TEATRO

‘Síbaris’, el testamento teatral de Domingo Villar sobre el éxito y la creación

Llega a los Teatros del Canal la única obra de teatro del novelista, inspirada en el bloqueo creativo que sufrió tras el éxito de su novela ‘La playa de los ahogados’

Escena de 'Síbaris', obra de teatro de Domingo Villar que se estrena este viernes en los Teatros del Canal de Madrid

Escena de 'Síbaris', obra de teatro de Domingo Villar que se estrena este viernes en los Teatros del Canal de Madrid / TEATROS DEL CANAL

En 2021, un año de antes morir a causa de un infarto cerebral, el escritor gallego Domingo Villar terminó de escribir su primera obra de teatro. Lo hizo con la clara intención de llevarla a escena y de interpretarla. El padre literario del inspector Leo Caldas inició entonces un periodo de “consultas” sobre su texto, se reservó un papel y llegó a hacer una lectura de la obra, acompañado del reparto que había soñado para su puesta en escena: los intérpretes Carlos Blanco y Belén Constenla y el director Lois Blanco. La obra, una mezcla de comedia de salón y comedia negra, con enredos, algún muerto y mucho de ese humor socarrón marca de Villar se llamaba Síbaris y era la historia de un escritor famosísimo, alérgico al éxito y pelín excéntrico, totalmente bloqueado en la escritura de su nuevo libro tras publicar, 20 años antes, su obra maestra, esa que le había convertido en un autor célebre en todo el mundo. La obra se estrenó en septiembre de 2023 en el Teatro Afundación de Vigo y llega este viernes, con el mismo equipo artístico y después de una gira por Galicia, a los Teatros del Canal de Madrid.

En escena, el salón de una casa con una ventana abierta a los árboles de un parque que podría ser el Retiro en otoño. Una estantería repleta de libros, reproducciones de obras de Calder o Miró, un escritorio y un perchero lleno de sombreros. Y un sofá, que hace años fue espléndido, pero que, si te acercas un poco, descubres que está un poquito ajado. En ese detalle casi insignificante reside, de alguna forma, la visión de la fama y el éxito que tenía Domingo Villar y que traslada al personaje de su obra. Víctor Morel es un escritor que solo quiere escribir con la ilusión de la primera vez, que se queda en blanco cuando le invitan a dar una conferencia en la Sorbona y que renuncia a hacer lo mismo en Harvard o en Dubái, a pesar del dineral que le pagan porque, como escribe Inma López Silva en el prólogo de la obra, publicada por Siruela, a Morel le provoca un tedio infinito “la superficialidad de un espacio literario que ha sucumbido al poder alienante del dinero”.

El protagonista de Síbaris tiene conversaciones profundas con su gato Capone, que se ha ido y no aparece, o con la señora Simmons, el maniquí en el que coloca esos sombreros que le convierten en un tipo “pintoresco”. Cuando su mujer le apremia con la escritura de su nueva novela porque la hija que tienen en común quiere estudiar en Oxford y no tienen con qué pagarlo, él dirá “estoy ahí” pero solo querrá desaparecer, que le dejen en paz, esconderse en una isla como la de aquel fugitivo de La invención de Morel de Bioy Casares, al que tal vez Villar rindió homenaje al nombrar así a su protagonista. “El éxito, para él, era sentirse querido”, explicaba este viernes en la presentación del montaje Ofelia Grande, directora de Siruela, sello que también publicó sus tres novelas.

“Yo, como editora suya, fui testigo de su éxito comercial y en los medios, de cómo le llegaron ofertas de un montón de cosas, tuvo ocasión de tener más éxito, si por eso entendemos ganar premios famosos o estar en otras editoriales, y no quiso porque era leal hasta la médula”, recordaba. Como su personaje, el propio Villar también vivió un periodo de bloqueo creativo y tardó diez años en publicar El último barco, su tercera novela tras La playa de los ahogados, un exitazo de crítica y ventas que también fue llevado al cine por Gerardo Herrero: “Domingo se bloqueó porque estaba acostumbrado a leerle a su padre por teléfono lo que escribía y, cuando se murió, se quedó sin eso”, contaba Grande en la Sala Negra de los Teatros del Canal, junto a parte del equipo artístico de la obra. La editora recordaba también que la primera vez que supo que Villar quería debutar como dramaturgo “fue en un vuelo en el que los dos volvíamos de la Feria del Libro de Guadalajara en 2019 y me dijo: ¿quieres que te la lea? Y allí, en el avión, me leyó la obra entera. Yo sabía la ilusión que le hacía y creo que en el fondo hizo todo esto para poder actuar él. Leo Caldas tiene cosas de Domingo Villar, pero en Síbaris hay muchas frases que son suyas”.

Síbaris habla de la soledad del creador, de cómo el personaje público con aura de triunfador acaba devorando a la persona de carne y hueso, de cómo el éxito te obliga, de alguna forma, a estar a la altura de las expectativas de tu público y de cómo se revaloriza la obra de un escritor tras su muerte. Cuando Domingo Villar falleció, fueron sus hijos y su viuda los que tomaron la decisión de seguir adelante con el estreno de esta obra que su autor concibió, como recordaba el actor Carlos Blanco, “como teatro comercial al estilo del de Jordi Galcerán o Yasmina Reza, un teatro para el gran público”. Blanco confesaba con una mezcla de emoción y falsa modestia, que le “gustaría que más adelante (la obra) llegara a otros muchos teatros con otro actor más comercial que yo, porque yo lleno los teatros en Galicia y en Madrid, pero no en Murcia”.

Carlos Blanco en 'Síbaris' de Domingo Villar, que se estrena este viernes en los Teatros del Canal de Madrid

Carlos Blanco en 'Síbaris' de Domingo Villar, que se estrena este viernes en los Teatros del Canal de Madrid / PABLO LORENTE / TEATROS DEL CANAL

El intérprete gallego, popular gracias a sus papeles en series como Fariña o La unidad, explicaba también que todo el proceso de poner en pie el montaje ha sido “un extraño viaje porque Domingo tendría que estar aquí, actuando por primera vez, pero no pudo ser” y ha recordado sus discusiones iniciales sobre la función, porque “era larga, y yo le decía que había que cortar texto”. Villar se había reservado un papel secundario en la obra, el de Marcus, el agente literario de Víctor Morel, y Blanco ha señalado que su habilidad para los diálogos le resonaba al cine de Woody Allen y que, “además de ser un extraordinario novelista, Domingo Villar es un dramaturgo novel brillantísimo, y este es un viaje hacia un gran autor teatral que se nos ha ido”.

La editora de Siruela añadía que Villar dejó empezada una novela titulada Olas de invierno, ambientada “en el mundo del surf y pienso en lo que nos hubiera gustado leerla, pero ahora nos queda, como editores, que la obra de Domingo no muera y siga viva”. Grande anunciaba que en otoño, Siruela publicará en un estuche sus tres novelas policiacas: Ojos de agua, La playa de los ahogados y El último barco.