se está regulando el Cañón del Tajo, porque viene muchísima gente. Es un territorio muy silvestre y hay que cuidarlo, porque los incendios son una amenaza y tenemos que tener infraestructura y hacer un filtrado del turismo que queremos. Es una prioridad y genera rechazo entre la población local. No quiero que se convierta en un parque temático ni en una bañera de Madrid", concluye Collada.