PRISIÓN DE BARCELONA

Una soga hecha con colchas aparece en la cárcel tras el intento de fuga de la exmujer de Mainat

Ángela Dobrowolski alega que no quería huir de la prisión, sino suicidarse

Ángela Dobrowolski, a su llegada a los juzgados de Barcelona el 1 de abrl de 2022.

Ángela Dobrowolski, a su llegada a los juzgados de Barcelona el 1 de abrl de 2022. / Joan Cortadellas

Juan José Fernández

Juan José Fernández

Una soga de unos 17 metros de longitud y elaborada con jirones de colchas ha aparecido en un registro al que fue sometida este martes la prisión barcelonesa de Wad-Ras, después de que sus funcionarios abortaran un intento de fuga de Ángela Dobrowolski, exmujer del productor televisivo Josep María Mainat.

La soga, del mismo color anaranjado que las mantas ligeras de las camas de la prisión, está realizada con pedazos de tela anudados firmemente entre sí. La propiedad de esa cuerda no se ha atribuido aún, pero ha aparecido escondida en unas bolsas colocadas bajo unos jaulones de transporte de comida y otros suministros en la escalera de servicio del Centre Penitenciari de Dones, confirman a EL PERIÓDICO fuentes penitenciarias.

La expareja del fundador de La Trinca tenía encomendada la limpieza de esa escalera. En el tercer piso está la ventana con un viejo enrejado de acero que la interna estaba rompiendo poco a poco. Ya tenía practicado un boquete de unos 30 centímetros la tarde del pasado viernes, cuando fue sorprendida destrenzando el enrejado. Por la altura de esa zona, para salir de la prisión se habría necesitado una escalera o una soga. La fuga tal como estaba planteada es considerada "imposible" por las autoridades de Prisiones de Catalunya.

Dos hierros

Toda la cárcel barcelonesa fue sometida este martes a un cacheo general, un registro a fondo de las celdas en el que han aparecido también dos elementos metálicos que podrían haber servido de herramienta a la exesposa de Mainat para hacer palanca con la reja, estiman las mismas fuentes.

Uno de los dos elementos metálicos estaba en la misma bolsa que congenía la soga rudimentaria. El otro, en otras bolsas de un área de basuras. Los dos hierros han sido arrancados de los soportes de sillas del aula de Informática.

A la izquierda, dos de los alambres de acero que había conseguido arrancar Ángela Dobrowolski en la ventana de la prisión, a la derecha.

A la izquierda, dos de los alambres de acero que había conseguido arrancar Ángela Dobrowolski en la ventana de la prisión, a la derecha. / El Periódico

El hallazgo forma parte ya del informe abierto en la cárcel barcelonesa de mujeres por el intento de fuga de Ángela Dobrowolski, a quien, de ser juzgada por este asunto, podrían caerle entre seis meses y un año de cárcel adicional.

Buscando la muerte

Desde el pasado viernes, cuando fue sorprendida rompiendo una enrejado, Ángela Dobrowolski ha sostenido ante las autoridades del Centre Penitenciari de Dones que su intención al abrir el boquete de la ventana no era fugarse, sino suicidarse. Esta versión ha sido confirmada a este diario por el actual abogado de la presa.

La presa, recientemente convertida al Islam, guarda un versículo del Corán que habla del paso al paraíso de los mártires. Es uno de los versículos que también recitan los yihadistas suicidas.

Dobrowolski ha contado que buscaba la muerte ante el penoso horizonte penal que se le presenta por delante. Tiene 21 causas abiertas, pero la más próxima en el calendario es la que se ha instruido por el plan para asesinar a su expareja.

El día 15 de julio comienza una vista de cinco días de duración por dos delitos que se le atribuyen: uno de revelación de secretos, por el que la fiscalía pide tres años de prisión y la acusación particular un año; y otro por la tentativa de asesinato, por el que fiscal y acusación particular -su ex- piden 13 años de cárcel.

La ley establece un límite de cumplimiento de prisión del triple de la mayor de las penas a las que haya sido condenada una persona, con límite de 20 años, por lo que ante Ángela Dobrowolski se presenta una posible estancia en la cárcel de al menos cuatro lustros.

Actualmente, la mujer cumple una condena de dos años y cuatro meses por la falsificación de cheques de su exmarido. La pasada semana le fue comunicado otro año de condena por quebrantamiento de una orden de alejamiento el día de la madre de 2023, antes de ingresar en prisión, el pasado verano. La noticia contrarió mucho a la afectada.

Vigilada

Ángela Dobrowolski ha comunicado a los vigilantes de la prisión que inicia una huelga de hambre. Lleva, confirma su abogado, tres días consumiendo solo agua y café. En repetidas ocasiones, recuerda el letrado, ha afirmado que no aguanta la cárcel. “Yo en prisión me mato”, le ha dicho.

Actualmente se le aplica el artículo 75 del Reglamento Penitenciario, que limita los movimientos del preso en el interior de la prisión. Dobrowolski ha sido realojada en otra celda, no está nunca sola y se le ha retirado el trabajo que tenía asignado.

Una petición de suspensión extraordinaria de la condena se presentó en vano a comienzos de año: tendrá que seguir en la prisión, y no fuera, un tratamiento para dejar las drogas que consume desde hace años. Por su adicción, la interna ha sido sometida dos veces a exámenes médicos forenses.