ENTREVISTA

Paloma Barrientos: "Isabel Preysler se puso a atacar a Mario y a filtrar información para dejarlo en mal lugar"

La veterana periodista promociona estos días una edición revisada y actualizada de su libro 'Reina de corazones', dedicado a la socialité filipina

La autora del libro 'Reina de corazones' sobre Isabel Preysler, Paloma Barrientos.

La autora del libro 'Reina de corazones' sobre Isabel Preysler, Paloma Barrientos. / CEDIDA

Isabel Preysler es un verdadero fenómeno sociológico. A pocas personas se les ha dedicado tanto espacio en la prensa como a la filipina, que carece de estudios superiores y de carrera profesional cualificada. Para la periodista Paloma Barrientos, autora de la biografía definitiva sobre Isabel Preysler, Reina de corazones (Ediciones B), la reina del baldosín es una mujer que se ha hecho a sí misma y ha sabido rentabilizar estupendamente bien sus tres relaciones matrimoniales —con el cantante Julio Iglesias, el aristócrata Carlos Falcó, marqués de Griñón, y el político socialista Miguel Boyer—. "Lo que toca no se convierte en oro, pero sí en cifras de varios ceros, que hacen crecer a ritmo vertiginoso una cuenta corriente de por sí considerable", apuntó en las páginas de su libro, del que se acaba de lanzar una edición revisada, actualizada y ampliada.

"Por mucho que se intente demostrar lo contrario, que se la involucre en tramas políticas, en ventas fraudulentas, que se la presente como una negociadora nata o se la califique de Mata-Hari, maquiavélica, astuta, intrigante y conspiradora. Isabel es una ama de casa, una ‘maruja de lujo’, pero maruja al fin y al cabo. Pese a quien pese, su único fin en la vida es ser la amante perfecta, la esposa ejemplar (mientras dure el matrimonio, claro está), la madre adorada y la anfitriona excepcional. De lo demás sabe poco y, como es muy lista, prefiere mantenerse al margen". EL PERIÓDICO DE ESPAÑA charla con Barrientos sobre el personaje que durante años figuró en el número uno del hit social.

P. ¿Cuáles son las verdaderas armas de mujer de su biografiada?

R. El misterio, el hermetismo y saber manejar a la gente, en el buen sentido. Isabel es una persona que vive por y para agradar. Si se entera de que te gusta el té con limón servido en taza grande, la siguiente vez que te presentes en su casa tendrá para ti ese té con limón y en taza grande. Y por otro lado, creo que es una mujer muy sensual.

Una jovencísima Isabel Preysler.

Una jovencísima Isabel Preysler. / CEDIDA

P. Siempre se ha dicho que, desde jovencita, utilizó su poder de seducción para acercarse a los grupos más exclusivos de la sociedad.

R. Isabel creció en Filipinas. Sus padres eran filipinos, aunque con ascendencia española, y ella se movió en un mundo que no era el de los indígenas, sino el de la clase media. Cuando viene a España pasa lo mismo. Hablamos de unos años en los que todavía había una dictadura, donde mandaba doña Carmen [Polo] y también estaba Carmen Martínez Bordiú, que era la nietísima [del dictador Franco]. Aquí Isabel se mueve en un círculo de niñas bien que van a fiestas y estudian en el colegio de las Irlandesas, donde entonces las preparaban para ser secretarias en las empresas de papá o trabajar como azafatas de Iberia hasta que consiguieran un marido. Sus padres la mandaron a España porque había tenido una experiencia poco recomendable con un chico que hoy podría ser un Coco Robatto. Ese es el ambiente en el que ella se movía en aquellos primeros años.

P. ¿Cómo es la filipina en la intimidad de su hogar?

R. Creo que tiene una cara A y otra cara B. La cara A es la que todos conocemos, la agradable, pero también la que la lleva a hacer listas negras, a que si haces algo que no le gusta ya vas a estar muerto para ella,... La cara B, de la que hablo en el libro, es la que muestra a una Isabel que va con la libretita en la mano por toda la casa, porque no puede ver un jarrón mal colocado, y que quiere tener todo absolutamente controlado. Nadie se puede imaginar que sea una mujer con carácter. Su propia hija Tamara comentó en una entrevista que a veces hasta ellos le tenían miedo.

