EMPRESAS

Cómo una cooperativa de trabajadores se impuso a un banco y un fondo para salvar Duralex, la empresa de la vajilla irrompible

Los empleados se han organizado en una suerte de cooperativa y han conseguido "conservar los empleos", 226 puestos, reconoce Suliman El Mousaoui, representante sindical que lleva en la compañía francesa más de 17 años

Vasos de Duralex.

Vasos de Duralex. / DURALEX

Ana Ayuso

Ana Ayuso

Duralex no va a desaparecer. La vajilla ámbar, verde o transparente que ocupaba y sigue permaneciendo en las cocinas de las abuelas españolas, tampoco. La empresa y sus productos son irrompibles. "Han quedado en las familias porque son unos platos muy resistentes, porque se ha integrado muy bien y es una marca de calidad a la que la gente le tiene cariño", destaca el experto en branding Fernando de Córdoba. La compañía francesa -no española, a pesar de lo que muchos nacionales piensan después de que se convirtiera en uno de los iconos de la decoración patria de los años 70- pasa a manos de sus empleados. El modelo empresarial que han presentado ante las autoridades comerciales de su región se ha impuesto al de un banco y al de un fondo de inversión.

La conocida como la Torre Eiffel de la fabricación de vidrio ha vivido un periodo incierto, marcado por la inestabilidad que la pandemia y la crisis de suministros de la guerra de Ucrania instalaron en la corporación en los primeros años de esta década. Duralex fue declarada en quiebra en septiembre de 2020 por el tribunal comercial de Orleans, después de haber sufrido importantes problemas de liquidez.

Vajilla Duralex.

Vajilla Duralex. / EPE

Ya en 2017 había tenido que bajar notablemente su producción de vidrio templado por un cambio de horno y en 2022, ante la imposibilidad de mantenerse económicamente por el aumento en el precio de la energía tras la invasión de Rusia tuvo que apagar el horno durante cinco meses. Fue salvando las crisis que se le iban presentando, gracias también a la ayuda de las autoridades francesas. Recibió en noviembre de 2022 un préstamo estatal de 15 millones de euros y un año y medio después de recibirlo, Géraldine Fiacre, la entonces directora ejecutiva de La Maison française du verre (LMFV), el grupo supervisaba Duralex, declaró en una entrevista para el diario regional La République du Centre que la empresa había "sufrido una fuerte caída en el consumo" y la cristalera entró en suspensión de pagos.

Una cooperativa "poco habitual"

La situación de Duralex se presentaba completamente desfavorable, hasta que el tribunal de comercio de Orleans, el mismo que había declarado unos años antes a la compañía en quiebra, seleccionase la oferta de la cooperativa de empleados, apoyada por las autoridades locales, para que se encargase de relanzar la emblemática vidriera. De esta manera, Duralex se transforma en una Scop (Sociedad Cooperativa y Participativa), un modelo empresarial francés similar a las cooperativas españolas que coloca a los empleados como dueños, y se preservarán los 226 puestos de trabajo de la fábrica situada en La Chapelle-Saint-Mesmin (Loiret).

"Es poco habitual adoptar el formato Scop para una industria pesada, pero para nuestro proyecto industrial y los plazos de implementación, el proyecto Scop era el más adecuado y el medio para conservar los empleos", reconoce en una entrevista para EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Suliman el Mousaoui, representante sindical de la central sindical Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT) y empleado de Duralex desde hace 17 años. 

Los trabajadores analizaron, dice El Mousaoui, "los diversos fracasos en la adquisición de Duralex en el pasado" y se decidieron finalmente por elegir el modelo Scop, que validó el 26 de julio el tribunal de comercio de Orleans. François Marciano, director de la fábrica y futuro líder de Duralex, manifestó al salir del tribunal que la plantilla se sentía "aliviada" por los trabajadores que "han luchado como leones durante dos meses". "Todos vinieron a nuestro lado para ganar", sentenció.

La victoria de los empleados de la cristalera llamó incluso la atención de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que recalcaba en un tuit que "siempre es una buena noticia cuando se reparten de forma justa e igual los beneficios del trabajo". "Nos ha conmovido el apoyo de la ministra de Trabajo de España. La Scop no tiene los recursos financieros de un holding internacional y debe vender productos para cubrir sus necesidades y desarrollarse", agradece Suliman el Mousaoui.

