Estudio científico

La crisis climática podría debilitar la corriente del Golfo, alterar aún más el clima de Europa y acelerar el aumento del nivel del mar

El estudio de fósiles de hace 20.000 años permite reconstruir las condiciones durante la última edad de hielo y da pistas sobre cómo ahora, en las condiciones contrarias, podría cambiar el clima global

Nubes tropicales sobre el Océano Atlántico.

Nubes tropicales sobre el Océano Atlántico. / MARUM, Universität Bremen/L. Jonkers.

Valentina Raffio

Valentina Raffio

El avance de la crisis climática amenaza con alterar cada vez más el funcionamiento de las corrientes marinas: las grandes arterias que regulan el clima de todo el planeta. Hace tiempo que la comunidad científica advierte sobre el empeoramiento de los 'signos vitales' de la gran corriente del Atlántico (más conocida como AMOC, por sus siglas en inglés) y debate sobre su posible colapso en las próximas décadas y, sobre todo, sobre cómo ello podría impactar en el clima del hemisferio norte. Ahora, una investigación liderada por la Universidad Global de Londres y publicada este miércoles en la revista 'Nature', echa más leña al fuego en esta ya acalorada discusión. Un nuevo análisis desvela que el calentamiento global también estaría debilitando la corriente del Golfo y que, de seguir así, "esto podría afectar al clima de Europa y acelerar el aumento del nivel del mar en el hemisferio norte".

La investigación analiza un episodio ocurrido hace más de 20.000 años para extraer lecciones claves de cara al presente pero, sobre todo, al futuro de nuestro planeta. El trabajo, liderado por expertos de la Universidad Global de Londres, se ha centrado en analizar fósiles de microorganismos marinos que vivieron durante la última edad de hielo y que ahora, decenas de miles de años más tarde, permiten 'viajar atrás' en el tiempo y descubrir cómo era el planeta en una era en la que el hielo cubría gran parte del hemisferio norte del globo. Según explican los científicos que han liderado este trabajo, por aquel entonces la corriente del Golfo era dos veces más profunda y dos veces más rápida respecto a la actualidad. Probablemente, debido a la intensidad de los vientos.

Los expertos sugieren que una debilitación de esta corriente podría provocar un aumento del nivel del mar en el hemisferio norte

Esta información, aunque a priori podría parecer un tanto lejana y abstracta, podría ser clave de cara a entender cómo el avance de la crisis climática y el calentamiento global podría alterar el clima terrestre. Sobre todo si tenemos en cuenta que ahora vivimos en condiciones contrarias a las analizadas en este estudio. Ya hay estudios en los que, por ejemplo, se habla de cómo la crisis climática está alterando los patrones de viento del planeta. De seguir así, se cree que en las próximas décadas podríamos tener vientos cada vez más débiles en la región donde se origina la corriente del Golfo. Todo esto podría, por un lado, provocar un debilitamiento de esta corriente y, por otro lado, reducir su profundidad. A partir de ahí aún no está del todo claro qué podría ocurrir pero, tal y como sugieren los expertos que han liderado este estudio, podrían darse importantes alteraciones en el clima europeo así como una subida generalizada del nivel del mar en gran parte del hemisferio norte.

El fantasma de una glaciación

Hay algunos trabajos, no exentos de discusión, que han sugerido que un eventual colapso de la gran corriente del Atlántico Norte, o de alguna de sus partes, podría provocar un enfriamiento de algunas zonas del continente europeo entre las que destacan, entre otras, la Península Ibérica. Peró según apuntan varios expertos interpelados por El Periódico, de Prensa Ibérica, nada apunta a que vamos hacia una glaciación ni mucho menos. "Lo que podríamos ver es un efecto estacional con inviernos de frío extremo y veranos de olas de calor impresionantes", explicó Isabel Cacho, geóloga y especialista en paleoclimática de la Universidad de Barcelona (UB) en una entrevista con este diario. En este sentido, la experta también argumentó que "en regiones como el Mediterráneo también podrían producirse importantes alteraciones en los regímenes de lluvia y dar lugar a condiciones más áridas y más sequías". 

El colapso de estas grandes corrientes oceánicas podría dar lugar a inviernos de frío extremo y veranos de olas de calor en Europa

La incertidumbre sobre qué ocurrirá con estas grandes corrientes de agua, así como su eventual impacto en las temperaturas y las lluvias que llegan a territorios como España, es aún alta. Por eso mismo, la comunidad científica acelera las investigaciones para 'tomar el pulso' a este fenómeno, monitorizar su avance y entender qué podría pasar en las próximas décadas en caso de un eventual colapso. Pero amás allá de los debates técnicos, los especialistas recuerdan que estamos ante "un riesgo real y grave" y que urge frenar cuanto antes las emisiones de gases de efecto invernadero para esquivar los futuros más catastróficos derivados de este fenómeno.