LA ENTREVISTA

Isabel Aguilera, exdirectora de Google en España: "No existe un oligopolio tecnológico; internet nació libre y hay mucho donde elegir"

"Cuanto más se desarrolle el mundo digital, más necesarios son los valores que nos hacen humanos"

Isabel Aguilera

Isabel Aguilera / LUISMA MURIAS

Isabel Aguilera Navarro (Sevilla, 1960), consultora empresarial y exdirectora en España de gigantes como Google o General Electric, es una mujer de intensa actividad profesional. Atiende a LA NUEVA ESPAÑA por teléfono mientras se desplaza en taxi a una reunión en un hotel del centro de Madrid, y un día antes de viajar a Asturias para impartir una clase en el Máster de Administración de Empresas de la Cámara de Comercio de Oviedo, ciudad con la que está vinculada ya que su marido, ya fallecido, era ovetense. Arquitecta de formación, Aguilera asesora a compañías y emprendedores de todo tipo, con especial atención al sector tecnológico.

Usted dirigió el desembarco de Google en España, entre 2006 y 2008. ¿Qué recuerda de aquellos años?

Fue un aprendizaje diferencial porque ahora ya todo el mundo sabe lo que es Google, pero en aquel momento no, y parte de mi trabajo era, además de enseñar cómo se pronunciaba, explicar a las grandes empresas españolas qué era eso del marketing digital. Mi labor era convencerles de que lo mejor de Google no es el buscador, sino un modelo de negocio en el que todos ganan: te encuentro en el momento en el que tú me necesitas y encuentro a los mejores que otros referencian. Google ha cambiado la vida de la gente. Yo siempre digo en broma que nací en el año 38 antes de Google (que se fundó en 1998).

¿Se imaginaba que se convertiría en la herramienta omnipresente que es hoy?

Sí, lo tenía clarísimo. Sabía que Google era un jugador de futuro. Hacía realidad lo que antes parecía imposible. De hecho, después de Google lo único que me ha sorprendido es parte de la inteligencia artificial. E insisto en lo de "parte", porque más allá de la inteligencia artificial en sí misma, lo que me admira es la convergencia tecnológica.

¿A qué se refiere?

A que sucedan al mismo tiempo la inteligencia artificial, la computación cuántica, la impresión en tres dimensiones, la astrofísica, la epigenética...

¿Tienen base algunos de los temores que suscita, por ejemplo, la inteligencia artificial?

Cada vez se confía menos en el ser humano, pero si yo tuviese que elegir entre el ser humano o las máquinas, apostaría claramente por el primero. Quizá me la pegue, pero así lo pienso. Creo que el ser humano tiene una enorme capacidad de superación, y más si utiliza la inteligencia artificial como herramienta.

La Unión Europea ha aprobado la Ley de Servicios Digitales, para evitar que gigantes como Google, Amazon, Meta o Apple dominen cada vez más el mercado. ¿Lo ve justificado?

Internet nació libre y yo prefiero no prohibir. Me gusta más el enfoque americano de "¿por qué no?" al europeo, que es "de entrada no". No es cierto que exista un oligopolio tecnológico. Creíamos que no había espacio para nadie, y el último fenómeno bursátil donde quieren trabajar los mayores cerebros del mundo es la tecnológica estadounidense Nvidia. Y desde Google hasta la llegada de Nvidia ha habido otros jugadores: Meta tuvo su etapa, también "startups" como Uber o Airbnb... O Amazon, de la que soy súper fan. Y también se está dando la reinvención de los grandes con mayúscula como Microsoft, que con el nuevo CEO ya es una compañía con un alma distinta, con una exitosa migración a la nube. Hay mucho donde elegir.

Bruselas también cree que la ley puede poner coto a la desinformación que se difunde mediante esas plataformas.

Es verdad que Europa teme las "fake news", pero yo creo que es porque hay una gran desconfianza de los valores que ya no compartimos. Si todos hiciéramos de verdad nuestro trabajo con los valores que predicamos, no habría nada que temer. Lo que sucede es que han aparecido todas las tentaciones en un momento en que parece que todo vale. Está fallando la educación en los valores que nos hacen humanos, aquello precisamente que no es tecnología. Yo soy una firme defensora de que cuanto más se desarrolle el mundo digital, más importante es todo aquello que no se puede digitalizar. Por ejemplo, la empatía, la generosidad, la compasión, la veracidad, el afán de superación... Son valores que están en crisis y eso se percibe claramente en la juventud, lo cual se debe a los desmanes de los adultos. Hay una gran dejadez social.