Si no hubiese aparecido Miguel Boyer, Isabel Preysler y Carlos Falcó podrían haber sido muy felices juntos

P. Algunos comentaban que no solía tratar demasiado bien a sus empleados del servicio doméstico.

R. Esto no te lo puedo asegurar con certeza, pero sí te puedo decir que la gente que trabaja en su casa lleva con ella muchos años, desde que la familia se instaló en la casa de Miraflores, bautizada por Alfonso Ussía como Villa Meona. Entiendo que les paga bien, claro.

P. ¿Cómo llevó ella el hecho de que su primer marido, Julio Iglesias, le cortara las alas?

R. Julio Iglesias era un hombre de su tiempo. Hablamos de una España en la que una mujer no podía abrir una cuenta bancaria ni ser madre soltera, y de ahí que Isabel se quedara en nuestro país, con Julio, tras quedarse embarazada de él. Al principio, Isabel acompañaba al cantante en sus giras, pero luego se vio sola y con tres niños. Empezó a entrar y salir con Carmen Martínez Bordiú, y siempre había por ahí mensajeros que le decían a Julio lo que su esposa hacía. Carmen estaba casada con el duque de Cádiz, y a este le parecía un espanto su amistad con Isabel. Es más, una de las causas que aparecen en la sentencia de divorcio de esta pareja fue que Carmen tenía amistades complicadas, amistades que le planteaban el hecho de ser una mujer divorciada como algo estupendo.

P. Tampoco tragaba a Isabel su suegra.

R. Isabel vivía en la misma casa que su suegra, Charo, en la calle San Francisco de Sales. Charo no la tragaba porque Julio era su preferido y quería para él una chica de buena familia y economía solvente. Además, tampoco le gustaba que cuando Julio no estaba en Madrid, Isabel saliera y entrara tanto.

P. ¿Fueron las infidelidades mutuas en su matrimonio el detonante de su final?

R. El detonante real fueron las continuas infidelidades de Julio Iglesias. También ella le engañó, como cuento en el libro. De hecho, Charo pilló a Isabel con el marqués de Griñón en el aparcamiento de su edificio, un día que ambos habían estado viendo juntos una película en la Embajada de Estados Unidos. Es cierto que todavía estaba casada con Julio, pero también lo es que él hacía ya su vida por su cuenta.

P. ¿Qué le aportó su siguiente marido, Carlos Falcó?

R. Creo que Carlos Falcó ha sido una de las personas más bondadosas, honestas y abiertas. Le aportó señorío, una organización de casa y cariño. Creo que con Julio Iglesias no tuvo ese cariño, porque los dos se casaron en realidad por el motivo que te comentaba antes. Si no hubiese aparecido Miguel Boyer, Isabel y Carlos podrían haber sido muy felices juntos. Aunque nunca se sabe, porque antes de Carlos ya tuvo varias relaciones, y luego vimos que ha tenido alguna más.

P. En ese sentido, la propia Isabel ha reconocido que no cree en el amor para toda la vida.

R. Sí. Y en el caso de Tamara [Falcó] pasa lo mismo. Recuerda aquella frase que le dijo a su hija, refiriéndose a la infidelidad de su yerno Íñigo Onieva: "Te lo volverá a hacer". Miguel Boyer falleció, pero tampoco sé si Isabel habría terminado sus días con él en el caso contrario.

P. ¿Nunca le gustó a Isabel la relación entre su hija e Íñigo?

R. No le gustaba Íñigo, sobre todo por el tema del mundo de la noche y demás. Pero aquí aplico una teoría práctica sobre lo que las madres hacemos normalmente con respecto a los novios y novias de nuestros hijos: si no te gusta, te lo comes igual. Ojalá dure lo de Tamara e Íñigo, pero si no dura te aseguro que Isabel estará ahí para apoyarla. De hecho, ahora, cada vez que Íñigo está fuera de casa o se encuentra de viaje, Tamara se queda a dormir en casa de su madre.

