Comer sano pero con sabor: cinco aliños para tus ensaladas fresquitas de verano

Con la llegada del verano se dejan a un lado los platos pesados de cuchara y se revitalizan las cocinas con recetas ligeras como gazpachos o ensaladas muy fresquitas, que son fáciles de preparar y refrescan en los tiempos de mayor calor en el año.

Pero a veces llegan a cansar las preparaciones más típicas como la combinación de la lechuga y el tomate. Por suerte, hay decenas de posibilidades culinarias para darle un toque distinto a tus comidas y cenas, tanto con ingredientes más originales como por el propio aliño, que puede transformar totalmente el sabor de una ensalada.

Así que a continuación te mostramos cinco posibilidades de salsas que le darán un gusto diferente a tus platos. ¡Elige la que más te guste!

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5 aliños para ensaladas de verano

Una buena opción para los amantes del dulce es la salsa de mostaza y miel. La proporción consiste en tres partes de mostaza por cada parte de miel en una cantidad ajustada al tamaño de la ensalada. No obstante, se puede jugar con las medidas de cada ingrediente en función del nivel de dulzor que queramos dejar. Además, hay que agregar un chorrito de vinagre de manzana, pimienta y sal.

La siguiente propuesta es el aliño de yogur, que es ideal para ensaladas de estilo griego. Habrá que incluir un yogur natural (mejor si es desnatado, para que tenga una menor cantidad de grasa), el zumo de un limón, eneldo, pimienta y sal. Hay que mezclar todos los elementos en un bol para integrarlos y después, verterlos sobre la ensalada.

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Las hierbas aromáticas son una buena alternativa para las personas que requieren una dieta sin sal. En esta salsa, se pueden escoger las especias al gusto, por ejemplo, albahaca y perejil. Además, hay que añadir varios dientes de ajo muy picaditos. La cantidad de ajo dependerá de nuestra tolerancia al picante. Entonces, añade pimienta negra en polvo y el zumo de un limón.

Una cuarta propuesta muy dulce para ensaladas que cuentan con frutas como el mango, los frutos rojos o el caqui, es la salsa de fresa. Para ello, simplemente hay que conformar un puré machacando fresas maduras con unas gotitas de limón. Es muy sencilla y le concede un gusto completamente diferente al de otras preparaciones.

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Para los amantes del sabor un poco más agrio, se puede mezclar un chorrito de vinagre balsámico con un ajo machacado y pimienta negra. Es una leve variante que aporta un sabor distinto al clásico vinagre espeso. También se pueden incorporar unas gotas de aceite de oliva.

También se pueden encontrar grandes opciones en algunos supermercados como el vinagre de mango o el vinagre de frambuesa, que combinan a la perfección con recetas con rúcula, canónigos o queso de cabra. No obstante, es preciso asegurarse consultando sus etiquetas de que no sean demasiado azucaradas ni ultraprocesadas, puesto que entonces la ensalada dejaría de ser tan saludable.