ENFERMEDADES

¿Qué está pasando con la legionelosis?: este es el plan que ha aprobado Sanidad para evitar su contagio

La actualización tiene como objetivo principal mejorar la seguridad y claridad en la gestión de las instalaciones que utilizan agua y pueden producir aerosoles

La norma establece los requisitos sanitarios para la prevención y control de la legionelosis

La norma establece los requisitos sanitarios para la prevención y control de la legionelosis / RICARD CUGAT

Marta Alberca

Marta Alberca

La legionelosis es una enfermedad infecciosa producida por la exposición a especies de Legionella presentes en el agua contaminada y en mezclas de tierra para macetas. Tal y como explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), la bacteria L. pneumophila se describió por primera vez en 1977, como causa de un brote de neumonía grave registrado en 1976 en un centro de convenciones estadounidense. Desde entonces, ha ocasionado brotes como consecuencia del mal mantenimiento de sistemas hídricos artificiales.

La forma más común de transmisión de la legionela es la inhalación de aerosoles contaminados que se generan con las pulverizaciones, los chorros y las nebulizaciones de agua contaminada. España cuenta con un protocolo para evitar su trasmisión, pero ahora, el Consejo de Ministro ha aprobado esta semana una nueva actualización, con el objetivo de mejorar la seguridad y claridad en la gestión de las instalaciones que utilizan agua y pueden producir aerosoles, reduciendo así el riesgo de legionelosis para la población.

¿Qué dice la nueva normativa?

La norma introduce cambios en varios artículos clave del Real Decreto original. Uno de ellos es la redefinición del concepto de "titular de la instalación", ampliando su alcance para incluir no solo a los propietarios, sino también a los explotadores de las instalaciones, garantizando así una mayor seguridad en la responsabilidad del cumplimiento normativo. Además, el artículo 5 ha sido revisado para especificar que, en caso de que la instalación sea operada por una entidad distinta al propietario, la responsabilidad del cumplimiento de las obligaciones recaerá en la persona explotadora, a menos que se pueda demostrar lo contrario documentalmente.

Otro cambio relevante es la actualización del artículo 11, que ahora exige que la toma de muestras para la determinación de Legionella se realice exclusivamente por entidades o empresas acreditadas según la Norma UNE-EN-ISO/IEC 17025:2017. Esta medida asegura que los procedimientos de muestreo se lleven a cabo con la máxima calidad y precisión, permitiendo un control más eficaz de la legionelosis. Se concede un periodo transitorio hasta el 1 de enero de 2030 para que las empresas obtengan dicha acreditación.

Además, se flexibiliza la gestión del agua en ciertas instalaciones, permitiendo la recirculación sin vaciado total en determinados casos, siempre que no se comprometa la salud pública, facilitando así una gestión más eficiente en términos económicos y energéticos. El proceso de elaboración de esta norma ha incluido los trámites de audiencia e información pública y se han recabado los informes pertinentes, asegurando la participación de los sectores potencialmente afectados y las comunidades autónomas.

Sistema de regadío.

Sistema de regadío. / Ministerio de Agricultura

Factores de riesgo

La incidencia conocida de esta enfermedad varía considerablemente en función del nivel de vigilancia y de notificación. No obstante, la tasa real de incidencia se desconoce porque muchos países carecen de medios de diagnóstico adecuados para detectar la infección o porque sus sistemas de vigilancia son insuficientes. En Europa, Australia y los Estados Unidos de América se detectan cada año de 10 a 15 casos por cada millón de habitantes, tal y como recoge la OMS.

Entre un 75% y un 80% de los casos notificados son personas mayores de 50 años, y entre el 60% y el 70% son hombres. Otros factores de riesgo de contraer legionelosis extrahospitalaria o asociada a los viajes son el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, las neumopatías, la inmunodepresión y las enfermedades respiratorias o renales crónicas.

¿Cuáles son sus síntomas?

Es importante diferenciar entre la forma no pulmonar y la pulmonar. La forma no pulmonar (o fiebre de Pontiac) es una enfermedad aguda de resolución espontánea que se manifiesta con síntomas similares a los de la gripe y suele remitir al cabo de 2 a 5 días. Su periodo de incubación oscila entre unas pocas horas y un máximo de 48 horas. Los síntomas principales son fiebre, escalofríos, cefalea, malestar general y dolor muscular. No se conocen casos de defunción por esta forma.

La forma pulmonar, que es la que se denomina propiamente legionelosis, tiene un periodo de incubación de 2 a 10 días, aunque en algunos brotes se han registrado periodos de hasta 16 días. Los síntomas iniciales son fiebre, pérdida de apetito, cefalea, malestar general y letargo, si bien algunos pacientes refieren también dolor muscular, diarrea y confusión.

La gravedad de la enfermedad va desde una tos leve hasta una neumonía que causa rápidamente la muerte; esta sobreviene a causa de la neumonía progresiva, que se acompaña de insuficiencia respiratoria y/o choque e insuficiencia multiorgánica. En las personas inmunodeprimidas a las que no se trata, la tasa de mortalidad puede alcanzar proporciones del 40% al 80%, aunque se puede reducir a un 5%-30% si se atiende bien a los casos y en función de la gravedad de los signos y síntomas clínicos. En conjunto, la tasa de mortalidad oscila entre un 5% y un 10%.