CANTABRIA

La rotura del Puntal de Santander en 15 años por el cambio climático pondrá en peligro la navegación de la Bahía

El aumento del nivel del mar y la acción del hombre han llevado a la ensenada a una situación preocupante

La playa de Somo desaparecerá en 2050 si no se toman medidas en la Bahía de Santander

Vista del Puntal de Santander, que dentro de unos 20 años se convertirá en una isla.

Vista del Puntal de Santander, que dentro de unos 20 años se convertirá en una isla. / ALBA VIGARAY

Roberto Bécares

Roberto Bécares

Marta, unos 50 años, residente en Santander, está esperando el ferry en Pedreña, en la ensenada de la Barquería. Acaba de terminar su actividad de remo al otro lado de la Bahía y se vuelve a casa. Se queja de que el billete le cueste seis euros. "Seis euros por cruzar la bahía es mucho". Desde el pequeño puerto se tiene una vista privilegiada del perfil de Santander, con la Isla de la Magdalena asomando por encima del infinito y emblemático Puntal.

La impresionante lengua de tierra de 4,5 kilómetros de longitud que abrocha la bahía al sur es uno de los tesoros de la ensenada, no solo por sus playas de arena dorada, sino porque al ser una flecha litoral y funcionar como un sistema de sedimentos dinámico equilibra las corrientes generadas por las mareas y temporales, y la propia desembocadura del río Miera. Es decir, tiene un papel clave en la navegación de la bahía. Pero tiene los días contados.

El Puntal de Santander será una isla en 20 años y los expertos buscan cómo salvar la navegación de la bahía

Según los expertos, de aquí a 15 o 20 años se convertirá en una isla. Se partirá. Y no solo eso: las cercanas playas con la que confluye, las de Somo y Loredo, que pierden entre uno y dos metros de arena cada año, quedarán separadas por un acantilado. "Es algo de lo que se habla, claro", reconoce Marta, "porque cada año tenemos mareas más altas y el nivel del mar sube desde hace tiempo. A la planta baja del hotel Chiqui, por ejemplo, el agua entra con cada vez más frecuencia [está situado al final de la Playa del Sardinero]".

Bañistas en las playas de Somo y Loredo, que cada año pierden hasta dos metros de tierra em favor del mar.

Bañistas en las playas de Somo y Loredo, que cada año pierden hasta dos metros de tierra em favor del mar. / Alba Vigaray

Rellenos de tierra

La complicada situación de la bahía, que ocupa un total de 2.363 hectáreas, tiene dos desencadenantes principales. El primero, la acción del hombre, que ha rellenado con tierra "la mitad de la superficie intermareal" de la bahía con "fines urbanos, industriales y agropecuarios", según puso de manifiesto un reciente informe científico del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria. La segunda, más obvia, el cambio climático. Desde 1993, el nivel del mar ha subido 2,8 milímetros cada año en las costas españolas, de acuerdo al Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC), aunque en el Cantábrico la media se dispara por encima de tres.

El citado informe, titulado 'Diagnóstico Integrado de la Bahía de Santander' y que fue presentado en mayo a la Mesa de la Bahía, compuesta por las administraciones públicas con competencias en la gestión del estuario, lanza unas conclusiones muy preocupantes, entre ellas que "la erosión y pérdida de arena de las playas de Somo y Loredo representa un riesgo para la integridad del Puntal".

Menos dunas

Es una tarde de entre semana de finales de junio y hay bastante gente en la Playa de Somo. El reloj marca los 27 grados y hay numerosos bañistas de todas las edades, muchos haciendo surf. El chiringuito está a rebosar. Javier es surfero y vive en la zona. Reconoce que nota cómo la playa se va metamorfoseando. "La zona de dunas cada vez es menor. La vegetación aguanta la arena [ejerce de fijador], pero cada vez hay menos vegetación y por tanto menos dunas y eso no es bueno", lamenta.

Barcos atracados en la Bahía de Santander.

Barcos atracados en la Bahía de Santander. / ALBA VIGARAY

"El Ayuntamiento [de Ribamontán al mar] estuvo dragando tierra y se han comido como 200 metros de dunas", asegura Alfonso, otro surfero residente en Cantabria. Berta y Julián, jubilados, se han dado un buen paseo hoy desde Somo a Loredo -están comunicadas- y dicen que les ha sorprendido "la variación que ha habido en las mareas". "Es que ha habido un momento que no podíamos pasar por la playa y hemos tenido que cruzar por la zona de vegetación. Eso otros años no pasaba".

