Opinión | ÁGORA

El efecto Kamala (o el abandono de Biden)

Sabemos que el estado anímico juega un papel importante en la política actual. Y, aunque los datos siguen reflejando un empate entre Trump y Harris (si fuera finalmente la elegida), el talante sí que ha cambiado

US Vice President Kamala Harris campaigns in Milwaukee, Wisconsin

US Vice President Kamala Harris campaigns in Milwaukee, Wisconsin / JEFFREY PHELPS

La última encuesta de Reuters/Ipsos, realizada inmediatamente después de que el presidente Joe Biden se retirara de la carrera presidencial de 2024 y respaldara a la vicepresidenta Kamala Harris como su sucesora, muestra que si finalmente Harris fuera la candidata demócrata, la carrera entre ella y el candidato republicano Donald Trump estaría demasiado reñida como para poder establecer un ganador de manera anticipada. Entre los votantes registrados, un 44% dice que votaría a Harris frente a un 42% que lo haría por Trump. Lo cierto, es que nada de esto cambia con respecto a los sondeos previos a la renuncia de Biden: en las encuestas que se llevaron a cabo inmediatamente después del atentado contra Trump (y de la elección del senador republicano J.D. Vance como su compañero de fórmula para ocupar la vicepresidencia) ambos candidatos estaban empatados en la intención de voto de los estadounidenses registrados para votar el próximo 5 de noviembre. En concreto, el actual presidente se situaba dos puntos por detrás del candidato republicano: 41% frente a 43%.

Pero en la intención de voto de los demócratas no se apreciaba emoción, sino espanto. El rechazo a una posible vuelta de Trump a la presidencia era el principal elemento motivador para votar por Biden. Su renuncia no era vista como una mala opción para una parte importante del potencial electorado del presidente. Antes de anunciar su marcha, y tras el primer debate electoral celebrado, el 61% de los estadounidenses (y uno de cada tres votantes demócratas) pensaba que el actual presidente debía dar un paso al lado y dejar que fuera otra persona quien se postulara de cara a estos próximos comicios. Ahora, esa decisión ya adoptada, cuenta con el respaldo de la amplia mayoría de los ciudadanos (el 78% de los estadounidenses y el 83% de los votantes registrados) entre los que se incluye el 86% de los demócratas y el 79% de los independientes. Ahora bien, la mayoría considera que la despedida tiene que ser con honores y esto se traduce en que Biden cumpla su mandato como presidente hasta el final. Una medida que es apoyada por el 57% de los estadounidenses, incluido el 62% de los votantes registrados, el 88% de los demócratas y el 57% de los independientes. No obstante, esta opción solo es defendida por el 35% de los votantes republicanos: la amplia mayoría de este electorado exige, al igual que Trump y otros dirigentes republicanos, que el presidente dimita.

Sabemos que el estado anímico juega un papel importante en la política actual. Y, aunque los datos siguen reflejando un empate entre Trump y Harris (si fuera finalmente la elegida), el talante sí que ha cambiado. Sobre todo, del lado de los demócratas. Alrededor de la mitad de los estadounidenses (48%) apoya que Harris se presente como candidata, un dato que se asciende hasta el 89% en el caso de los votantes del Partido Demócrata. En una pregunta formulada solo entre votantes demócratas y votantes independientes que se inclinan por apoyar a los demócratas, el 74% de los primeros afirma que tanto el partido como los votantes deberían apoyar a Harris ahora para que pueda construir una campaña de inmediato. Solo uno de cada cuatro (26%) considera que deberían ser varios los candidatos que compitieran por la nominación del partido y que el elegido debería serlo en la Convención Nacional Demócrata que se celebrará dentro de un mes, entre el 19 y el 22 de agosto. Y otro dato más, desde que Biden anunció que ya no se presentaría a la presidencia, el porcentaje de estadounidenses que aprueba la labor política desarrollada por Harris ha aumentado del 39% en la encuesta del 15 al 16 de julio hasta el 44% actual. Sin embargo, desde ese acontecimiento, el porcentaje de aprobación de Trump no se han visto alterados: tanto hace una semana como ahora, le aprueba el 41% de los estadounidenses. La mitad (55%) tiene una opinión desfavorable de él, también sin cambios con respecto a la semana pasada (55%).

En definitiva, los últimos acontecimientos políticos ocurridos en Estados Unidos no parecen haber alterado el apoyo a Trump ni para bien ni para mal, pero el efecto Kamala (o el efecto Biden, según se vea) sí ha tenido cierto efecto revulsivo sobre el electorado demócrata. La explicación es que el electorado de Trump ya estaba hipermovilizado desde el principio, mientras el demócrata daba signos de hipotensión electoral. Puede que algunos consideren que Harris no es la mejor opción para los demócratas, pero pocos dudan de que mantener a Biden era la peor de las alternativas. Restan poco más de tres meses para saber si el aforismo que afirma que en política nunca se debe cambiar de caballo a mitad de carrera se vuelve a cumplir en esta ocasión.