P. ¿Dejó Miguel Boyer su cargo público por la empresa privada porque con un sueldo de ministro no podía estar a la altura de Isabel?

R. Eso lo creo, entre otras cosas, porque se habló y se publicó en varios sitios. Es verdad que Isabel ya ganaba dinero y que siempre ha convertido en oro todo lo que toca, pero aun así… Y bueno, también hay que tener en cuenta la guerra que había entonces en el mundo del poder. Pienso que Boyer dejó el Ministerio de Economía y Hacienda por dos razones: una fue la parte económica y otra fueron las guerras por el poder.

P. ¿Cómo llevó ella los bandazos ideológicos de Boyer?

R. Miguel Boyer pasó de estar en la cárcel cuando era joven a casarse con Elena Arnedo, una señora absolutamente socialista y feminista. Después de formar parte de la izquierda caviar empezó a apoyar a José María Aznar, por ejemplo, integrándose en FAES [fundación ligada al Partido Popular]. Creo que a Isabel no le interesa la política. Ella es muy lista. Cuando acudía a aquellas comidas con empresarios no hablaba, tan solo escuchaba.

P. En el libro comenta que Isabel también compaginó esa relación amorosa con la que entabló con Mario Vargas Llosa.

R. No lo puedo asegurar pero sé que, cuando Miguel Boyer sufre en 2012 un ictus del que nunca llegó a recuperarse del todo, en la casa de Miraflores se montó un operativo con todo lo necesario para una persona que estaba en esas condiciones. Tras su muerte, la propia Isabel reconoció que ella se había convertido en viuda en el mismo momento en que Miguel sufrió aquel ictus. Isabel era una mujer que todavía estaba muy bien físicamente y que se encontraba sola y con un enfermo en casa. A Vargas Llosa le trató por primera vez en 1986, cuando tuvo ocasión de hacerle una entrevista para ¡Hola!, y ya entonces hubo determinados comentarios.

Isabel Preysler nunca va a tener problemas económicos, entre otras cosas, porque su hijo Enrique es megamillonario

Luego, antes de que su relación saltara a los medios, Vargas Llosa estaba haciendo una obra de teatro y un compañero periodista se encontró en la sala a Isabel Preysler, lo que sorprendió. Fue entonces cuando ellos retomaron una historia que había quedado pendiente años atrás. Nadie se imaginaba que Vargas Llosa acabaría inaugurando en Nueva York una tienda de Porcelanosa o que aparecería en Vanity Fair diciendo que al lado de Isabel se había dado cuenta de qué nombre tenía la felicidad.

P. ¿Y por qué rompieron realmente el escritor peruano y ella?

R. Fue por una mezcla de varias cosas. Lo que se ha dicho de que fue por celos está totalmente desmontado. Se contó que ella había llegado una noche a casa, tras acudir a una fiesta de Moët & Chandon, y que Mario le recriminó llegar tan tarde. Él tiene un horario espartano, de acostarse a las diez de la noche y a las seis ya estar despierto, mientras que ella se acostaba y despertaba tarde. Mario ha sido la primera de las parejas de Isabel que le salió respondona, pero a todos nos dejó impresionados la respuesta de ella, que se puso a atacar a Mario y a filtrar información para dejarlo en mal lugar.

Isabel Preysler.

