ENFERMEDADES INFECCIOSAS

¿Qué es la fiebre oropouche, la enfermedad que ha reaparecido en países de América Latina?

Después de cientos de años sin producirse ningún caso, se están dando algunos brotes en Cuba, Brasil, Colombia, Ecuador, Panamá y Perú 

No existe actualmente ningún tratamiento específico para la fiebre del Oropouche

No existe actualmente ningún tratamiento específico para la fiebre del Oropouche / Rober Solsona - Europa Press - Archivo

Marta Alberca

Marta Alberca

La Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva desde el comienzo de año advirtiendo de la reaparición de fiebre del Oropuche en algunos países de América del Sur. Tal y como explica este mismo organismo, es una infección provocada por el virus Oropouche orthobunyavirus, que es endémico de las áreas tropicales y subtropicales de Sudamérica y Centroamérica como Cuba, Brasil, Colombia, Ecuador, Panamá y Perú.

La enfermedad se transmite por la picadura de mosquitos vectores y hasta el momento no se ha documentado ningún caso de transmisión de persona a persona. Los especialistas advierten de que la causa principal de su reaparición está relacionada con el cambio climático y el aumento de las temperaturas, ya que esto está propiciando la expansión de muchas enfermedades antaño circunscritas a las áreas de clima tropical, a medida que aumenta el hábitat de su principal vector: los mosquitos.

Síntomas y tratamiento

Sus síntomas son muy parecidos al de el dengue: aparición repentina de fiebre alta, dolor de cabeza, mialgias, erupción cutánea, dolor en las articulaciones, vómitos. Tiene una duración de entre tres y seis días, y normalmente de carácter leve (aunque, en ocasiones, provoca complicaciones graves). A menudo se produce una breve reaparición de los síntomas y, en pocos casos, provoca una meningitis aséptica con signos como dolor de cabeza, fiebre, rigidez en el cuello, malestar general, fatiga o sarpullido.

No existe actualmente ningún tratamiento específico para la fiebre del Oropouche, por lo que el abordaje se centra en el alivio sintomático del enfermo (reposición de líquidos, control de la temperatura corporal, administración de analgésicos...) y en el control de las complicaciones que puedan surgir. Los esfuerzos, por tanto, se centran más en el ámbito de la prevención. En este sentido, son importantes medidas como el uso de repelentes para insectos y telas mosquiteras, la correcta gestión de las aguas y la fumigación y eliminación de los criaderos de mosquitos vectores cercanos a las áreas habitadas.