Biología / Neurociencias

Una criatura acuática sin cerebro esconde los orígenes del apetito

A pesar de ser un organismo extremadamente simple, su evolución a lo largo del tiempo lo ha llevado a desarrollar funciones más complejas para adaptarse a los cambios

Hidra de agua dulce.

Hidra de agua dulce. / Créditos: Peter Schuchert/Wikipedia/CC By SA 4.0.

Pablo Javier Piacente

Los científicos revelaron que un sistema muy simple, como la red nerviosa difusa del pólipo de agua dulce denominado Hidra, ya es capaz de detectar algo tan complejo como el estado metabólico interno: puede regular lo relacionado al hambre y la sensación de saciedad. Es otra prueba del enorme poder de la evolución, que lleva a los organismos vivos a superarse a sí mismos y adquirir nuevas funciones.

Investigadores del Instituto de Zoología de la Universidad de Kiel, en Alemania, revelaron en un nuevo estudio publicado en la revista Cell Reports que uno de los organismos multicelulares más simples, el pólipo de agua dulce Hidra, puede regular su metabolismo y “comprender” las sensaciones de hambre y saciedad, aún sin poseer un cerebro. Lo ha logrado gracias a mecanismos evolutivos, que le permitieron adaptarse a un entorno complejo y cambiante.

Dos poblaciones de neuronas

Como se indica en una nota de prensa, a lo largo de la evolución los organismos vivos han desarrollado gradualmente sistemas nerviosos más complejos, para coordinar funciones sensoriales, motoras y cognitivas que también crecían en su complejidad y controlar el comportamiento asociado. 

En ese sentido, el concepto de autopoiesis desarrollado en la década de 1970 por los biólogos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela sugiere que todo sistema molecular es capaz de reproducirse y mantenerse por sí mismo. En otras palabras, una condición básica de cualquier organismo vivo es su capacidad de evolucionar con el paso del tiempo, como la única forma de preservar su existencia y adaptarse al entorno.

En el nuevo estudio, los especialistas lograron demostrar que el sistema nervioso de los pólipos Hidra puede realmente "medir" el estado metabólico interno: el organismo, dotado de una red nerviosa muy sencilla, tiene dos poblaciones específicas de neuronas, conectadas indirectamente y cuya actividad cambia en función de la sensación de saciedad. Al igual que sucede en organismos mucho más complejos como los vertebrados, una población de nervios es responsable de la digestión y otra de la integración de la saciedad y los cambios de comportamiento. 

Un primer paso hacia sistemas nerviosos más complejos

En conjunto, estos hallazgos podrían indicar etapas tempranas de un sistema nervioso centralizado, un descubrimiento vital para entender cómo evolucionaron realmente estos sistemas a lo largo del tiempo, hasta llegar a la enorme complejidad del cerebro humano. Según un artículo publicado en Science Alert, los científicos pudieron comprobar que ciertas poblaciones de nervios en Hidra ya pueden asumir funciones centrales similares a las de sistemas nerviosos más complejos.

De esta forma, al actuar en conjunto las dos poblaciones de neuronas de Hidra controlan el apetito del animal translúcido, lo que sugiere que estos sistemas separados pero a la vez en comunicación surgieron temprano en la evolución animal. Si bien los investigadores no pudieron encontrar conexiones físicas directas entre los dos sistemas, sospechan que su integración se produce químicamente.

Aunque los increíbles poderes de regeneración y desafío al envejecimiento de la Hidra ya habían fascinado a los científicos durante mucho tiempo, los nuevos hallazgos indican que su sistema nervioso también puede enseñarnos más sobre los orígenes evolutivos del apetito y de la regulación del metabolismo interno.

Referencia

Satiety controls behavior in Hydra through an interplay of pre-enteric and central nervous system-like neuron populations. Christoph Giez et al. Cell Reports (2024). DOI:https://doi.org/10.1016/j.celrep.2024.114210