OLA DE CALOR

¿Qué es la deshidratación silenciosa?: así puedes prevenirla

Todo el mapa nacional está coloreado por los avisos, especialmente el interior y el suroeste peninsular y también el sur de Tenerife

Once comunidades entran en alerta ante una nueva ola de calor

Once comunidades entran en alerta ante una nueva ola de calor

Once comunidades entran en alerta ante una nueva ola de calor / EFE

Marta Alberca

Marta Alberca

Las olas de calor no cesan y los termómetros del país no paran de subir. Durante esta semana está previsto que se alcancen máximas de hasta 40 grados, por lo que la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha decretado varias alertas amarillas y naranjas por calor. Ante este escenario los profesionales sanitarios alertan de tomar las precauciones adecuadas, especialmente en los grupos de riesgo o más vulnerables, como personas mayores, mujeres gestantes, menores y personas con enfermedades crónicas, así como en aquellos colectivos que desempeñan su trabajo o realizan esfuerzos al aire libre.

El calor excesivo puede alterar nuestras funciones vitales si el cuerpo humano no es capaz de compensar las variaciones de la temperatura corporal. Una temperatura muy elevada produce pérdida de agua y electrolitos que son necesarios para el normal funcionamiento de los distintos órganos. Esto es lo que conocemos comúnmente como deshidratación.

¿Qué debemos hacer?

Por ello, desde el ministerio de Sanidad se insiste en un decálogo de recomendaciones generales, con el objetivo de minimizar los daños que las personas pueden sufrir a consecuencia del calor, como son:

  1. Beber agua o líquidos con frecuencia, aunque no se sienta sed y con independencia de la actividad física que se realice.
  2. Evitar las bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas, ya que pueden favorecer la deshidratación.
  3. Aunque cualquier persona puede sufrir un problema relacionado con el calor, prestar especial atención a bebés, menores, mujeres embarazadas o lactantes, calor (como las enfermedades cardíacas, renales, diabetes, hipertensión, obesidad, cáncer, patologías que dificultan la movilidad, demencia y otras enfermedades mentales, así como el abuso de drogas o alcohol).
  4. Permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refrescarse cada vez que lo necesite.
  5. Procurar reducir la actividad física y evitar practicar deportes al aire libre en las horas centrales del día.
  6. Usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar.
  7. Nunca dejar a una persona en un vehículo estacionado y cerrado (especialmente a personas menores de edad, mayores o con enfermedades crónicas).
  8. Consultar a un profesional sanitario ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas.
  9. Mantener las medicinas en un lugar fresco; el calor puede alterar composición y sus efectos.
  10. Hacer comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos, etc.).

Ante la deshidratación, para hacer el cálculo más ajustado a la necesidad de cada cual, se toma como referencia que se deben ingerir 35 mililitros de agua por cada kilo de peso en el caso de adultos sanos. A modo orientativo, una persona que pese 55 kilos tendrá que tomar en torno a 1,9 litros diarios y quien pese 80 kilos, aproximadamente 2,8 litros. Se debe evitar que el agua se encuentre excesivamente fría al beberla ya que podría producir un corte de digestión por el contraste de temperaturas con el organismo, que está muy caliente en su interior.