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La obsesión de Yolanda Díaz con los impuestos

El populismo de la líder de Sumar y su obsesión casi enfermiza por la mayor presión impositiva irrita a buena parte de las rentas medias y altas

Yolanda Díaz, en la tribuna del Congreso de los Diputados.

Yolanda Díaz, en la tribuna del Congreso de los Diputados. / Jesús Hellín

Las excentricidades de Yolanda Díaz van camino de convertirse en un multiplicador más de la fuga de votos hacia la ultraderecha, que crece en España según la última encuesta de GESOP para Prensa Ibérica y que no solo se nutre de los descontentos con el PP de Alberto Núñez FeijóoEl populismo de la líder de Sumar, a la que el PSOE de Pedro Sánchez arrebata hoy más votantes que en febrero, y su obsesión casi enfermiza por la mayor presión impositiva irrita a buena parte de las rentas medias y altas. Estas elevan su sintonía con el populismo del otro extremo, el que representan los antiimpuestos Abascal, Milei o Trump de la vida que ella tanto ataca. 

Todo les vale antes que una vicepresidenta del Gobierno que el sábado volvió a insistir en Córdoba en un nuevo impuesto específico para las grandes empresas de la distribución. Ellas «se forran», mientras las familias no pueden pagar la cesta de la compra. Este gravamen antiinflación solo saldrá adelante si se apoya a Sumar, dijo Díaz, cuyo partido tiene ahora la menor fidelidad de voto de todas las fuerzas políticas.

La también ministra de Trabajo haría bien en recordar que los márgenes de las empresas de la distribución ya están bajo la lupa de organismos oficiales como el Ministerio de Economía y el Banco de España, entre otros. El último Observatorio de márgenes empresariales, publicado en abril por Economía, la Agencia Tributaria y el Banco de España y referido al segundo semestre de 2023, constata que los márgenes sobre ventas «en el comercio de alimentos acumulan dos años de descensos» consecutivos. Sucede lo contrario con la agricultura, cuyos beneficios aumentan en el semestre. 

Díaz conoce estas cifras, por lo que extraña su insistencia en elevar la fiscalidad. Su postura solo puede ser un intento de frenar la huida de unos votantes que ya han comprobado que Sumar no logra sacar adelante sus promesas ni aunque gobierne con los socialistas de los que ahora se quiere distanciar. Es por ello que Díaz se equivoca al insistir en una acción que, de rebote, puede elevar el atractivo de la ultraderecha para los antiimpuestos.