TENSIÓN EN LA FONT DE LA PÓLVORA

La policía sospecha que clanes gitanos protegen al autor del doble crimen de Girona

Los Mossos siguen con la mediación para evitar una escalada de violencia tanto en la Font de la Pólvora como en el barrio del Culebret de Figueres

Vivienda destrozada del sospechoso del crimen de Girona.

Vivienda destrozada del sospechoso del crimen de Girona. / ANIOL RESCLOSA

Germán González

Máxima tensión en los barrios de Font de la Pólvora de Girona y del Culebret de Figueres a raíz del tiroteo mortal en Font de la Pólvora en la noche de Sant Joan que dejó dos muertos, dos heridos, y que ha desencadenado episodios de venganza que han incluido destrozos de viviendas del sospechoso del doble crimen, Guillermo C.H., y que han puesto a los Mossos en el foco de la polémica por haber permitido esos asaltos. La policía catalana sigue buscando al sospechoso, huido desde la noche de autos. Según varias fuentes de la investigación a las que ha tenido acceso El Periódico, del mismo grupo editorial que este diario, Guillermo habría conseguido cobijo bajo protección de otros clanes gitanos a la espera de que la situación se pueda reconducir, ya sea con una entrega a las autoridades o una detención. 

Este lunes seguía viva la polémica por la actuación de los Mossos el pasado viernes en el barrio del Culebret cuando unas 300 personas del clan gitano Los Tomates acudieron, armadas con hachas y palos, a destrozar tres viviendas de la familia de Guillermo C.H. No fue esta la primera muestra de represalia por este crimen. Poco después del doble homicidio, un grupo de personas destrozaron la vivienda de la familia del sospechoso en Girona. Los Tomates querían vengar la ofensa por el doble crimen.

Evitar una ola de violencia entre clanes: así explican los Mossos su 'inacción' ante el asalto de Los Tomates a tres viviendas en Figueres

Durante toda la semana pasada, los mediadores policiales iniciaron contactos con la comunidad para evitar que se tomaran la justicia por su cuenta e incluso se incrementó la presencia policial en Font de la Pólvora para evitar más incidentes. Pese a esto, ese viernes, los Mossos detectaron la salida de numerosos vehículos desde Girona hacia Figueres, residencia de la familia de Guillermo C.H.. Se dirigían al barrio de Culebret, donde no escondieron su intención de destrozar las viviendas. Aunque los agentes intentaron disuadirlos, el dispositivo de orden público de los Mossos se vio desbordado por la presencia de 300 personas armadas: no había suficientes efectivos y las unidades de intervención, como los antidisturbios, tardarían en llegar.

Según han explicado fuentes policiales a este diario, los Mossos evaluaron el riesgo de la situación y permitieron el destrozo de tres viviendas. Para llegar ahí tuvieron en cuenta el ingremento de la tensión en la zona, el riesgo de que se produjera una batalla campal y se valoró que un enfrentamiento directo entre la policía y los asaltantes habría provocado numerosos detenidos, lesionados y hubiera abierto un conflicto grave en Figueres y Girona, con posibles incidentes diarios en las calles durante días.

Fuentes policiales han señalado a este medio que se levantó acta de este delito contra la propiedad y se pudieron identificar a varias personas. Paralelamente a este procedimiento penal abierto por los destrozos, los Mossos mantienen las vías de mediación con el clan gitano, abiertas tras del doble crimen, para evitar que la escalada de violencia vaya a más y no se tomen la justicia por su cuenta con Guillermo C.H. y su familia. 

Discrepancias policiales

Estos episodios de venganza han provocado polémica en los propios Mossos. El sábado, el subjefe de la policía catalana en la región de Girona, el intendente Xavier Domènech, justificó la no intervención policial en el tumulto: "Con la fuerza que teníamos en ese momento se les podía intentar detener, pero habríamos tenido que utilizar una fuerza excesiva para detenerlos, contenerlos hubiera sido muy difícil. No podemos crear un mal más grave de lo que queremos evitar", señaló Domènech. Añadió que el conflicto "era una cuestión más de honor suyo y de orgullo (de los clanes), era más una teatralización que la acción en sí misma", ya que las viviendas estaban deshabitadas e incluso habitantes los barrios del Culubret y Sant Joan de Figueres no tenían intención de enfrentarse a los atacantes.

Estas últimas palabras de Domenech son las que han generado polémica tanto entre el propio cuerpo policial como en el Ayuntamiento de Figueres. El sindicato policial SAP-FEPOL afeó a los responsables de Interior que se permitiera este destrozo: "Como policía el sistema ha fracasado. Le estamos enviando un mensaje delicado y peligroso a la ciudadanía. La ley es una y se tiene que hacer cumplir. No podemos permitir que los Mossos entren en las lógicas de la venganza".Pidieron al conseller Elena y al director general de la policía, Pere Ferrer, que "no escondan la cabeza bajo el ala y den explicaciones públicas al Cuerpo de Mossos, y tomen decisiones sobre el modelo policial".

También el alcalde de Figueres, Jordi Masquef, aseguró que la ciudad "hace años que sufre las consecuencias de un colectivo que se toma ley por su cuenta, fuera del marco legal por el cual nos hemos de regir el resto de la sociedad". "La ley ha de ser igual para todos y en todos los barrios de la ciudad, y no nos cansaremos de recordarlo", remachó.

Este lunes, el director general de la Policía, Pere Ferrer, ha considerado que estos ataques son "irresponsables", ya que los agentes investigan los destrozos de las viviendas de Girona y Figueres. En declaraciones en Catalunya Ràdio, ha destacado que las directrices de Mossos el viernes pasado eran las de "intervenir", pero que el mando operativo "prefirió quedarse en posición de hacer identificaciones y abrir diligencias cuando llegó y se encontró con que había allí cerca de 300 personas".

Ferrer ha añadido que los Mossos mantienen un dispositivo extraordinario en Girona y Figueres con efectivos de orden público y unidades especiales ante "incidentes críticos". Además, se ha activado el Grupo Especial de Intervención (GEI) para hacer frente a eventos "críticos con armas de fuego".

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