COLECTIVOS VULNERABLES

"Se podría haber evitado": la familia de las hermanas que se suicidaron en Barcelona

"Nadie contactó con nosotras, podríamos haber ayudado", lamenta una hermana

Una vecina abre la puerta del patio interior donde se precipitaron las dos hermanas, Núria i Mercè, horas antes de ser desahuciadas.

Una vecina abre la puerta del patio interior donde se precipitaron las dos hermanas, Núria i Mercè, horas antes de ser desahuciadas. / JORDI OTIX

"Tengo la certeza de que se podría haber evitado", sostiene Maria Muns, hermana de Núria y Mercè, las dos mujeres que el pasado lunes se precipitaron al vacío horas antes de su desahucio en el piso de la calle Naves de Tolosa, de Barcelona. Aún en estado de 'shock' e impactada por la noticia, Muns se ha puesto en contacto con El Periódico, del mismo grupo editorial que este diario, para señalar que el proceder de la propiedad podría haber cambiado el curso de los acontecimientos. Este diario ha intentado, sin éxito, ponerse en contacto con el abogado de los propietarios.

Tal como explicaron los vecinos del edificio a este diario, la familia, compuesta por la madre, Emilia, y sus cuatro hijas, entraron a vivir en el sobreático hace unos 40 años. Cuando falleció Emilia de covid, en 2021, empezaron los impagos. "Se trata de un contrato de alquiler indefinido en el que firmamos todas", explica Muns. No entiende cómo los propietarios no se pusieron en contacto con ella y con su otra hermana cuando Núria y Mercè dejaron de pagar las mensualidades. "Nadie contactó con nosotras, nos habríamos enterado del problema y podríamos haber ayudado", lamenta Muns, compungida por la pérdida.

Ahora mismo, un juzgado de Barcelona lleva el caso y custodia las dos mochilas con las que Núria y Mercè se precipitaron al vacío, con objetos de valor, así como la carta de despedida que la familia aún no ha podido leer. El contrato de alquiler está en posesión de otro juzgado, el que ordenó el desahucio, previsto para las ocho de la mañana del pasado lunes. La familia está pendiente aún de recibir la autorización de la jueza para poder recoger fotos, recuerdos y las pertenencias de su familia.

El aislamiento, también familiar

Sus familiares, igual que los vecinos del edificio que más las conocían, siguen impactados y afectados, llenos de dolor y rabia. Muns explica que las dos hermanas, Núria y María, tenían una relación muy singular. "Se querían mucho, eran la una para la otra", recuerda. Pero también añade que se habían aislado del resto de la familia. "No había buena relación familiar, ellas no la querían". En vano fueron los intentos de Mur, asegura, para contactar con ellas: llamadas, correos electrónicos, mensajes de Whatsapp... "El último era del año pasado: les pedí hablar, les dije que las quería y que las echaba de menos. Nunca contestaron", explica Mur, visiblemente afectada.

Los vecinos también han explicado que los servicios sociales municipales habían picado a la puerta de las dos hermanas en varias ocasiones, sin respuesta. "Los servicios sociales deberían tener una mínima autoridad para poder abrir la puerta y atenderlas. No puede ser que ellas estén mal, no abran, y aquí nadie se dé por aludido, que les dé igual", opinaba una vecina. Este caso guarda ciertas particularidades con el de Alejandro, el informático marcado por la muerte de su padre y por la pandemia y que fue rescatado de entre la mugre de su vivienda en El Prat de Llobregat. Tampoco entonces los servicios sociales pudieron atenderle de forma preventiva. Él se negaba a ello.

El apoyo de vecinos y activistas

La hermana de Núria y Mercè agradece todas las muestras de afecto, especialmente a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), el Sindicat de Llogateres "y a todos lo que asistieron a la manifestación" del pasado martes. Después de conocer este trágico desenlace, el movimiento en defensa de la vivienda en Barcelona se concentró en la Plaza Sant Jaume para exigir responsabilidades. "Hay que hacer un llamamiento social para evitar que se vuelvan a repetir situaciones como ésta", pidieron en la protesta. Muns también agradece las palabras de la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, que pronunció sobre este caso tras la rueda de prensa del Ejecutivo catalán.

El trágico suicidio de Núria y Mercè no es el primer caso de personas que se quitan la vida en vísperas de un desahucio en Catalunya y el resto de España. Hace tan solo tres meses, Alex, un vecino de Sabadell de 70 años, se suicidó al ser desahuciado. Otra mujer lo hizo la última Nochebuena. Se unen a la larga lista donde también constan Segundo Fuentes o Melanie. "No son suicidios, son asesinatos", exclamaron los afectados el pasado martes.