INVESTIGACIÓN SANITARIA

Escándalo del pollo contaminado: la mayoría de las bandejas analizadas en Madrid contienen bacterias resistentes

El Observatorio de Bienestar Animal analizó 13 muestras compradas en una gran superficie de la capital y 11 dieron positivo en bacterias resistentes a los antibióticos

Bandejas de pollo como las analizadas por el Observatorio de Bienestar Animal, que ha detectado bacterias resistentes a los antibióticos.

Bandejas de pollo como las analizadas por el Observatorio de Bienestar Animal, que ha detectado bacterias resistentes a los antibióticos. / OBSERVATORIO DE BIENESTAR ANIMAL

Marta Alberca

Marta Alberca

Varias entidades animalistas, entre ellas el Observatorio de Bienestar Animal (OBA), han difundido esta semana una investigación que concluye que más del 70% de la carne de pollo que se vende en Lidl está contaminado con bacterias resistentes a los antibióticos. Las protectoras han optado por investigar a Lidl porque es el mayor supermercado de Europa por facturación y número de establecimientos y por las reiteradas denuncias animalistas por el hacinamiento que sufren los pollos en las granjas de sus proveedores. En total, en España se analizaron 24 muestras, 13 en Madrid, de las cuales 11 dieron positivo en bacterias resistentes a los antibióticos.

El resto de muestras españolas fueron adquiridas en Barcelona, donde todas dieron positivo, y en Valencia, tres de las cinco. El laboratorio encargado de realizar el análisis es un centro alemán, avalado por el organismo de acreditación DAkkS y ubicado en Colonia, que también analizó bandejas de pollo, de la marca propia de Lidl, de otros países europeos como Alemania, Italia, Gran Bretaña y Polonia. No obstante, los productos españoles son los más contaminados, dado que se han detectado bacterias resistentes a los antibióticos en el 71% de las muestras, frente a un tercio de los productos de Alemania y un 58% del Reino Unido.

Lidl niega la acusación

Lidl ha negado la acusación y dice contar con certificados de análisis realizados por la propia cadena de supermercados y por sus proveedores, que "contradicen categóricamente la información del estudio". Mientras que OBA sostiene que ha trasladado los hallazgos de su estudio a los Ministerios de Derechos Sociales y Consumo y Agricultura, Pesca y Alimentación. Sin embargo, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN), dependiente de Consumo, ha indicado esta semana que "no ha recibido ninguna notificación" sobre la investigación de las entidades animalistas y que "con los resultados aportados del análisis de los productos, en el caso de España, no se puede concluir que haya incumplimiento del reglamento relativo a los criterios microbiológicos aplicables a los productos alimenticios".

En este contexto, la ministra de Sanidad, Mónica García, ha indicado que "el problema de las bacterias resistentes a los antibióticos es un problema global" y ha emplazado a todas los actores implicados a realizar un "esfuerzo colectivo" para acabar con esta problemática, que la OMS ha calificado como uno de los problemas más importantes de salud.

"Pollos hacinados"

OBA achaca la detección en el pollo de Lidl de bacterias perjudiciales y resistentes a los antibióticos a que los proveedores de la gran cadena de supermercados "crían pollos hacinados entre excrementos, lo que supone un paraíso para la propagación de patógenos". Julia Elizalde, manager de campañas de la oenegé, lamenta que, ante la investigación, la "única respuesta" por parte de Lidl haya sido "negar los resultados del informe".

"Lidl continúa sin disponer de una política pública que evite el hacinamiento de pollos y, por tanto, el uso excesivo de antibióticos que terminan en nuestras neveras", sostiene Elizalde. Sin embargo, la empresa investigada ha subrayado que "las bacterias que la carne de pollo pueda contener no son consecuencia del método de cría" de sus proveedores en particular, "sino que representan un reto general para toda la industria de la carne avícola".

Asimismo, ha considerado que la investigación es una "acción para desprestigiar la imagen de la empresa con información falsa y/o no contrastada", teniendo en cuenta que "los artículos supuestamente analizados son producidos por proveedores que suministran carne de pollo a una gran mayoría de las cadenas de distribución españolas".