PENDIENTES DE OTRA REUNIÓN A TRES

El PP se aferra a la mediación de la UE ante el movimiento de Sánchez para renovar el CGPJ

En Génova rechazaron el encuentro planteado por el ministro Bolaños a solas para el viernes y esperan noticias de la vicepresidenta Jourová para volver a mantener un encuentro supervisado. En el PP reconocen que Sánchez puede buscar un "golpe de efecto" con su propuesta para "tapar" la amnistía y los enfrentamientos con los jueces

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto a Esteban González Pons en el hemiciclo del Congreso.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto a Esteban González Pons en el hemiciclo del Congreso. / JOSÉ LUIS ROCA

Paloma Esteban

Paloma Esteban

El PP no se iba a sentar a solas con el Gobierno para retomar la negociación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). En Génova sentó muy mal que el presidente lanzara un ultimátum en una entrevista en TVE y hablara de una propuesta cuyo contenido desconocen. Justo unos minutos antes de ese anuncio Pedro Sánchez había vuelto a llamar “ultraderecha” al partido de Alberto Núñez Feijóo en la sesión de control. Y después, se quejan en el núcleo duro de los conservadores, habló de la existencia de ‘lawfare’ en España. Lo siguiente fue comunicar que el ministro Félix Bolaños había contactado con Esteban González Pons para verse este mismo viernes.

Los populares reprochan las formas y el fondo. Insisten en que no atenderán plazos de ningún tipo, menos aún si se enteran por terceras vías. La desconfianza en este asunto es total y, por eso, la respuesta ha sido volver a recurrir a la supervisión de la Comisión Europea. El anuncio de Sánchez desconcertó hasta tal punto que buena parte de la dirección nacional del PP se reunió de urgencia en el Congreso para valorar los escenarios y preparar una respuesta. Pons optó por escribir a la vicepresidenta de la Comisión, Věra Jourová, pidiéndole un “encuentro a tres con carácter urgente” para retomar las conversaciones. Y ya en la noche del miércoles Bolaños se adhirió a esa posición, preguntando a la dirigente comunitaria si puede acudir este mismo viernes a Madrid. Si no, la reunión podría ser la próxima semana en Bruselas.

Fue Feijóo el que en diciembre le propuso a Sánchez que empezaran a celebrar reuniones a tres, con un interlocutor europeo, que mediara entre los dos partidos y actuara como árbitro para llegar a un acuerdo. El Ejecutivo denuncia el bloqueo del PP - Sánchez habló ayer del día de la marmota que acumula ya 2.000 días en realidad- y los conservadores insisten en que si no se despolitiza el sistema de elección de los vocales del CGPJ, no hay nada que hacer.

El comisario de Justicia, Didier Reynders, (que dejará de serlo en poco tiempo de manera definitiva) ha intervenido en tres encuentros con Bolaños y Pons. El último fue el 13 de marzo y el belga dijo percibir “avances”. Pero el siguiente, previsto para el día 27 de ese mismo mes, quedó aplazado y no se recuperó. La candidatura de Reynders al Consejo de Europa dejó en el aire el interlocutor europeo cuando pasaran las elecciones vascas, catalanas y europeas. Ahora podría entrar en juego Jourová.

Confusión en el PP y el "golpe de efecto"

El PP ganó así tiempo tras el movimiento de Sánchez, que ha desconcertado en parte a los conservadores. El presidente dijo en TVE que si antes de que acabe el mes de junio no hay un acuerdo para renovar el CGPJ, llevará al Congreso de la mano de Sumar (y espera contar con el apoyo del resto de sus socios) una reforma de la ley orgánica del poder judicial para quitar al Consejo la competencia de nombrar a los jueces del Tribunal Supremo y que, como sucede “en otros países europeos” dijo, sean elegidos por criterios objetivos. En la dirección nacional del PP desconfían de esa “objetividad” y exigen conocer quién fijará los criterios, dudando de que el Ejecutivo quede al margen en realidad.

Pero son los conservadores los que exigen que se avance en la despolitización del CGPJ. Y la propuesta de Sánchez, a la espera de tener los detalles, camina en linea con el llamado ‘plan Guilarte’, la propuesta que precisamente hizo el presidente del CGPJ hace meses y que el jefe del Ejecutivo dijo que exploraría. 

Ese plan propone que sean los propios jueces, sin mediar la intervención del CGPJ, quienes elijan a los que ocupen puestos clave como son las presidencias de la Audiencia Nacional, las audiencias provinciales, los tribunales superiores de justicia o integren las salas del Tribunal Supremo, que de este modo "quedarían sustraídas a la aleatoriedad de su designación por el Consejo", dijo Guilarte.

Y a pesar de esa desconfianza que muestran dirigentes conservadores, hay voces en el PP que reconocen la posibilidad de que Sánchez “busque un golpe de efecto” proponiendo realmente una reforma que procure la despolitización de las decisiones del Consejo y que además sea similar al sistema de otros países de la Unión. Sería la manera, reconocen, “de darle la vuelta a la situación” y poner en dificultades al PP. “Es capaz, en plena amnistía y atacando su Gobierno a los jueces, de hacer una propuesta en aras de la despolitización”, dicen en el partido.

En este punto, asumen en Génova, “habrá que ver cuál es la propuesta”. Pero los populares no están dispuestos a avanzar un solo paso sin que esté delante la Comisión. Eso sería dar por fracasada la supervisión que propusieron y que estaba en marcha desde el mes de enero. El propio González Pons trasladó a Jourová que el Gobierno “intentaba desestabilizar” la negociación a tres, pidiendo que se sumara a un nuevo encuentro. Y, de hecho, Bolaños terminó contactando también con Jourová para que, efectivamente, haya una reunión conjunta.

En el núcleo duro de Feijóo aseguraban que este viernes solo habría encuentro si está la Comisión. Si no, “tendrá que ser otro día”, remataban. Lo que tampoco aceptan en Génova es “el ultimátum” del mes de junio, dando por hecho que el Gobierno “quiere tapar todo lo que está ocurriendo en España” y también el informe sobre el Estado de derecho que la Comisión podría hacer público a finales de mes.