UN VECINDARIO TOMADO POR LA DROGA

Los vecinos de Lucero, sin esperanzas frente a los 'narcobloques' de la calle Cullera: "No están un poco amenazados, sino muy amenazados"

Los vecinos de Lucero siguen denunciando la "insostenible" situación de estos inmuebles, en los que camellos y adictos campan a sus anchas

El delegado del Gobierno en Madrid se ha comprometido con los vecinos a seguir impulsando una respuesta conjunta con Comunidad y Ayuntamiento

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El delegado del Gobierno y el inspector jefe de Latina durante la visita de este jueves a los 'narcobloques' de la calle Cullera.

El delegado del Gobierno y el inspector jefe de Latina durante la visita de este jueves a los 'narcobloques' de la calle Cullera. / Delegación del Gobierno

Héctor González

Héctor González

Minutos antes de comenzar la reunión, una de las vecinas de Lucero (Madrid) muestra una funda transparente con una lámina de plástico verde en su interior. "¿Sabes lo que es esto?", pregunta. "Es lo que llaman un ‘paracas’", explica, un recorte circular de una bolsa de plástico que los camellos utilizan para pasar dosis de droga. "Las calles del barrio están llenas", detalla la mujer. "Ya lo verás luego, durante la visita", añade otro residente, que cuenta que lleva meses en tratamiento psicológico para intentar afrontar la situación que viven los vecinos de los dos 'narcobloques' de la calle Cullera.

Se refiere a la visita que, tras el encuentro con los representantes vecinales de Lucero, el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Francisco Martín, realizó este jueves por la tarde a dichos inmuebles, en la que también estuvo presente el inspector jefe de la comisaría de Latina. Ubicados en los números 14 y 16 de dicha calle, los dos edificios se han convertido en una agonía diaria para los habitantes de este barrio del este de Madrid, perteneciente al distrito de Latina. Repartidos entre sus plantas hay, al menos, tres ‘narcopisos’ y otras cinco viviendas okupadas por un clan familiar dedicado al narcotráfico. Ambos inmuebles sufren un trasiego constante de personas que vienen a comprar droga - heroína, sobre todo-, y la consumen en las zonas comunes y los alrededores de los bloques.

Una situación "insostenible"

Los vecinos llevan largo tiempo denunciando esta situación, que supone un grave problema de seguridad y un gran deterioro de la convivencia en la zona. Según lamentan, los adictos campan a sus anchas por los portales, ascensores y escaleras de los edificios, llenándolo todo de jeringuillas, 'paracas' y otros restos de basura, y orinando y defecando por los suelos. Mientras que los vendedores se han convertido en los dueños de facto del lugar e intimidan y amenazan a los demás residentes. Los afectados reclaman que las tres administraciones competentes - Comunidad, Ayuntamiento de Madrid y Delegación- se pongan de acuerdo y aborden esta "insostenible" problemática, tal y como manifestaron en un comunicado difundido el pasado mayo.

De esta manera, piden que la Delegación del Gobierno refuerce la presencia y la actuación policial en la zona; al Ejecutivo autonómico que tome medidas frente a las viviendas okupadas que son propiedad de la Agencia Social de Madrid (IVIMA) y que refuerece la seguridad en la estación de Metro Laguna, y al Ayuntamiento de Madrid que movilice a la Policía Municipal en la zona y que adelante la instalación de las 18 cámaras de videovigilancia, prevista para finales de 2025. Preguntada al respecto hace unas semanas, la portavoz y delegada de Emergencias del Gobierno municipal, Inma Sanz, negó esta posibilidad alegando el cumplimiento de los trámites burocráticos establecidos.

Miedo y falta de esperanza entre los vecinos

Para Javier Poveda, presidente de la Asociación de Vecinos de Lucero, el argumento esgrimido por el Ayuntamiento resulta "absurdo". Considera que es como si les estuviesen "llamando imbéciles". El portavoz vecinal sostiene que la grave situación de los inmuebles no puede ser abordada "por cada administración de forma independiente", sino que deberían sentarse las tres y elaborar "un plan integral.

No obstante, "la verdad es que tenemos muy poca esperanza" en una solución por parte de los Gobiernos autonómico y local, matiza Poveda, mientras sigan pesando "otras motivaciones políticas". Tampoco en una respuesta ciudadana coordinada, ya que "los vecinos de estos pisos están muy amenazados", explica el presidente de la asociación antes de subrayar que "no un poco amenazados, sino muy amenazados", por lo que "no pueden actuar de forma conjunta". Además, los residentes tampoco cuentan con los instrumentos para enfrentarse a los narcotraficantes: "Están indefensos y no pueden hacer nada contra esta gente", lamenta Poveda.

Martín se compromete a impulsar una respuesta conjunta

Una postura compartida por el delegado del Gobierno en Madrid. En la reunión mantenida ayer con la Asociación de Vecinos de Lucero, Martín se comprometió, "en la medida de sus competencias, a seguir resolviendo los problemas de los residentes del barrio; así como a impulsar una respuesta conjunta a la situación de los bloques de la calle Cullera. En declaraciones a los medios tras el encuentro, el representante del Ejecutivo central trasladó su intención de "seguir reclamando la necesidad de la mesa tripartita que hemos propuesto a la Comunidad de Madrid y al Ayuntamiento de Madrid".

Una mesa tripartita que el delegado ya solicitó por carta a los Gobiernos autonómico y municipal en mayo, con el fin de abordar las "urgencias sociales" que sufren distintas zonas de Madrid. El objetivo, defendió este jueves Martín, es que, "sentadas las tras adminstraciones, ninguna se pueda levantar aduciendo que la responsabilidad es de un cuarto" y que, así, se puedan construir "soluciones reales" para los "dramas sociales" existentes en Madrid. Sin embargo, tanto la Comunidad como el Ayuntamiento han rechazado hasta la fecha constituir este grupo de trabajo.

Para Martín, el abordaje de la situación que viven los vecinos de la calle Cullera, que "afectan a familias, a niños y a personas con problemas de salud", no se solucionan solo con actuaciones de seguridad. Según el delegado, "problemáticas complejas" como esta se encuentran "vinculadas a la falta de políticas sociales que complementen a las de seguridad" y que ofrezcan una solución más efectiva a medio y largo plazo.