En pocos años, de hecho, según los expertos del IH, ya no se podrá pasar de una playa a otra. Preguntes a quién preguntes, si es un habitual de estas playas, te admite que los cambios se notan. Pero van a ir a más. "En los temporales fuertes el agua ha causado muchos daños en esa urbanización de chalés en primera línea de ahí", comenta Miguel señalando una hilera de construcciones de ladrillo marrón casi incrustadas en la playa.

Según el informe de IH Cantabria, la ruptura del Puntal, producida entre otros factores por la pérdida de arena en Somo y Loredo, tendría "un profundo impacto sobre la actividad portuaria, turística y recreativa de la bahía". Y es que la ruptura de la lengua de tierra, que lleva años alargándose y estrechándose -la punta de El Puntal se sitúa a unos 800 metros al oste de su situación en el siglo XVIII-, provocará que la arena deje de dragarse de forma natural y se acumule aún más.

La navegación afectada

Ese incremento de tierra tendría a su vez dos consecuencias. La primera, la pérdida de calado de los canales interiores, lo que dificultaría "notablemente" la navegación. Hay que recordar, por ejemplo, que el calado del Puerto de Santander son 12 metros y podría reducirse ostensiblemente, lo que haría imposible que entraran a la ensenada determinados buques de mercancías. Por otro lado, el aumento de la tierra impediría "el crecimiento de determinadas especies explotadas por los mariscadores" en la actualidad, principalmente almejas, berberechos y muergo.

Desde el IH Cantabria se está trabajando junto a la Mesa de la Bahía en encontrar soluciones y se espera que haya un nuevo informe a finales de año, según fuentes del IH. En el primer informe ya apuntaban que "invertir el proceso de relleno para devolver parte de esos espacios al mar permitiría recuperar parcialmente la morfología original de la Bahía y, por tanto, mitigar los riesgos asociados a los cambios en los procesos sedimentarios". Es decir, habría que intensificar los dragados de tierra, una labor que se lleva haciendo años para mantener el equilibrio de la ensenada, pero que habría que aumentar.

Actividades acuáticas

Otras de las soluciones a priori serían mejorar el sistema de saneamiento, que se ve superado "en momentos puntuales por un aumento de caudal, procedente de arroyos canalizados durante los procesos de urbanización y de las aguas de escorrentía en épocas de lluvia", ordenar las actividades acuáticas, que han ido en aumento en los últimos años, y definir un "modelo turístico compartido y sostenible".

Vista del Puntal desde la playa de Somo, con el perfil de la ciudad de Santander al fondo.

Vista del Puntal desde la playa de Somo, con el perfil de la ciudad de Santander al fondo. / ALBA VIGARAY

El llamado ‘Plan Bahía’, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y el Gobierno de Cantabria a través del Programa de Ciencias Marinas, buscará establecer los mecanismos de colaboración y las medidas a implementar para que las instituciones que forman la Mesa de la Bahía puedan abordar las futuras actuaciones a desarrollar en el marco de un Plan Integral para la Gestión de la Bahía.

Una de las administraciones de la Mesa es el Ministerio de Transición Ecológica (MITECO), donde aseguran a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA que en ningún caso se producirá la completa desaparición del Puntal. En el Ministerio confirman que las causas que han llevado a esta situación vienen de lejos. "Las acciones antrópicas como la desecación de marismas producidas en los siglos XIX y XX, que han disminuido la superficie de la bahía y, por tanto, el volumen de agua que entra y sale por acción de la marea (con la lógica disminución de las corrientes que produce), y el dragado del canal (que modifica el perfil del sedimento del Puntal), pueden modificar dicho equilibro llegando a producir cortes en el puntal que, en ningún caso, supondrían su completa desaparición".

Fuentes de MITECO recuerdan que la navegabilidad a través del canal contiguo al Puntal es competencia de la Autoridad Portuaria de Santander, otro organismo que forma parte de la Mesa de la Bahía junto con la Delegación del Gobierno, la Dirección General de la Costa y el Mar, el Gobierno de Cantabria y los ayuntamientos de Santander, Camargo, El Astillero, Marina de Cudeyo y Ribamontán al Mar.