Isabel Preysler. / CEDIDA

P. Comentó entre otras cosas que no aportaba ni un céntimo en casa.

R. Efectivamente, cuando eso no es cierto. Federico Jiménez Losantos ya dijo que Mario aportaba una cuota mensual para el mantenimiento de la casa. Fue entonces cuando comenzó una guerra de comunicados. La relación sentimental se rompió por varias razones. Una vez, Mario estaba dando una entrevista a una cadena de televisión alemana y tuvo que cortarla porque de pronto apareció Jacinta, la perra de Tamara. En otra ocasión, estando una Navidad en Miami, Mario se quejó de que allí no había libros ni tampoco ningún sitio donde él pudiera escribir con tranquilidad. Aunque el motivo fundamental fue el momento en que Mario enfermó de covid. Estuvo a punto de fallecer y, al darse cuenta del sitio donde se iba a morir, decidió romper la relación. Creo que, más que amor, lo que hubo entre ambos fue encoñamiento. Así al menos lo definió él una vez. 

P. Sabiendo lo mucho que a Isabel le gusta controlar el relato de su vida, sospecho que no recibió con entusiasmo la publicación de su libro.

R. Pues no. Antes de ser libro, esto fue un cuadernillo para la revista Tiempo, que nos mandó a Manila a Queca Campillo y a mí para investigar los orígenes de Isabel. Cuando salió publicado, Isabel quiso demandar al grupo Zeta, a Tiempo, a Antonio Asensio y a Julián Lago. Conmigo jamás se puso en contacto. Se dice que la persona que paró aquella demanda fue Miguel Boyer, que ya había visto su nombre en bastantes artículos de revistas y no quería más problemas ni polémicas. Sé que no le gustó que escribiera sobre ella, aunque también te digo que nunca me ha vetado en sus eventos publicitarios ni nada por el estilo. En cualquier caso, todo lo que yo cuento también lo ha ido contando ella luego.

P. Viendo el poco feeling que siempre ha tenido con la televisión, ¿entendió que se prestara a grabar ese aburrido especial navideño para Disney+?

R. No lo entendí, aunque imagino que se trató de una cuestión económica. Cuesta mucho mantener su casa de Puerta de Hierro. Es más, en su momento hubo una posibilidad de venta, aunque ella lo negara luego. Pero Isabel nunca va a tener problemas económicos, entre otras cosas, porque tiene un hijo, Enrique, que es megamillonario. En realidad tampoco lleva una vida tan lujosa. Cuando sale a cenar, o se paga a escote o la invitan. Cuando se iba de vacaciones fuera, eso también lo pagaba Vargas Llosa.

P. Lo que admite poca discusión es que Isabel es una de las últimas estrellas de la prensa rosa. ¿Qué futuro vislumbra usted para el sector?

R. Efectivamente. Isabel ha pasado de ser prácticamente invisible en Instagram a mostrar lo que hace con sus amigas o los planes que tiene, lo que es una maravilla para los paparazzi. El futuro estará en los personajes televisivos, los influencers y algunos aristócratas que, en realidad, tampoco quieren salir. En cualquier caso, no creo que se acaben los personajes. Saldrán otros, y tendremos gente de clase A, clase B y clase C. Ahora mismo nos quedan Preysler e Isabel Pantoja, que lleva al escenario toda su vida, sus dolores y sus miserias. Tamara Falcó es otra cosa. Tamara es un producto, alguien que controla los medios y a la que no podemos identificar con una marca.

P. Al final de su libro apunta que el equipo de la tertulia de crónica rosa de Federico Jiménez Losantos es “aire fresco ante tantos egos en ese mundo donde hasta los gatos quieren zapatos”. ¿Ve a muchos comentaristas con más vocación de estrellas que de informadores?

R. Totalmente. Los periodistas que seguimos buscando información en la calle somos muy pocos. Casi nadie acude ya a estrenos, levanta un teléfono o se presenta en una fiesta para luego poder informar. Hay mucho comentarista y colaborador que cuenta las cosas de oídas. La mayoría de ellos recurre a Google para documentarse, y ya de partida va reproduciendo algo que no es cierto. Es importante saber redactar una entradilla y un pie de foto, conocer la sintaxis, saber lo que es sujeto, verbo y predicado,... Y no te hablo solo de la prensa del corazón, sino de todos los sectores del periodismo.