GASTRONOMÍA

Cómo mejorar las gambas al ajillo, un truco de la maestra de un estrella Michelin

El truco que va más allá del ajo y perejil y dará un sabor diferente a las gambas

Convierte la salsa de tomate en algo espectacular con estos trucos

Toque especial de gambas

Toque especial de gambas / ShutterStock

El toque de la abuela Juana. Los estrellas Michelin parecen tener siempre una abuela, una tía o una madre que les ha enseñado todo lo que saben o les inspiraron para ser los cocineros que son hoy. Los chicos se inclinaban en taburetes para observar a su maestra picar la cebolla o poner a hervir estofado de pescado. La semilla perfecta para convertirse en un chef reconocido de prestigio. La cocina, reservada tradicionalmente para las mujeres, se convierte en un camino de logros para ellos.

La familia Serrano tiene una matriarca en lo de la cocina y un truco para que las gambas sean excepcionales en el pase de la gamba blanca de Huelva en dos tiempos de su nieto. Alejandro Serrano consiguió su primera estrella Michelin con 24 años, pero mientras persigue una segunda estrella Michelin en el restaurante que lleva su mismo nombre y busca para 2024 abrir un local más casual que se llamará Álex.

En la primera parte, el bocado es un ravioli líquido con un caldo de cabezas de gamba y oloroso. El segundo, una tartaleta de tres pisos con gamba, también blanca y de Huelva, al limón y picada en una suerte de tartar. Y en ambos platos, aunque parezca que la alta cocina está a años luz de la cocina doméstica, está el toque de la abuela Juana.

Alejandro Serrano consiguió su primera estrella Michelin con 24 años, pero mientras persigue una segunda estrella Michelin en el restaurante que lleva su mismo nombre y busca para 2024 abrir un local más casual que se llamará Álex, habla de gambas al ajillo.

En este caso, cuenta Alejandro que lo que la abuela hacía era coger una sartén y tostar muy bien estas gambas, "echando luego medio limón exprimido y vino oloroso con el fuego a máxima potencia".

El resultado, aparte de mucho más aromático y fresco, también ofrece "una salsa con muchísimos matices y súper potente", que va más allá del perfil clásico del ajo y la guindilla con la que siempre se conceptúan las gambas al ajillo y a las que rinde homenaje con un plato en el que el ravioli representa la potencia y la tartaleta el toque sutil del limón.