EMPRESAS Y VENTAS

Los 'culpables' de que no paren de abrir locales de empanadas argentinas: "Fabricarlas es engorroso y acuden a nosotros"

Caro Import lleva treinta años fabricando productos argentinos en España, pero el auge de las tiendas de empanadillas ha disparado sus ventas en los últimos tres

Diego Maccari, CEO de Caro Import, productor de tapas de empanadilla argentina

Diego Maccari, CEO de Caro Import, productor de tapas de empanadilla argentina / Caro Import

Analía Plaza

Analía Plaza

Llevan más de treinta años en España, pero su negocio se disparó hace cuatro. "Veníamos creciendo al 10% anual y de repente pasamos al 40%. Ha habido un boom. Para las cadenas o franquicias que tienen cuatro, cinco o diez puntos de venta de empanadas, el proceso de fabricación es engorroso, necesitas una gran inversión de maquinaria y una pequeña empresa no puede afrontarlo. Así que buscan un proveedor y acuden a nosotros".

Quien lo cuenta es Diego Maccari, CEO de Caro Import, una empresa que empezó importando productos argentinos y hoy tiene dos fábricas —y una tercera a punto de ser inaugurada— propias. Explica que viven un crecimiento inesperado en varias de sus líneas: el dulce de leche, la hierba mate y las tapas para empanadas. La empresa fabrica las obleas que luego cada tienda termina con sus propios rellenos: carne, jamón y queso, espinacas... El año pasado produjeron 8,7 millones de tapas, un 13% más que el anterior.

La apertura de su nueva planta se hace en previsión del aumento de este negocio, porque un porcentaje muy importante de sus clientes son las pequeñas cadenas. "Tenemos a más de cincuenta. Lo normal es que las grandes firmas, como Malvon [una de las principales franquicias españolas de empanadas argentinas], fabriquen su propio producto", dice. "Pero además de las marcas importantes hay muchísimas con pocos locales. Hasta que no tienen un volumen grande, no les merece la pena". Una de estas cadenas es, por ejemplo, La Fábrica, que tiene ocho tiendas en Barcelona. "Vas por la calle y hay un montón tiendas de empanadillas argentinas, tanto en Barcelona como en Madrid. Para nosotros ha sido una grata sorpresa y nos viene estupendo".

El crecimiento del negocio se refleja en su facturación, que en apenas tres años se ha duplicado, pasando de ingresar 8,9 millones en 2020 a 19 millones (datos de la empresa) en 2023. Hay otros fabricantes especializados en tapas en España (Los Reyunos y Oven's Time) pero más pequeños. Y luego está Europastry, el gigante del pan congelado, que sirve a una de las grandes franquicias de empanadas (Las Muns).

"Ahora mismo estamos montando el tercer turno para hacer tapas en la segunda fábrica, hasta tener la tercera, que será solo de tapas", continúa. La primera es para el dulce de leche —al ser sin gluten, necesita estar separado de otras líneas de producción— y la segunda quedará destinada a los alfajores, un dulce típico argentino. "Queremos adaptar las máquinas para hacer minialfajorcitos. El tradicional pesa 50 gramos y hay gente con reticencia, a la que quizá si le ofreces algo chiquitito lo pruebe".

Una empresa pionera

Los fundadores de Caro Import son José y Alejandro Caro, dos hermanos argentinos que emigraron a España en 1991. "Vieron la oportunidad de negocio en importar productos de Argentina", recuerda Maccari, que entró en la empresa en el año 2000 y además de ser CEO es socio. "En aquel momento, los clientes potenciales eran las parrillas argentinas. Traían vinos, mate, dulce de leche, alfajores... Los alfajores tienen una vida útil de cinco meses y traerlo por avión o barco era lento y costoso. Así que montaron una pequeña pastelería, al tiempo que seguían importando".

Antes del crecimiento de las tapas de empanadas tuvo lugar el del dulce de leche, un producto menos visible pero mucho más omnipresente y del que fabrican 2,5 millones de kilos anuales.

Cuenta Maccari que se lo venden a la industria —por ejemplo: hace años Burger King sacó un postre relleno de dulce de leche que era suyo— y a los heladeros. "Hoy en día es raro que una heladería no tenga helado de dulce de leche", cuenta. "Las empanadas están en boca de todo el mundo, pero el dulce de leche está en casi todas las heladerías. También nos ayudaron mucho las gofrerías y churrerías".

El equipo de Caro Import en un stand de una de sus marcas, Márdel

El equipo de Caro Import en un stand de una de sus marcas, Márdel / Cedida

El repentino éxito de los locales de empanadillas ha sido la guinda del pastel, no porque sirvan a las grandes franquicias —además de Malvón, que ya tiene 89 tiendas en España, están Las Muns (40), Tío Bigotes o Sabores Express— sino porque el mercado no para de crecer. Además de las pequeñas cadenas, Caro Import vende una tercera parte de su producción al consumidor final a través de Carrefour. "No crecemos por robarle clientes a la competencia, sino porque cada vez hay más clientes", señala el CEO. "Y el boom de la empanadilla no se da solo en España, sino en toda Europa. No creo que vaya a morir como moda: es un producto muy accesible y que puede sustituir a lugares de comida rápida como el McDonald's".

Por si fuera poco, hace pocas semanas Nestlé, propietaria de la marca Buitoni, dejó de vender obleas de empanadillas en el supermercado por "falta de abastecimiento de harina" (la harina que usan tiene unas especificaciones técnicas muy concretas, según explicó la empresa), lo que dio un empujón más a las ventas de Caro. La masa no es exactamente igual, pero "el consumidor lo ha entendido como un producto sustitutivo".

Tras el dulce de leche y la empanadilla, Maccari tiene claro cuál es el próximo producto argentino que se va a popularizar en España: la hierba mate, que se toma en infusión y estimula, como el té o el café.

"Nos sorprende muchísimo. Es un producto que contemplábamos como nostálgico, como solo orientado al argentino. Pero vemos que no: el público español se adapta cada vez más al consumo de productos argentinos", concluye. "Viene creciendo un 30% anual y este año será más. Messi toma mate, Luis Suárez toma mate... hay muchos referentes tomando mate y eso anima a los jóvenes, a los que les gusta probar cosas nuevas. No es solo de argentinos, yo ya veo a chavales españoles por la calle bebiendo mate".