MIGRACIÓN

Canarias escolariza a más de la mitad de los niños y jóvenes migrantes

Educación destinó 4,7 millones el pasado curso a impartir clases de español, un 42% más que el anterior

El 48% de los alumnos estudian en Gran Canaria

Un grupo de alumnos migrantes en clase de español en el IES La Isleta, en la capital grancanaria.

Un grupo de alumnos migrantes en clase de español en el IES La Isleta, en la capital grancanaria. / JOSÉ CARLOS GUERRA

En los pupitres de los colegios e institutos de Canarias estudiaron 2.188 niños y jóvenes migrantes durante el curso 2023-2024. El principal objetivo es que estos alumnos aprendan español con rapidez, para que puedan seguir el contenido del resto de asignaturas y para facilitar su integración social. Por esto, la Consejería de Educación asigna a los centros profesores de lengua, que este curso impartieron 1.886 horas lectivas de apoyo idiomático, un 42% más que el curso anterior. Poner en marcha esta medida en los centros conllevó una inversión de 4,7 millones de euros. De momento, la Consejería no cuenta con una previsión de la inversión que se requerirá para cubrir esta medida el próximo curso, pues todavía se desconoce el número de alumnos que necesitará refuerzo idiomático o de competencias básicas en lectura y escritura.

En los últimos cuatro meses del curso, se elevó un 42% la matriculación de menores migrantes

Desde que los niños y adolescentes migrantes sin respaldo familiar arriban a las Islas, las entidades a las que se les asigna la guarda tramitan su matrícula y la Consejería los inscribe en los centros de manera inmediata. La idea es iniciar de inmediato su integración en la rutina escolar. Cuando llegan a los centros, a pesar de sus carencias lingüísticas, se les incorpora a las aulas con el resto de estudiantes para fomentar su inserción. El alumnado en edad de escolarización obligatoria -de 3 a 16 años- se escolariza en el nivel correspondiente según su edad o en el nivel anterior y a los jóvenes de entre 17 y 18 años que quieren estudiar se les matricula en escuelas de formación de adultos o en ciclos formativos de grado básico. Este fue el caso de 531 chicos migrantes mayores de 16 años que el año pasado emprendieron sus estudios en las Islas.

El viceconsejero de Educación del Gobierno de Canarias, José Manuel Cabrera, reconoce que la escolarización del alumnado migrante menor de edad ha supuesto este curso "un esfuerzo notable" por parte del profesorado y de la administración educativa y detalla que se trata de un reto singular, pues las dificultades de los niños dependen de su edad. Así, explica que la integración es más fácil cuanto más pequeños los estudiantes, porque tienen más margen para aprender el idioma, así como las competencias básicas de lectura y escritura. Unos objetivos que se complican cuando los chicos se escolarizan en una edad cercana a la mayoría de edad, pues desconocen el idioma y algunos llegan sin saber leer y escribir. En estos casos, sostiene Cabrera, la opción más adecuada es el aprendizaje de un oficio. 

De los cerca de 5.600 menores extranjeros que había bajo la tutela del Gobierno de Canarias cuando terminó el año lectivo, solo el 40% estaba escolarizado. Esto se debe a que tres de cada cinco menores no acompañados son mayores de 16 años y estarían en la etapa de formación no obligatoria, por lo que legalmente no tienen que estar matriculados en un centro educativo. No obstante, desde la Consejería de Bienestar Social señalan que algunos están inscritos en cursos no reglados para adquirir habilidades específicas que les facilite la inserción en el mercado laboral. Además, las entidades que gestionan los centros de acogida ofrecen clases de español diariamente a todos los niños y jóvenes migrantes.

Empatía y solidaridad

El 48% de los menores extranjeros no acompañados estudian en colegios e institutos de Gran Canaria y uno de cada cuatro son mayores de 16 años. En los centros de Tenerife está matriculado 37,2% y una cuarta parte está en escuelas de formación de adultos o en ciclos formativos de grado básico. Otros 87 niños y jóvenes estudian en Fuerteventura; 72, en La Palma; 67, en El Hierro; 46 en Lanzarote; y 39 en La Gomera.

La elección del centro en el que matricular a los niños es decisión de las entidades que se encargan de su guarda. Si bien, de cara a facilitar su integración, desde Educación se ha establecido que el número de chicos migrantes no puede superar el 15% del total de alumnos de un centro. A pesar de en el curso pasado hubo un número significativo de estudiantes extranjeros tutelados por el Gobierno de Canarias, en ningún colegio o instituto se superó esa cuota. En caso de sobrepasarse ese límite, la inspección educativa dividiría a los nuevos alumnos entre los nuevos centros de la zona.

Seis de cada diez jóvenes tutelados no van al instituto porque son mayores de 16 años

La continua llegada de menores extranjeros no acompañados a las Islas se ha reflejado en las aulas. En el mes de marzo había en Canarias cerca de 1.600 niños y jóvenes migrantes matriculados, una cifra que se ha incrementado en un 42% en los últimos cuarto meses del curso. Estos alumnos, que llegan a las Islas huyendo de unas duras condiciones de vida en sus países de origen, no han encontrado dificultades para convertirse en uno más de sus colegios e institutos. En este sentido, el viceconsejero canario de Educación reconoce "el esfuerzo y el buen comportamiento del alumnado canario, que han mostrado solidaridad y empatía con estos compañeros que atraviesan una difícil situación personal y llegan con un déficit formativo".

En los centros les orientan para que asistan a las materias optativas en las que es más fácil implicarse sin necesidad de hablar el idioma, como música, trabajo etnográfico, informática o francés La actitud y las ganas de aprender de los jóvenes migrantes son encomiables. Algunos llegan siendo analfabetos, pues no han tenido antes la oportunidad de ir al colegio. Unos hablan y escriben en francés o en inglés y otros solo dominan el wólof (lengua nativa de Senegal y Gambia). Por esto, su prioridad es aprender español, pues saben que es la principal herramienta que necesitan para mejorar su integración y que en el futuro les será imprescindible para insertarse en el mercado laboral, que es el objetivo de la mayoría, puesto que vienen a Europa con el firme propósito de ayudar económicamente a sus familias.