Opinión | ELECCIONES LEGISLATIVAS

Arde París

Podríamos pensar que con los ultras en el poder en Italia, la extrema derecha en Francia es solo una continuación. Pero es mucho más. Francia ha sido un motor de esta Unión y Macron un líder trascendental en Europa

Marine Le Pen y Jordan Bardella, el pasado 9 de junio, durante su comparecencia para celebrar su victoria en las europeas.

Marine Le Pen y Jordan Bardella, el pasado 9 de junio, durante su comparecencia para celebrar su victoria en las europeas. / JULIEN DE ROSA / AFP

Si no hemos tenido suficiente con el ascenso ultra que ha llenado de papeletas las urnas europeas, ahora viene París con unas elecciones sorpresa, consecuencia del fracaso de la coalición del presidente Emmanuel Macron y el triunfo de la Agrupación Nacional, que lidera Marine Le Pen. El partido icono de la extrema derecha europea, el primero en asomar allá por los 70, está en puertas de entrar en el gobierno francés.

Las elecciones son legislativas, es decir que no van a apartar del Eliseo al presidente Macron, pero un triunfo de los ultranacionalistas llevaría a un cambio de escenario que esta vez sí, tendría envergadura europea. Podríamos pensar que con los ultras en el poder en Italia, la extrema derecha en Francia es solo una continuación. Pero es mucho más. Francia ha sido un motor de esta Unión y Macron un líder trascendental en Europa, aún más a raíz del Brexit. Si ahora tiene que cohabitar con un gobierno ultranacionalista que impulsa una visión contraria a la Unión Europea, por más que siga como presidente va a tener difícil liderar hacia fuera lo que en su país no le van a dejar.

La apuesta ha sido a doble o nada. Macron ha hecho de Pedro Sánchez, dar un golpe de efecto y convocar elecciones cuando todo parece perdido, para intentar que su partido, Renacimiento, pueda hacer honor a su nombre. Sin embargo, la hemeroteca está llena de ejemplos, como el Brexit, de cómo las urnas las acaba cargando el diablo. Francia ha entrado en trance.

El partido tradicional de derechas se ha roto entre los que quieren aprovecharse del ascenso ultra y quienes creen que no deben ir junto a ellos ni al restaurante de la Asamblea Nacional a dirimir diferencias. La izquierda ha conseguido un acuerdo para unirse en un Frente Popular que impida que los candidatos de la extrema derecha se lleven los escaños por la división del resto y entremedio la coalición liberal de Macron juega con fuego. Arde Paris y si finalmente los franceses no consiguen frenar a su vanguardia ultra, el humo intoxicará a toda Europa.