¡Atención! estas son las lesiones musculoesqueléticas que más aumentan en verano

Cada estación del año viene acompañada de sus propias patologías y si en invierno son las infecciones respiratorias las más habituales en las consultas médicas, en verano se produce un incremento notable de los traumatismos, especialmente entre los más jóvenes. 

Y estos traumatismos provocan un aumento de las lesiones musculoesqueléticas, la mayor parte de ellas causadas porque durante estas fechas son más el número de personas que realizan actividades físicas como natación, paseos en bici, o deportes de verano, entre otros. 

Lesiones medulares

Según los datos de la Sociedad Española de Columna Vertebral (GEER), cada año se producen en España entre 800 y 1.000 lesiones medulares. Y son los accidentes de tráfico y las caídas su principal causa. Pero en verano, son las zambullidas en el agua las que suelen provocar este tipo de lesión grave. 

Y es que el impacto de la cabeza y el peso del cuerpo con una superficie como una roca o el fondo del mar o de la piscina pueden producir una fractura o luxación de las vértebras cervicales que provocan una tetraplejia o paraplejia, entre otros problemas.

Con el fin de evitar este tipo de lesiones desde la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) ofrecen algunas recomendaciones como: 

1. Evitar tirarse de cabeza al agua. “Y si se hace, siempre hay que hacerlo con las manos por delante y la cabeza entre los brazos extendidos en prolongación del cuerpo, de manera que si se produce un impacto contra el suelo o una roca no sea contra la cabeza y/o el cuello”. 
2. Además, es esencial no lanzarse al agua de cabeza desde demasiada altura con el fin de limitar la velocidad a la que se cae. 

Traumatismos provocados por accidentes de tráfico

Aunque cada vez estamos más concienciados de la importancia de mantener la seguridad al volante de un vehículo, desgraciadamente todos los veranos se incrementan los accidentes de tráfico. Detrás de ellos puede haber múltiples causas como despistes, cansancio o consumo de sustancias tóxicas. 

Como consecuencia de estos siniestros, los traumatismos más habituales que se producen son:

• Una lesión medular
• Un traumatismo craneoencefálico y/o traumatismos de diversa consideración
• Traumatismos en extremidades que dan lugar a fracturas múltiples
• El frecuente latigazo cervical.

Respecto a cómo evitarlos, está claro que la precaución cuando se conduce y la revisión del vehículo siguen siendo esenciales. 

Running, palas y agua

Es verano, tenemos más tiempo y la práctica de deportes como el running o jugar a las palas son un excelente plan.

En cuanto a correr, desde la SERMEF señalan que, aunque es una actividad muy saludable desde el punto de vista cardiovascular, no está exenta de riesgo. Los corredores, especialmente los noveles, suelen sufrir problemas de cadera, rodilla, tobillo y pie. La mejor forma de evitarlos es realizar programas de iniciación y entrenamiento al running. 

Por otro lado, si hay un deporte que triunfe en prácticamente todas las playas son las palas. Como cualquier otra actividad deportiva los beneficios para la salud de esta práctica son muchos, pero pueden afectar a articulaciones como el hombro, el codo o los tobillos. Este tipo de lesiones suelen “ser frecuentes en personas que no estén habituadas a realizar actividades de media intensidad”, señalan los especialistas en rehabilitación. 

Por otro lado, a pesar de que darse un baño en la piscina o la playa puede parecer una actividad exenta de riesgos, lo cierto es que también nos podemos lesionar si no estamos habituados a nadar. Por eso, “es importante recomendar la natación solo a aquellas personas que tengan una mínima técnica o vayan a adquirirla bajo supervisión”. 

Además, tanto en el mar como en la piscina se pueden producir golpes o traumatismos con las rocas u otros elementos.

En estos casos desde la SEMERF recomiendan que si estos golpes son leves la aplicación de frío y algo de reposo sería suficiente para recuperarse.

• “En esos casos, se puede tomar un antiinflamatorio, poner un poquito de hielo local, vigilando que no queme. Es importante también revisar el calzado, sobre todo en zonas de rocas donde están las algas para evitar resbalones”, señalan los expertos.

Esguinces de tobillo

“Es muy típico en la playa cuando se cree que vas a apoyar al bajar el típico muro de acceso, no apoyas, giras el pie, y sobreextensionas el ligamento”, señalan desde la SERMEF. En algunas ocasiones estos accidentes se quedarán simplemente en una torcedura o provocar un esguince de tobillo. 

“Si es un esguince, o tan solo una molestia o torcedura, se puede hacer un reposo relativo, poner algo de hielo, y un antiinflamatorio… Pero hay que tener en cuenta que a veces los esguinces pueden parecer banales y pueden ir acompañados de algún problema óseo, como en el quinto metatarsiano, que es el huesillo más externo del pie”, señalan los especialistas. En este caso, habría que acudir a un centro médico para determinar si la lesión va más allá.