Han salvado 226 empleos

La Scop de los trabajadores de Duralex se impuso ante las propuestas para sacar a la empresa del procedimiento judicial elaboradas por un banco, un holding propiedad de una pareja de descendientes de vidrieros normandos y por un fondo de inversión que planteó una carnicería en una plantilla. "Había dos ofertas: una industrial (La Rochere) apoyada por un banco, que despedía a 50 personas, y la otra oferta apoyada por un fondo de inversión, que despedía a aproximadamente 150 personas", explica Suliman el Mousaoui.

En cambio, la propuesta de los empleados, apoyada por los sindicatos, por el Estado y por los cargos electos locales, permitía mantener 226 empleos. El presidente de la región de Centro-Valle de Loira, el socialista François Bonneau, aseguró que su gobierno "apoyará [a la Scop] cuando llegue el momento", a través de la creación de un fondo de garantía con el BPI, el Banco de Inversión Pública, por sus siglas en francés, para apoyar otros préstamos concedidos. Por su parte, la ciudad de Orleans se ha ofrecido a comprar el terreno en el que se instala la fábrica de Duralex, cuyo valor se estima entre 5 y 8 millones de euros, de acuerdo con medios locales.

Ahora, la nueva dirección mira hacia adelante: "Después de varios intentos de adquisición de Duralex que resultaron en fracaso, nuestra empresa se quedó sin equipo de marketing y ventas, situación que lleva años. Nuestro desafío es, en primer lugar, reconstruir muy rápidamente una fuerza comercial y de marketing. El segundo desafío, relacionado con el primero, es distribuir toda nuestra gama de productos en todo el país, es decir, ser más atractivos", dice el representante sindical. La Scop comenzó a suministrar productos a sus clientes el 1 de agosto y lo hará a partir del 2 de septiembre para el público general.

La vajilla de 'Cuéntame'

La vajilla de Duralex se convirtió en un símbolo de la España de los 70 y, según el experto en branding Fernando de Córdoba, "tiene mucho que ver con nuestra demografía, con todos los baby boomers que en esos años ya empezaban a tener edad de casarse y con esta manera de entender la economía". Se refiere a esa sociedad que en aquella época "salía de casa cuando se casaba y se compraba los muebles y todo el menaje cuando se iba a un piso con su nueva pareja". 

El autor del libro Los secretos de las marcas recuerda que en esa época "no había tanto para elegir" y Duralex se presentaba como una opción "con un diseño muy colorido, que encajaba con la estética de aquella época, casi tipo pop, con ese amarillo, ese verde, el cristal que también sorprendía un poco respecto a las típicas vajillas de porcelana". Los platos de los abuelos. Los de Cuéntame.

La familia Alcántara, de 'Cuéntame', come en una vajilla Duralex.

La familia Alcántara, de 'Cuéntame', come en una vajilla Duralex. / RTVE

Duralex, señala De Córdoba, es "una marca muy nuestra" y desde la empresa lo saben: "La fidelidad de España, al igual que la de Francia, es innegable; los españoles han sabido apreciar a lo largo de estos años nuestras diferentes gamas y la calidad de nuestros productos irrompibles", asegura Suliman el Mousaoui. De hecho, el representante sindical agradece haber recibido "el apoyo de ciudadanos españoles a través de las redes sociales", porque "esto nos anima a continuar nuestros esfuerzos para mantener viva a Duralex".

Antes de que nuestro país se abriese del todo al mercado común, durante el desarrollismo, España importaba algunos productos franceses. En esa fina grieta, recuerda De Córdoba, se colaron "las grandes superficies de distribución, como Continent, que trajo Continente; Auchan, que trajo Alcampo; o Carrefour, que trajo Pryca". Y también Duralex.

"Me da la impresión de que el hecho de que fueran franceses y que nuestras cadenas de distribución fueran mayoritariamente francesas puede tener que ver", señala este experto en branding, que define a la cristalera como "una marca muy cotidiana y cercana", cuyo nombre "está basado en el latín, no nos suena extraño, y si preguntásemos a la gente a nadie le sonaría a francés, que en ese momento sí que generaba un poquito de rechazo".

La vajilla que recaló en las cocinas españolas traía "una tecnología innovadora y un diseño moderno", y se acabó convirtiendo "en una profecía autocumplida": "Cuando algo está en las casas de todo el mundo, se acaba convirtiendo en algo muy nuestro aunque inicialmente no lo fuera", como también ocurrió con la Coca-Cola, sentencia Fernando de Córdoba.