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La Fe y la UJI "traducen" con IA informes médicos para combatir bulos

Un grupo de expertos participan en un proyecto «pionero» para mejorar la comunicación entre pacientes y personal sanitario y, así, hacer frente a la desinformación y las fake news procedentes de Internet o las redes sociales

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Imagen de archivo / Freepik

Saray Fajardo

Las muertes súbitas o los trombos relacionadas con las vacunas Covid, el uso del tricloroetileno (sustancia química común utilizada en la limpieza en seco) como causa invisible del Parkinson o las dietas milagro son sólo algunos de los bulos relacionados con la salud que circulan día a día por Internet, las redes sociales o las plataformas de mensajería. Sin duda, las «fake news» se han convertido en una auténtica epidemia en la era digital actual. Su rápida difusión genera una fuerte desinformación entre la ciudadanía, que no llega a diferenciar qué noticias son reales y cuáles no. 

Cuando alguien se encuentra mal, en la mayoría de ocasiones suele acudir al «doctor Internet» para conocer cuál es su diagnóstico. Con un sólo click los pacientes pueden acceder a portales web con una gran cantidad de información, que en la mayoría de ocasiones suele ser errónea. «Los pacientes suelen buscar en Internet cuando tienen algún síntoma. Los resultados siempre nos llevan a malas noticias, con datos falsos y potencialmente peligrosos. Esto nos genera estrés y ansiedad porque creemos que nos estamos muriendo», explica la investigadora de la Universitat Jaume I, Adéla Kotatkova.

Para evitar estas situaciones, y en colaboración con el Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia, la experta participa en el proyecto Integración de la Inteligencia Artificial para mejorar la comunicación en la atención sanitaria: facilitando la comprensión de informes médicos. En él, el equipo pretende facilitar la interpretación de los resultados médicos y los tipos de tratamiento a los pacientes a través del uso de la IA y ChatGPT.

«Es importante mejorar la comunicación con los pacientes y humanizar las intervenciones con procedimientos invasivos para permitir también la presencia de los familiares del enfermo», reconoce Kotatkova, que reivindica que estos informes contienen términos «complicados», que, en la mayoría de ocasiones, son «difíciles de descifrar». «Cuando nos dan el informe, este tiene mucha información y nos cuesta quedarnos con todo el contenido.

Por ello, solemos acudir a Internet para encontrar resultados y soluciones», especifica. Sin embargo, el objetivo de este proyecto no es eliminar el informe inicial, sino añadir otro más sencillo y adaptado al paciente para que puede comprender qué sucede. En estas primeras pruebas, el equipo trabaja con pacientes que han recibido el alta y que tendrán que prolongar su tratamiento en casa, aunque el objetivo es aplicarlo en la mayoría de pacientes.

Participación activa

Kotatkova reivindica que, en sus palabras, «en la medicina actual, el paciente no sólo debería estar en el centro de las decisiones tomadas, sino que también debería poder participar activamente en ellas, por lo que tienen derecho a estar informados para mejorar su salud». Sin embargo, esto sólo es posible si la información es comprensible por el paciente para que este pueda interpretar qué le está sucediendo, a qué pruebas se ha sometido, cuáles son los resultados y las opciones de tratamiento a las que debe someterse. «Queremos evitar frustraciones o que busquen en Internet, ya que esto puede comportar que se automediquen sin ninguna prescripción previa», añade.

En este sentido, la investigadora recalca la importancia de la comunicación entre el médico y el paciente. «La falta de comprensión de los documentos proporcionados por los profesionales de la salud puede generar desconfianza en el sistema sanitario, por lo cual recurren a influencers. Así pues, se hace evidente la necesidad de disponer de documentos escritos y diseñados específicamente para los pacientes», afirma. No obstante, reivindica que esto no debe suponer nungún perjuicio para el sistema sanitario. «No queremos quitar médicos ni informes, ya que su trabajo y finalidad son vitales», especifica.

Proyecto pionero

El equipo se encuentra en la primera fase de este proyecto, que califican como «pionero». Reconocen que esta tarea de reescritura requiere un tiempo considerable, pero las nuevas herramientas basadas en la IA, como ChatGPT, ofrecen nuevas oportunidades para trabajar con textos médicos de manera más rápida. Así, los médicos detectan los términos complicados para señalar algunas instrucciones a estas aplicaciones con el fin de que sólo trabajen con el lenguaje del informe. «No queremos que estas herramientas también caigan en estos bulos y, además, el paciente siempre va a contar con el informe original», concluye la experta.